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Norvey Caro fue desplazado de su hogar en la comunidad de Peñas Coloradas, en Cartagena del Chairá (Caquetá) a finales de abril de 2004. Junto a otras 743 familias, abandonó el lugar donde era líder social a causa de los constantes enfrentamientos que tenían en esa zona la Fuerza Pública y los guerrilleros de las Farc.
Al salir de su región, Caro buscó ser reparado por el Estado e inició un proceso ante la Fiscalía. Para sacarlo adelante, contrató al abogado Cristian Camilo Herrán Rangel, quien por un tiempo llevó el caso. En medio del litigio, no quedaron en los mejores términos con su cliente y el caso pasó a manos de otro abogado. Pero, según las denuncias, ese nuevo defensor de Norvey Caro se quedó con el proceso irregularmente.
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Ante la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, Herrán Rangel presentó una queja, porque, según dijo, Alirio Calderón Perdomo se quedó con el caso de Caro “sin mediar renuncia, paz y salvo, autorización, o alguna circunstancia que justificara la sustitución de poder, el mandato conferido” por el líder social. Según el relato del primer abogado, Calderón Perdomo un día se apareció en su oficina y se llevó la carpeta del expediente abusivamente para, supuestamente, sacar unas copias, pero nunca regresó.
Tiempo después, Herrán Rangel se enteró de que el proceso de Norvey Caro estaba en manos de Calderón Perdomo. El segundo abogado, según lo que le dijeron a la Comisión, tomó el caso, porque el cliente había asegurado no tener defensor para sacarlo adelante. Sin embargo, las averiguaciones mostraron que el líder social sí le había aclarado a su nuevo defensor que había un abogado en el caso: Herrán Rangel.
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Aun así, señala la Comisión de Disciplina Judicial, que el abogado Calderón Perdomo ignoró eso y siguió adelante con el caso. Por esas actuaciones, fue que el ente de disciplina, con un fallo que tuvo a la magistrada Magda Victoria Acosta Walteros como ponente, lo halló responsable de incurrir en una falta.
En primera instancia, el abogado Calderón Perdomo ya había sido declarado responsable por la falta de desplazar de su labor a otro abogado. Ahora, el alto tribunal de disciplina confirmó esa decisión y el segundo abogado de Caro debe afrontar una suspensión de cuatro meses para el ejercicio de la actividad profesional.
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