Primera condena por bomba en el aeropuerto de Cúcuta que dejó dos policías muertos

A 28 años de prisión fue condenado Diego Alejandro Carrascal Benítez, quien aceptó haber coordinado la instalación de un artefacto explosivo en el aeropuerto de Cúcuta en diciembre de 2021. Tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, el hombre reconoció que fue contratado por el frente 33 de las disidencias de las Farc para coordinar el atentado, que causó la muerte de dos técnicos antiexplosivos de la Policía.

(Lea también: Estos son los dos policías que murieron en atentado del aeropuerto de Cúcuta)

La investigación esclareció en un año el minuto a minuto del plan criminal de las disidencias. Un fiscal de la dirección contra las Organizaciones Criminales pudo determinar que el frente 33 le consignó a Carrascal Benítez en su cuenta “los dineros para financiar el atentado y cubrir todos los aspectos logísticos, como compra de celulares, pagos de arriendos y otros conceptos”.

Carrascal Benítez llegó a Cúcuta proveniente de Medellín junto a otras personas 10 días antes de la detonación de la bomba en el aeropuerto Camilo Daza. Esos días estuvo haciendo “inteligencia delictiva”, según el ente investigador, hasta que el 14 de diciembre de 2021, acompañado de una mujer, trasladó los explosivos en dos maletines hasta la terminal aérea.

(Le puede interesar: Imputaciones y nueva captura en caso de explosiones en aeropuerto de Cúcuta)

En su momento, la Fiscalía dijo que tenía documentados todos los movimientos que este grupo hizo en las horas previas a la explosión. “La investigación da cuenta de que se hospedaron en un hotel del centro de la ciudad y en dos casas ubicadas cerca del aeropuerto. Asimismo, se constató que, presuntamente, usaron una carreta para simular que vendían refrescos y poder acercarse a la terminal aérea para hacer vigilancias”, señaló el ente investigador a finales del año pasado.

“Una de las cargas se activó en la espalda de uno de los señalados involucrados, causándole la muerte; la otra fue abandonada y detonada tan pronto los técnicos antiexplosivos llegaron al lugar a atender el evento”, señaló la Fiscalía en un comunicado. Tras ser capturado en diciembre de 2021, Carrascal Benítez comenzó a negociar con el ente investigador, aportó información y ahora un juez especializado de Cúcuta le impuso una pena de 28 años, además de una multa de 1.000 salarios mínimos.

(Lea también: Capturado por atentado en aeropuerto de Cúcuta tenía brazalete del Inpec)

Carrascal Benítez fue hallado culpable de los delitos de homicidio y tentativa de homicidio agravados; terrorismo; y fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos. La Fiscalía había imputado en diciembre de 2021 los mismos delitos a los supuestos socios de este sujeto en la acción criminal: Sebastián Moreno Maya, Nayibe Alexandra Londoño Carrillo; Adrián Kaled Guzmán, Yuly Mileidy Mazo y Diego Felipe Maya González.

Tras la explosión, perdieron la vida los intendentes William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, miembros del escuadrón antiexplosivos de la Policía. Semanas antes de su muerte, los dos uniformados habían sido nominados en la categoría Heroísmo de la Noche de la Excelencia Policial por su trabajo en el desminado de la subregión del Catatumbo.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

A 28 años de prisión fue condenado Diego Alejandro Carrascal Benítez, quien aceptó haber coordinado la instalación de un artefacto explosivo en el aeropuerto de Cúcuta en diciembre de 2021. Tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, el hombre reconoció que fue contratado por el frente 33 de las disidencias de las Farc para coordinar el atentado, que causó la muerte de dos técnicos antiexplosivos de la Policía.

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La investigación esclareció en un año el minuto a minuto del plan criminal de las disidencias. Un fiscal de la dirección contra las Organizaciones Criminales pudo determinar que el frente 33 le consignó a Carrascal Benítez en su cuenta “los dineros para financiar el atentado y cubrir todos los aspectos logísticos, como compra de celulares, pagos de arriendos y otros conceptos”.

Carrascal Benítez llegó a Cúcuta proveniente de Medellín junto a otras personas 10 días antes de la detonación de la bomba en el aeropuerto Camilo Daza. Esos días estuvo haciendo “inteligencia delictiva”, según el ente investigador, hasta que el 14 de diciembre de 2021, acompañado de una mujer, trasladó los explosivos en dos maletines hasta la terminal aérea.

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En su momento, la Fiscalía dijo que tenía documentados todos los movimientos que este grupo hizo en las horas previas a la explosión. “La investigación da cuenta de que se hospedaron en un hotel del centro de la ciudad y en dos casas ubicadas cerca del aeropuerto. Asimismo, se constató que, presuntamente, usaron una carreta para simular que vendían refrescos y poder acercarse a la terminal aérea para hacer vigilancias”, señaló el ente investigador a finales del año pasado.

“Una de las cargas se activó en la espalda de uno de los señalados involucrados, causándole la muerte; la otra fue abandonada y detonada tan pronto los técnicos antiexplosivos llegaron al lugar a atender el evento”, señaló la Fiscalía en un comunicado. Tras ser capturado en diciembre de 2021, Carrascal Benítez comenzó a negociar con el ente investigador, aportó información y ahora un juez especializado de Cúcuta le impuso una pena de 28 años, además de una multa de 1.000 salarios mínimos.

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Carrascal Benítez fue hallado culpable de los delitos de homicidio y tentativa de homicidio agravados; terrorismo; y fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos. La Fiscalía había imputado en diciembre de 2021 los mismos delitos a los supuestos socios de este sujeto en la acción criminal: Sebastián Moreno Maya, Nayibe Alexandra Londoño Carrillo; Adrián Kaled Guzmán, Yuly Mileidy Mazo y Diego Felipe Maya González.

Tras la explosión, perdieron la vida los intendentes William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, miembros del escuadrón antiexplosivos de la Policía. Semanas antes de su muerte, los dos uniformados habían sido nominados en la categoría Heroísmo de la Noche de la Excelencia Policial por su trabajo en el desminado de la subregión del Catatumbo.

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