No cesa el reclutamiento forzado en el país: Defensoría pide redoblar esfuerzos
La Defensoría presentó su más reciente informe sobre la situación actual de reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el país. Pese a las restricciones por Covid-19 en 2020, los grupos armados continuaron su plan de reclutamiento forzado y los NNA que viven en contextos de pobreza, conflicto y pocas oportunidades son los más vulnerable.
“El reclutamiento forzado, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes (NNA) han sido contantes en la historia del conflicto armado en Colombia”, así inicia el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo sobre la situación actual de este flagelo que no da tregua en el país. Las cifras cuentan una cruel historia que parece estar lejos de tener un final y devela cómo las violencias en contra de esta población vulnerable parecen perpetuarse y mutar en el tiempo. (Lea también: Los jóvenes, en la mira de los grupos armados del norte del Cauca)
El monitoreo del reclutamiento forzado de NNA por parte de la Defensoría muestra lo que viene ocurriendo en este tema desde 2017, después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las Farc. Desde ese año, se han emitido 204 alertas tempranas de las cuales 161 (78,9%) han identificado riesgo de reclutamiento forzado, uso y utilización de NNA. El año con más advertencias de este tipo fue el 2018, cuando 67 alertas dieron cuenta del grave riesgo al que estaba expuesta esta población.
La cifra no disminuyó mucho. En 2019 hubo 43 advertencias de este tipo y el año pasado, la cantidad de alertas sobre el riesgo de reclutamiento de NNA por parte de grupos armados ilegales aumentó a 46, concentradas en los departamentos de Antioquia, Cauca, Chocó, Nariño y Norte de Santander. La precaria situación de muchas comunidades se agudizó desde el 17 de marzo de 2020, cuando entraron en rigor las medidas por la propagación del Covid-19 entre ellas el cierre de colegios.
Desde esa fecha y hasta septiembre de 2020, cuando se levantó la cuarentena estricta, la Defensoría conoció 83 casos de reclutamiento forzado. De este total, el 80% se presentaron en zonas rurales, las edades de las víctimas oscilaban entre ocho y 18 años, y 49 correspondían a hombres. Además, en 20 casos las víctimas eran indígenas y en dos afrodescendientes. Por si fuera poco, estos NNA tuvieron que enfrentar otros delitos como desplazamiento forzado, amenazas, desapariciones forzadas, violencia sexual y lesiones personales, entre otros.
Este año, los reportes de la Defensoría continúan advirtiendo sobre el riesgo de reclutamiento forzado al que están expuestos niños, niñas y adolescentes especialmente de los departamentos del Caquetá, Amazonas, Valle del Cauca, Norte de Santander y Vichada. A la fecha, la entidad suma cinco alertas tempranas. (Le puede interesar: Testimonios de 465 niños serán pieza clave en proceso contra el Eln por reclutamiento forzado)
Los perpetradores
Según la entidad, las alertas focalizadas en el reclutamiento y/o utilización ilícita de NNA se refieren a diferentes actores armados que hacen parte del conflicto armado postdesmovilización de las AUC como las AGC (Clan del Golfo) y el Bloque Virgilio Peralta Arenas (Caparros), entre otros; al EPL; diversos frentes del Eln; y facciones disidentes de las Farc-Ep. Pero no todas las dinámicas de violencia provienen exclusivamente de grupos relacionados con el conflicto armado.
La Defensoría informa en su informe que otros perpetradores de reclutamiento forzado son los Grupos Armados de Delincuencia Organizada (Gado) que se mueven en escenarios de violencia distintos al conflicto armado. En esta categoría, la entidad señala a Las Águilas Negras, Los Rastrojos, La Constru, Los Pachenca, La Oficina, El Mesa, La Oficina del Valle de Aburrá, La Unión, Los Costeños, Los Pachelly, entre otros. (Noticia relacionada: Las dificultades del caso de reclutamiento forzado en la JEP)
En síntesis, los actores armados que reclutan a los NNA son: grupos armados posdesmovilización de las AUC, disidencias de las Farc-Ep, grupos armados de crimen organizado y el Eln. Por otro lado, la entidad indicó que los territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, en zonas de frontera y en lugares donde hay mayor cantidad de cultivos de uso ilícito, son los escenarios en los que se encuentran la mayoría de NNA expuestos al reclutamiento forzado.
La Defensoría recalcó que los niños, niñas y adolescentes reclutados quedan expuestos al accionar de grupos armados pues son utilizados como campaneros, informantes, vigilantes y para el traslado de armas, drogas e insumos para las economías ilícitas, así como para el consumo de estupefacientes, y abuso y explotación sexual. Asimismo, se ha evidenciado que los grupos armados recurren al reclutamiento forzado de NNA para fortalecer su poderío criminal y, en algunos casos, el reclutamiento se hace a través de ofertas engañosas.
“En algunos territorios apartados, los NNA deben caminar largos trayectos para llegar a escuelas e internados para asistir a clases (…) En estos trayectos son abordados por miembros de grupos armados al margen de la ley que utilizan el discurso de la inoperancia institucional para convencerlos de la opción militar, como la única salida a la situación de pobreza y abandono por parte del Estado”, establece el informe. Y, en contextos urbanos, la estrategia está enfocada en la inducción y adicción al consumo de sustancias psicoactivas. (Noticia relacionada: Reclutamiento forzado, un cáncer que está avanzando)
Con base en sus hallazgos, la Defensoría manifestó su preocupación por la persistencia del reclutamiento de NNA que tal como lo consignó en su informe traen nefastas consecuencias para el goce y garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Por eso, resaltó que los escenarios de violencia como el abandono, el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, la violencia sexual y la pérdida de seres queridos en medio de la confrontación armada llevan a los niños, niñas y adolescentes a acudir a los grupos armados.
Otros casos delicados son en los que el niño, niña o adolescente tiene la “voluntad” de ingresar a los grupos armados ilegales. Según la Defensoría, la naturalización del conflicto, pobreza, falta de oportunidades educativas y económicas, así como la ausencia de instituciones Estatales, son factores que inciden en la decisión de un menor para ingresar a las filas de un grupo armado. Para la entidad es necesario redoblar los esfuerzos para combatir este flagelo y, según afirma, el acompañamiento de la comunidad internacional es clave para frenar esta conducta y eliminarla por completo.
“El reclutamiento forzado, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes (NNA) han sido contantes en la historia del conflicto armado en Colombia”, así inicia el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo sobre la situación actual de este flagelo que no da tregua en el país. Las cifras cuentan una cruel historia que parece estar lejos de tener un final y devela cómo las violencias en contra de esta población vulnerable parecen perpetuarse y mutar en el tiempo. (Lea también: Los jóvenes, en la mira de los grupos armados del norte del Cauca)
El monitoreo del reclutamiento forzado de NNA por parte de la Defensoría muestra lo que viene ocurriendo en este tema desde 2017, después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las Farc. Desde ese año, se han emitido 204 alertas tempranas de las cuales 161 (78,9%) han identificado riesgo de reclutamiento forzado, uso y utilización de NNA. El año con más advertencias de este tipo fue el 2018, cuando 67 alertas dieron cuenta del grave riesgo al que estaba expuesta esta población.
La cifra no disminuyó mucho. En 2019 hubo 43 advertencias de este tipo y el año pasado, la cantidad de alertas sobre el riesgo de reclutamiento de NNA por parte de grupos armados ilegales aumentó a 46, concentradas en los departamentos de Antioquia, Cauca, Chocó, Nariño y Norte de Santander. La precaria situación de muchas comunidades se agudizó desde el 17 de marzo de 2020, cuando entraron en rigor las medidas por la propagación del Covid-19 entre ellas el cierre de colegios.
Desde esa fecha y hasta septiembre de 2020, cuando se levantó la cuarentena estricta, la Defensoría conoció 83 casos de reclutamiento forzado. De este total, el 80% se presentaron en zonas rurales, las edades de las víctimas oscilaban entre ocho y 18 años, y 49 correspondían a hombres. Además, en 20 casos las víctimas eran indígenas y en dos afrodescendientes. Por si fuera poco, estos NNA tuvieron que enfrentar otros delitos como desplazamiento forzado, amenazas, desapariciones forzadas, violencia sexual y lesiones personales, entre otros.
Este año, los reportes de la Defensoría continúan advirtiendo sobre el riesgo de reclutamiento forzado al que están expuestos niños, niñas y adolescentes especialmente de los departamentos del Caquetá, Amazonas, Valle del Cauca, Norte de Santander y Vichada. A la fecha, la entidad suma cinco alertas tempranas. (Le puede interesar: Testimonios de 465 niños serán pieza clave en proceso contra el Eln por reclutamiento forzado)
Los perpetradores
Según la entidad, las alertas focalizadas en el reclutamiento y/o utilización ilícita de NNA se refieren a diferentes actores armados que hacen parte del conflicto armado postdesmovilización de las AUC como las AGC (Clan del Golfo) y el Bloque Virgilio Peralta Arenas (Caparros), entre otros; al EPL; diversos frentes del Eln; y facciones disidentes de las Farc-Ep. Pero no todas las dinámicas de violencia provienen exclusivamente de grupos relacionados con el conflicto armado.
La Defensoría informa en su informe que otros perpetradores de reclutamiento forzado son los Grupos Armados de Delincuencia Organizada (Gado) que se mueven en escenarios de violencia distintos al conflicto armado. En esta categoría, la entidad señala a Las Águilas Negras, Los Rastrojos, La Constru, Los Pachenca, La Oficina, El Mesa, La Oficina del Valle de Aburrá, La Unión, Los Costeños, Los Pachelly, entre otros. (Noticia relacionada: Las dificultades del caso de reclutamiento forzado en la JEP)
En síntesis, los actores armados que reclutan a los NNA son: grupos armados posdesmovilización de las AUC, disidencias de las Farc-Ep, grupos armados de crimen organizado y el Eln. Por otro lado, la entidad indicó que los territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, en zonas de frontera y en lugares donde hay mayor cantidad de cultivos de uso ilícito, son los escenarios en los que se encuentran la mayoría de NNA expuestos al reclutamiento forzado.
La Defensoría recalcó que los niños, niñas y adolescentes reclutados quedan expuestos al accionar de grupos armados pues son utilizados como campaneros, informantes, vigilantes y para el traslado de armas, drogas e insumos para las economías ilícitas, así como para el consumo de estupefacientes, y abuso y explotación sexual. Asimismo, se ha evidenciado que los grupos armados recurren al reclutamiento forzado de NNA para fortalecer su poderío criminal y, en algunos casos, el reclutamiento se hace a través de ofertas engañosas.
“En algunos territorios apartados, los NNA deben caminar largos trayectos para llegar a escuelas e internados para asistir a clases (…) En estos trayectos son abordados por miembros de grupos armados al margen de la ley que utilizan el discurso de la inoperancia institucional para convencerlos de la opción militar, como la única salida a la situación de pobreza y abandono por parte del Estado”, establece el informe. Y, en contextos urbanos, la estrategia está enfocada en la inducción y adicción al consumo de sustancias psicoactivas. (Noticia relacionada: Reclutamiento forzado, un cáncer que está avanzando)
Con base en sus hallazgos, la Defensoría manifestó su preocupación por la persistencia del reclutamiento de NNA que tal como lo consignó en su informe traen nefastas consecuencias para el goce y garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Por eso, resaltó que los escenarios de violencia como el abandono, el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, la violencia sexual y la pérdida de seres queridos en medio de la confrontación armada llevan a los niños, niñas y adolescentes a acudir a los grupos armados.
Otros casos delicados son en los que el niño, niña o adolescente tiene la “voluntad” de ingresar a los grupos armados ilegales. Según la Defensoría, la naturalización del conflicto, pobreza, falta de oportunidades educativas y económicas, así como la ausencia de instituciones Estatales, son factores que inciden en la decisión de un menor para ingresar a las filas de un grupo armado. Para la entidad es necesario redoblar los esfuerzos para combatir este flagelo y, según afirma, el acompañamiento de la comunidad internacional es clave para frenar esta conducta y eliminarla por completo.