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Bernardo Miguel El Ñoño Elías ya conoce su segunda condena por su participación en la mano corrupta de la multinacional Odebrecht, la cual se hizo con millonarios contratos de infraestructura en Colombia, sobornando a poderosos funcionarios públicos, entre ellos congresistas. La Corte Suprema de Justicia, en Sala de Primera Instancia, lo sentenció a ocho años de prisión y a una multa de alrededor de $13.600 millones.
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En mayo de este año, tras declarar en el juicio contra Luis Fernando Andrade, antiguo presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Ñoño Elías dio a conocer que se sometería a sentencia anticipada, en la investigación que la Corte Suprema le seguía por los delitos de concierto para delinquir y lavado de activos. Aceptó cargos para obtener beneficios judiciales y se comprometió a ventilar episodios y nombres. Sobre el excongresista ya pesaba una condena de seis años y ocho meses, revelada en 2018, por soborno y tráfico de influencias.
Ñoño Elías es solo uno de los nombres que han salido al ruedo durante el escándalo de Odebrecht, empresa brasilera que según la Fiscalía repartió más de US$ 11 millones en sobornos para asegurar contratos de infraestructura. Entre los proyectos curtidos está la Ruta del Sol II, en la cual Elías habría participado para conseguir el contrato de estabilidad jurídica. La obra busca conectar el centro del país con la costa, pero representa un monumento a las irregularidades contractuales.
En principio, la Corte explicó que en sus labores como Representante (2006-2010) y como Senador (2010-2018), Elías logró una gran cercanía con autoridades administrativas, políticas y directivos de entidades financieras, el Ministerio de Transporte y el entonces Instituto Nacional de Concesiones, hoy ANI. En 2010, cuando Elías ya se había afirmado en el Congreso, Odebrecht logró hacerse con la contratación para la Ruta del Sol II, entre Puerto Salgar (Cundinamarca) y Curumaní (Cesar), por un valor inicial de casi $2 billones.
“Se constató que, para acceder a la contratación, así como para lograr garantías y gabelas, la multinacional ejecutó maniobras ilícitas como: Ubicó funcionarios públicos con facultad de decisión en materia contractual, ofreciéndoles dádivas para que les brindaran información e interactuaran con otros servidores, a efecto de lograr la obtención de sus propósitos”, explicó la Corte Suprema. Uno de esos funcionarios fue Elías.
Antecedentes: Condenan al “Ñoño” Elías por sus vínculos con Odebrecht
Para 2012, entró en vigencia una normatividad tributaria que afectaba económicamente a Odebrecht en la ejecución de la obra, por lo que la multinacional recurrió al excongresista condenado Otto Bula, quien influyó en funcionarios para suscribir un contrato de estabilidad jurídica que mantuvieses las condiciones iniciales del proyecto Ruta del Sol II. Ahí entró al escándalo el Ñoño Elías, quien aceptó un soborno de $3 mil millones. El 31 de diciembre de 2012 se firmó el acuerdo de estabilidad jurídica, con la bendición del condenado.
Luego, una vez dentro de la bonanza corrupta, Elías al parecer influyó ante funcionarios de la ANI, con el propósito de adicionar el contrato con la Concesionaria Ruta del Sol SAS (Consol) y así lograr un corredor vial entre Ocaña y Gamarra (Norte de Santander). El famoso Otrosí 6, suscrito el 14 de marzo de 2014, cuyo valor inicial estuvo en $676 mil millones. Sin embargo, finalmente costó entre $1.4 billones y $1.6 billones. Se pactó una comisión del 4% por las maniobras corruptas, que entraron a los bolsillos de Otto Bula, Elías y el empresario Federico Gaviria.
“Según Bula, se tiene que el senador Bernardo Miguel Elías recibió en sus arcas aproximadamente $14 mil millones (…) respecto del delito de lavado de activos, señaló que el aforado concertó, entre otros fines, realizar diversas acciones orientada a ocultar el origen y destino del dinero producto de su injerencia en la adjudicación ilegal de contratos y prerrogativas a Odebrecht, así como también, poner en circulación el dinero destinado al pago de los sobornos, sumas que en gran proporción llegaron a sus arcas”, acuso la Corte.
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Durante el proceso de blanqueo de Odebrecht, dice la Corte, la multinacional se aseguró de que ninguno de los giros superara los US$ 500 mil y que tampoco estuvieran destinados a personajes públicos. Odebrecht transfirió el dinero desde la empresa offshore Klienfeld services a Newcom International Panamá, propiedad de un amigo de Bula, quien ingresó el dinero a Colombia a través de consignaciones a la compañía Comunicar y Transmitir SAS. Allí se expidieron cheques a favor de Bula, cobrados en efectivo y entregados a el Ñoño Elías.
El exsenador Ñoño Elías, además, es testigo de la Fiscalía en contra de Luis Fernando Andrade, exdirector de la ANI, quien sigue en juicio por el episodio del Otrosí 6. El ente investigador cree que Andrade permitió se suscribiera la corrupta adición, situación que el procesado niega. En su declaración, Elías dijo que parte de los sobornos terminaron en la campaña de Juan Manuel Santos para la exitosa reelección en 2014. Al menos $800 millones, entregados a Roberto Prieto, gerente de la campaña. El expresidente Santos niega tales acusaciones.
Incluso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, ayer 4 de agosto, archivaron sus investigaciones sobre la campaña reeleccionista de Santos. Ninguna de las dos instituciones encontró méritos para vincular la gestión política con los dineros irregulares que despachó Odebrecht. No obstante, la Fiscalía mencionó a Santos en el expediente de Andrés Sanmiguel, un empresario de quien el ente investigador ha anunciado su imputación hace dos años, por un supuesto contrato fachada para inyectar sobornos de Odebrecht.