Por narcotráfico, exalcalde de Coper (Boyacá) será condenado en Estados Unidos

El único de los cinco colombianos que Estados Unidos pidió en extradición en 2017 por sus vínculos con el esmeraldero Pedro Orejas, que ya confesó que sí participó en negocios de narcotráfico, es el exalcalde de Coper (Boyacá), José Rogelio Nieto Molina. Así se lo hizo saber una Corte del Distrito Sur de Florida en las últimas semanas y ahora espera que el juez del caso le diga los años que deberá pasar en la cárcel. 

(En contexto: El esmeraldero Pedro "Orejas fue extraditado a EE.UU.)

El nombre del exalcalde empezó a sonar cuando hace dos años, las autoridades estadounidenses enviaron un documento de nueve páginas a Colombia en el que detallaron cómo Nieto Molina era una pieza clave de una red internacional que, desde 2002, se dedica a enviar droga al exterior. Según la investigación, los jefes de la banda serían Pedro Nel Rincón Castillo, alias Pedro Orejas y sus hermanos Gilberto y Omar Rincón Castillo. 

En ese momento, Estados Unidos los pidió a todos en extradición y, en agosto del año pasado, la Corte Suprema de Justicia le dio el aval a la solicitud, a la que se le sumó también Horacio de Jesús Triana Romero. Mientras que Nieto Molina espera conocer su condena, los demás están listos para que en febrero del próximo año comience por fin el juicio en su contra y puedan probar que nada tienen que ver con el negocio de la drogas. 

(Le puede interesar: Justicia de EE.UU. pide en extradición a 'Pedro Orejas' y a otros cuatro esmeralderos)

Para Estados Unidos, sin embargo, los hombres  “voluntariamente acordaron entre sí y con otros, distribuir una sustancia controlada por el gobierno de Estados Unidos (cocaína), sabiendo que dicha sustancia controlada es ilegal importarla a ese país”. El documento también señala que los bienes de los acusados en Estados Unidos serían confiscados, en dado caso de que se les halle culpables de pertenecer a la presunta red de narcotráfico.

Los investigadores tienen en su poder varias pruebas que demostrarían como estas cinco personas que organizaron para llevar a cabo las supuestas actividades ilegales. Por ejemplo,  uno de los testigos del caso les contó que en una reunión de la presunta red, uno de los Rincón Castillo le pidió a dos de sus subalternos que viajaran hasta Coper para reunirse con el exalcalde de un laboratorio de cocaína. 

(Lea también: Pedro "Orejas” y su organización fueron incluidos en la Lista Clinton)

“Al llegar a Coper, Nieto Molina envió al testigo 1 y al testigo 2 a un laboratorio de cocaína diferente ubicado en las afueras de Maripí (Boyacá), para recoger cinco rifles y cinco pistolas para traérselas a Nieto Molina. El testigo 1 y el testigo 2 fueron al laboratorio de cocaína en Maripí y recogieron los rifles y las pistolas”, dice la investigación de Estados Unidos. En Colombia, cuando fue detenido para responder por su caso de extradición, el exalcalde siempre negó su responsabilidad. 

Ahora, su versión es otra. Otro de los que han negado cualquien vínculo con ilegalidades es el propio Orejas. Antes de salir del país, aseguró que todo es un montaje, pero que se iba tranquilo a Estados Unidos pues sentía que en Colombia ya no tenía garantías para defenderse.  

El único de los cinco colombianos que Estados Unidos pidió en extradición en 2017 por sus vínculos con el esmeraldero Pedro Orejas, que ya confesó que sí participó en negocios de narcotráfico, es el exalcalde de Coper (Boyacá), José Rogelio Nieto Molina. Así se lo hizo saber una Corte del Distrito Sur de Florida en las últimas semanas y ahora espera que el juez del caso le diga los años que deberá pasar en la cárcel. 

(En contexto: El esmeraldero Pedro "Orejas fue extraditado a EE.UU.)

El nombre del exalcalde empezó a sonar cuando hace dos años, las autoridades estadounidenses enviaron un documento de nueve páginas a Colombia en el que detallaron cómo Nieto Molina era una pieza clave de una red internacional que, desde 2002, se dedica a enviar droga al exterior. Según la investigación, los jefes de la banda serían Pedro Nel Rincón Castillo, alias Pedro Orejas y sus hermanos Gilberto y Omar Rincón Castillo. 

En ese momento, Estados Unidos los pidió a todos en extradición y, en agosto del año pasado, la Corte Suprema de Justicia le dio el aval a la solicitud, a la que se le sumó también Horacio de Jesús Triana Romero. Mientras que Nieto Molina espera conocer su condena, los demás están listos para que en febrero del próximo año comience por fin el juicio en su contra y puedan probar que nada tienen que ver con el negocio de la drogas. 

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Para Estados Unidos, sin embargo, los hombres  “voluntariamente acordaron entre sí y con otros, distribuir una sustancia controlada por el gobierno de Estados Unidos (cocaína), sabiendo que dicha sustancia controlada es ilegal importarla a ese país”. El documento también señala que los bienes de los acusados en Estados Unidos serían confiscados, en dado caso de que se les halle culpables de pertenecer a la presunta red de narcotráfico.

Los investigadores tienen en su poder varias pruebas que demostrarían como estas cinco personas que organizaron para llevar a cabo las supuestas actividades ilegales. Por ejemplo,  uno de los testigos del caso les contó que en una reunión de la presunta red, uno de los Rincón Castillo le pidió a dos de sus subalternos que viajaran hasta Coper para reunirse con el exalcalde de un laboratorio de cocaína. 

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“Al llegar a Coper, Nieto Molina envió al testigo 1 y al testigo 2 a un laboratorio de cocaína diferente ubicado en las afueras de Maripí (Boyacá), para recoger cinco rifles y cinco pistolas para traérselas a Nieto Molina. El testigo 1 y el testigo 2 fueron al laboratorio de cocaína en Maripí y recogieron los rifles y las pistolas”, dice la investigación de Estados Unidos. En Colombia, cuando fue detenido para responder por su caso de extradición, el exalcalde siempre negó su responsabilidad. 

Ahora, su versión es otra. Otro de los que han negado cualquien vínculo con ilegalidades es el propio Orejas. Antes de salir del país, aseguró que todo es un montaje, pero que se iba tranquilo a Estados Unidos pues sentía que en Colombia ya no tenía garantías para defenderse.