Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En una clínica del norte de Bogotá murió anoche el jurista y docente Augusto Ibáñez Guzmán, tras batallar contra un cáncer que le puso fin a sus días. Consternados por lo ocurrido, sus familiares, amigos y colegas confirmaron la noticia.
Su nombre será recordado por cientos de estudiantes que lo tuvieron como profesor en las universidades Javeriana y el Externado, su alma máter, pero también por quienes siguieron su carrera política y judicial.
Durante su paso por la presidencia de la Corte Suprema de Justicia sorteó escándalos como la parapolítica, la farcpolítica, la yidispolítica y las chuzadas a varios magistrados del alto tribunal, incluido él. En noviembre de 2008 denunció que una decena de hombres armados irrumpieron en su casa y se habían robado su computador personal, donde almacenaba importante información relacionada con su trabajo. Y, en septiembre de 2010, la Corte pidió al gobierno protección para el entonces magistrado, pues había sido amenazado.
(Lea aquí: Augusto José Ibáñez, a la cabeza de la justicia).
De su paso por la Corte, Ibáñez aseguró, en una entrevista a El Espectador en abril de este año, que “cuando estuvimos en la Corte nunca hubo enfrentamiento o persecución de la corporación y sus magistrados al Gobierno, como trataron de hacerlo creer. Lo que hicimos fue cumplir las funciones constitucionales de investigación y juzgamiento que tiene la Corte, y se tomaron decisiones que se fundamentan en los expedientes con todas sus pruebas, como el país lo sabe y lo puede volver a constatar”.
Ibáñez, quien según un artículo de La Silla Vacía era un “pastranista declarado”, fue asesor de la Cámara de Representantes, conjuez del Tribunal Superior de Bogotá y fundador del Centro de Estudios de la Jurisprudencia. Durante el gobierno de Andrés Pastrana, Ibáñez fue ministro plenipotenciario en la negociación del Tratado de Roma, que Colombia ratificó en 1999.
En 2006 quiso llegar al Senado de la República, contando con el aval del partido Cambio Radical que, para entonces, todavía era parte de la coalición del gobierno en el Congreso. Pero su aspiración se vio truncada al obtener apenas 2.303 votos (quedó de 30 en la lista del partido, que obtuvo 16 curules).
El ejercicio de su profesión lo alternó con su vida académica. Ibáñez se destacó, principalmente, por su conocimiento en derecho penal, área en la cual cursó especializaciones en las universidades de Salamanca y del Externado. Luego de su salida del alto tribunal, se dedicó al ejercicio de su profesión y a la docencia.
(También: “Presenté querella porque José Obdulio Gaviria vulneró mi honor”: Augusto Ibáñez).
El cariño y recuerdos de quienes conocieron a quien será reconocido como uno de los abogados y penalistas más prestigiosos de la época contemporánea en el país, empezaron rápidamente a llenar las redes sociales una vez se confirmó su fallecimiento. No era para menos. Su trayectoria, tanto en el mundo jurídico, político y académico, dejó una huella difícil de borrar.