Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                25 de abril de 2020 - 04:00 p. m.

                                                                                                                                Pizarro, un conveniente cúmulo de olvidos

                                                                                                                                "Yo vivo mi vida pese a todo”, dijo Pizarro en una de sus últimas entrevistas, cuando ya se perfilaba como candidato presidencial del M-19. El día en que lo mataron, llovió como nunca en Bogotá.

                                                                                                                                Érick Camargo Duncan* / @erickcdun / Especial para El Espectador

                                                                                                                                Carlos Pizarro y Rafael Pardo, consejero presidencial para la paz durante el gobierno de Virgilio Barco, con el cual el M-19 se comprometió a dejar las armas. / Archivo El Espectador
                                                                                                                                Carlos Pizarro estaría hoy, treinta años después de haber sido víctima de un tiroteo sin fin, rondando los setenta años. Cuando lo mataron tenía 38 y, probablemente, también tenía el destino inmediato del país en sus manos. Podemos decir, para seguir la larga tradición literaria del oráculo y la carta astral, que era un Géminis perfecto: “Soy un buen géminis porque se mueve uno entre el día y la noche. Yo vivo mi vida pese a todo”, había dicho en una de sus últimas entrevistas, cuando ya se perfilaba como candidato presidencial del M-19. (Magnicidio de Carlos Pizarro será estudiado por la CIDH)
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Había visto caer uno a uno a sus compañeros de batalla: al psicólogo Álvaro Fayad, al médico Carlos Toledo Plata, al fundador Iván Marino, al abogado Alfonso Jacquin y al capitán del barco, Jaime Bateman Cayon, por eso, cuando le preguntaron sobre la muerte dijo que no le temía; convivía con ella. “Vivimos con la muerte muy cerca” le dijo a una conmocionada periodista que lo entrevistó, otra vez, antes de su fatídico día.

                                                                                                                                No es difícil hallar hoy, en lo que quedó de sus archivos, la voz de un romántico soñador, la de un poeta que también legó sus mejores versos al olvido. “Mi niñita, tengo en mi alma para ti un montón de sonrisas y mariposas. Algún día juntaremos los soles que tu pintas con los soles que yo hago nacer y tendremos para los dos, para los tres y para todos unas caras felices”. El clamor de un padre temeroso de ser arrasado por el olvido: “En este tiempo en que yo esté lejos, no me olvides. No dejes que yo me muera en tu corazón y para tu vida”. Fragmentos de una carta enviada alguna vez a su hija María José que, con los años, pareció haber adquirido la textura, la consistencia de una carta escrita al pueblo, a sus dolientes, a sus huérfanos arrinconados día a día en la otra Colombia.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El día en que mataron a Carlos Pizarro llovió como nunca en Bogotá. El Dorado se había convertido en el lamentable teatro de nuestras desgracias, guardando entre sus paredes también los asesinatos de José Antequera y Bernardo Jaramillo. Pizarro, como ya se ha contado desde entonces, viajaba hacia Barranquilla para participar de una marcha y, aproximadamente, a los diez minutos de haber despegado el avión, quizá a la altura de Chía, fue tiroteado por un sicario joven que encontró su muerte en el acto, en el cielo. Pizarro había dicho que si lo iban a matar le dispararan en la cabeza, así podía olvidarse para siempre del uso del chaleco antibalas que no fue suficiente coraza para salvar la vida, unos meses atrás, de Luis Carlos Galán. Sólo habían transcurrido cuarenta y cinco días de vida política abierta, desde el adiós a las armas.  ("Carlos Pizarro, el pionero de la paz" : Antonio Navarro)

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Pizarro sabía, igual o más que Galán, Jaramillo y Antequera, que lo iban a matar. Se lo había dicho la noche anterior a sus dos hijas en la que fuera su última cena. Conocía el rigor de la guerra y sabía de primera mano, testigo y protagonista de la historia, del asesinato sistemático de líderes que desde entonces nunca paró.

                                                                                                                                Es posible rastrear a Pizarro en sus fotografías. Mirando al horizonte, con su boina de combate, envolviendo su pistola en la bandera que se llevó todas sus luchas, con el sombrero blanco y el mostacho impasible. Es posible encontrar algún vestigio de él en la obsesión del escritor Carlos Fuentes, del que se dice, duró veinte años documentándose, preguntándole a García Márquez y Antonio Navarro para escribir una novela que no alcanzó a ver publicada y cuyos fragmentos tuvo que perseguir, por cinco años, el escritor Julio Ortega para después editarlos y unirlos, como puzles desperdigados de la memoria. Es aún más difícil tratar de encontrarlo en el comentario risueño de las mujeres de la época que no lo bajaban de papito, porque Pizarro era, para ellas, el Comandante Papito.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Es imposible hallar a Carlos Pizarro en la impunidad de su muerte, en el rostro de nuestra desvergüenza, en la ausencia de memoria. Pizarro, que va viniendo, va llegando, desde nuestro conveniente cúmulo de olvidos.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Carlos Pizarro y Rafael Pardo, consejero presidencial para la paz durante el gobierno de Virgilio Barco, con el cual el M-19 se comprometió a dejar las armas. / Archivo El Espectador
                                                                                                                                Carlos Pizarro estaría hoy, treinta años después de haber sido víctima de un tiroteo sin fin, rondando los setenta años. Cuando lo mataron tenía 38 y, probablemente, también tenía el destino inmediato del país en sus manos. Podemos decir, para seguir la larga tradición literaria del oráculo y la carta astral, que era un Géminis perfecto: “Soy un buen géminis porque se mueve uno entre el día y la noche. Yo vivo mi vida pese a todo”, había dicho en una de sus últimas entrevistas, cuando ya se perfilaba como candidato presidencial del M-19. (Magnicidio de Carlos Pizarro será estudiado por la CIDH)
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Había visto caer uno a uno a sus compañeros de batalla: al psicólogo Álvaro Fayad, al médico Carlos Toledo Plata, al fundador Iván Marino, al abogado Alfonso Jacquin y al capitán del barco, Jaime Bateman Cayon, por eso, cuando le preguntaron sobre la muerte dijo que no le temía; convivía con ella. “Vivimos con la muerte muy cerca” le dijo a una conmocionada periodista que lo entrevistó, otra vez, antes de su fatídico día.

                                                                                                                                No es difícil hallar hoy, en lo que quedó de sus archivos, la voz de un romántico soñador, la de un poeta que también legó sus mejores versos al olvido. “Mi niñita, tengo en mi alma para ti un montón de sonrisas y mariposas. Algún día juntaremos los soles que tu pintas con los soles que yo hago nacer y tendremos para los dos, para los tres y para todos unas caras felices”. El clamor de un padre temeroso de ser arrasado por el olvido: “En este tiempo en que yo esté lejos, no me olvides. No dejes que yo me muera en tu corazón y para tu vida”. Fragmentos de una carta enviada alguna vez a su hija María José que, con los años, pareció haber adquirido la textura, la consistencia de una carta escrita al pueblo, a sus dolientes, a sus huérfanos arrinconados día a día en la otra Colombia.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El día en que mataron a Carlos Pizarro llovió como nunca en Bogotá. El Dorado se había convertido en el lamentable teatro de nuestras desgracias, guardando entre sus paredes también los asesinatos de José Antequera y Bernardo Jaramillo. Pizarro, como ya se ha contado desde entonces, viajaba hacia Barranquilla para participar de una marcha y, aproximadamente, a los diez minutos de haber despegado el avión, quizá a la altura de Chía, fue tiroteado por un sicario joven que encontró su muerte en el acto, en el cielo. Pizarro había dicho que si lo iban a matar le dispararan en la cabeza, así podía olvidarse para siempre del uso del chaleco antibalas que no fue suficiente coraza para salvar la vida, unos meses atrás, de Luis Carlos Galán. Sólo habían transcurrido cuarenta y cinco días de vida política abierta, desde el adiós a las armas.  ("Carlos Pizarro, el pionero de la paz" : Antonio Navarro)

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Pizarro sabía, igual o más que Galán, Jaramillo y Antequera, que lo iban a matar. Se lo había dicho la noche anterior a sus dos hijas en la que fuera su última cena. Conocía el rigor de la guerra y sabía de primera mano, testigo y protagonista de la historia, del asesinato sistemático de líderes que desde entonces nunca paró.

                                                                                                                                Es posible rastrear a Pizarro en sus fotografías. Mirando al horizonte, con su boina de combate, envolviendo su pistola en la bandera que se llevó todas sus luchas, con el sombrero blanco y el mostacho impasible. Es posible encontrar algún vestigio de él en la obsesión del escritor Carlos Fuentes, del que se dice, duró veinte años documentándose, preguntándole a García Márquez y Antonio Navarro para escribir una novela que no alcanzó a ver publicada y cuyos fragmentos tuvo que perseguir, por cinco años, el escritor Julio Ortega para después editarlos y unirlos, como puzles desperdigados de la memoria. Es aún más difícil tratar de encontrarlo en el comentario risueño de las mujeres de la época que no lo bajaban de papito, porque Pizarro era, para ellas, el Comandante Papito.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Es imposible hallar a Carlos Pizarro en la impunidad de su muerte, en el rostro de nuestra desvergüenza, en la ausencia de memoria. Pizarro, que va viniendo, va llegando, desde nuestro conveniente cúmulo de olvidos.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Por Érick Camargo Duncan* / @erickcdun / Especial para El Espectador

                                                                                                                                Temas recomendados:

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar