Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Entre finales de 2014 y principios de 2015 Musa Besaile, quien entonces saboreaba su victoria electoral al haber conseguido el mayor número de votos para el Senado, le entregó $2.000 millones en efectivo a Luis Gustavo Moreno a través del abogado Luis Ignacio Lyons. "En denominaciones de billetes de 50.000, en fajos que ya venían distribuidos", confesaría en septiembre de 2017 el litigante Lyons ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. El dinero tenía un propósito: frenar una orden de captura que, se suponía, estaba por salir en la Corte Suprema contra Besaile, orden que a su vez significaría que el congresista iba a ser investigado formalmente por parapolítica.
En 2017, cuando estalló el escándalo del cartel de la toga, el pago de los $2.000 millones se hizo de público conocimiento. Lo confirmaron Lyons, Moreno y el propio Musa Besaile ante la Corte Suprema, a la cual le dijo que había sido víctima de una extorsión. Al final, Besaile lo perdió todo: su curul en el Senado, el dinero -que le prestó un amigo empresario- y la libertad. La Corte Suprema ordenó su captura por el delito de cohecho (soborno) y en octubre del año pasado, en pleno partido de eliminatoria al Mundial, Besaile se entregó a la justicia. Ya detenido, en enero de este año, se enteró de que la Corte también había abierto investigación en su contra por parapolítica, justo lo que había tratado de evitar pagando esa astronómica suma.
Ahora, la Corte acaba de determinar que Besaile seguirá detenido por cuenta de la investigación por parapolítica. Ya se encontraba en la cárcel La Picota por cuenta de las pesquisas del cartel de la toga, que lo llevaron a ser el primer congresista llamado a juicio por ese escándalo. Este miércoles, la Sala Penal de la corporación aceptó la ponencia del magistrado Luis Antonio Hernández, quien pidió medida de aseguramiento para Besaile, investigado por el delito de concierto para delinquir porque, supuestamente, recibió apoyo electoral de las AUC para llegar al Congreso.
Según testificó Gustavo Moreno, el expediente por parapolítica en contra de Besaile, que estaba en indagación preliminar dentro de la Corte desde 2007, tenía otro aliado de esta red de corrupción en la que supuestamente participaban también Francisco Ricaurte y José Leonidas Bustos: el magistrado Gustavo Malo. A su despacho había llegado el caso y, aseguró Moreno, Malo aceptó tomar decisiones para beneficiar a Besaile, cosa que él niega rotundamente. Pero, cuando estalló el escándalo de corrupción, Malo tuvo que apartarse del proceso. Ocurrió en septiembre del año pasado. ("Con Gustavo Moreno nunca tuve trato ni relaciones de amistad": magistrado Gustavo Malo)
Diez años después de que la Corte Suprema abriera esta indagación preliminar, avanzan contra Besaile dos procesos de gran importancia. La Corte, quedó claro desde que ordenó su detención preventiva, no compró la su versión de "víctima" del cartel de la toga, y determinó no solo investigarlo por ello sino llevarlo a los estrados judiciales. Estrechamente conectado a ese proceso se encuentra esta investigación en su contra por parapolítica, un destino que el suspendido senador de la U trató de esquivar a toda costa, pero fracasó.