El ministro de defensa, Iván Velásquez, aseguró que se suspenderán los bombardeos como estrategia militar con el fin de cuidar la vida de los menores reclutados por grupos ilegales. Además, aseguró que se revisarán los bombardeos a los campamentos de grupos armados como directriz para enfrentar a los grupos armados, esto porque “hay que preservar siempre la vida por encima de la muerte”.
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De acuerdo con el ministro Velásquez, estas bombardeos a organizaciones criminales no aseguran de forma efectiva que no haya afectaciones a la población civil. Velásquez aseguró que la dirección que deben tomar las políticas de defensa en Colombia es a detener en su totalidad estos ataques, declaración que luego fue aclarada por el general Helder Giraldo, quien afirmó que esto debía ser revisado.
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“Vamos a evaluar el momento específico en que, como una directriz absoluta, se pueda disponer, pero hacia allá es que tenemos que tender (...) Hay que privilegiar siempre la vida sobre la muerte y no se pueden desarrollar operaciones que pongan en peligro la población civil y en la condición de los menores forzosamente reclutados que estás acciones en esta dirección deben concluir”, señaló el ministro de Defensa.
Y agregó que: “Los menores que son reclutados forzadamente por organizaciones ilegales son víctimas de la violencia que hemos sufrido durante tantas décadas, por lo tanto toda acción militar que se desarrolle respecto de miembros de organizaciones armadas ilegales no pueden poner en peligro la vida de estás víctimas de la violencia. No se pueden repetir actos tan dolorosos que vivismo en el pasado.”
Y es que durante el gobierno de Iván Duque estas operaciones militares fueron un tema álgido de debate pues al menos dos bombardeos terminaron con la muerte de menores de edad. El más controvertido fue el ejecutado en agosto de 2019, cuando fue atacado un campamento del líder criminal de las disidencias de las Farc alias Gildardo Cucho. En los hechos murieron siete menores de edad que habían sido reclutados de manera forzada por esa estructura ilegal que operaba en el Caquetá.
La muerte de los menores fue revelada meses después por el senador Roy Barreras durante una plenaria del Congreso. El hecho fue tan cuestionado y criticado por sectores políticos y sociales que el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, terminó renunciando a su cargo.
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