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Hasta no hace mucho, Carlos Mahecha y su esposa Anastasia Casas eran reputados miembros de la sociedad bogotana, con acciones en la sociedad dueña de las clínicas El Country y La Colina, sus hijos estudiaban en colegios bilingües y costosos, y poseían además carros de alta gama y propiedades en varios puntos del país, incluyendo un penthouse enorme en un edificio cerca del Parque de la 93, el cual fue remodelado hace poco. Pero su panorama es otro, tras haber promovido desde 2008 el fallido negocio del hotel boutique Quarzo Bal Harbour, en Miami, por el que deben más de US$40 millones a inversores que les creyeron.
Para empezar, como reveló este diario, en febrero de este año, el agente liquidador asignado por la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Florida, Drew Dillworth, le recomendó a la justicia de su país que los Mahecha Casas sean procesados por 18 cargos (todos relacionados con posibles malos manejos de los más de US$30 millones que recaudaron del público). Al escudriñar la contabilidad de Quarzo Bal Harbour, Dillworth descubrió que los Mahecha Casas obtuvieron el dinero prometiendo rentabilidades anuales hasta del 18 %, pero habrían tomado los recursos para uso personal aun cuando la insolvencia de la compañía ya era más que evidente.
Aun en medio de la cuarentena, ese proceso civil siguió avanzando y el pasado 6 de abril, vía correo certificado, un expediente de 200 páginas fue enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Con documentos en inglés y su respectiva traducción oficial al español, en nombre de la Corte Quiebras, el equipo de Dillworth remitió unos formatos para Mahecha, su esposa y sus hijos. Así los notificó del “llamamiento a juicio y notificación de pre-juicio en un procedimiento litigioso”, cuyo fin es “la recuperación de activos distraídos [o sustraídos] de la entidad en quiebra por montos superiores a US$40’000.000”.
Según los documentos, los Mahecha Casas tienen “que presentar una respuesta formal a la corte dentro de los (30) treinta días subsiguientes de recibir el Llamamiento a Juicio y la Demanda”. Asimismo, el pasado 2 de junio había una citación para “la conferencia previa al juicio”, en la cual se advertía que, si no había contestación alguna, “se considerará que su falta de respuesta es su consentimiento para que el tribunal de quiebras dicte una sentencia y se podrá dictar una sentencia por incomparecencia en su contra por la reparación exigida en la demanda”. Dillworth y su gente adjuntaron también el informe de febrero pasado en español.
Según el agente liquidador Drew Dillworth, los Mahecha Casas tomaron dinero de los inversionistas y lo despilfarraron en gastos personales, como en su apartamento en Miami o en los BMW que usaban para desplazarse por la ciudad. Los más de 160 inversores eran en su mayoría colombianos y, le han contado algunos a este diario, confiaban en el buen nombre del que gozaba la familia Mahecha. Entre ellos figura el general (r) Mario Montoya, quien, de acuerdo con documentos en poder de este diario, invirtió casi US$1 millón. Él dijo que fueron US$390.000, reportados ante la DIAN, aunque no entregó soportes de ello.
(Las preguntas que deja la inversión de cientos de miles de dólares del general (r) Montoya)
Denuncia local
Los líos legales para estos colombianos que tenían visa de inversionistas en Estados Unidos no se limitan a ese país. El pasado 3 de marzo, quedó asignada a una fiscalía local de Bogotá la denuncia que presentó el abogado Jaime Guzmán en contra de los esposos Mahecha Casas. Se radicó en nombre de una mujer que los conoció en 2012 y, en 2017, estos le hablaron de una inversión rentable y con gran futuro. Le hablaban de Quarzo Bal Harbour, un proyecto que nació en 2007 con la compra de los inmuebles que iban a convertirse en un hotel de lujo y que, ha dicho la justicia estadounidense, era inviable financieramente desde 2008.
En la denuncia que llegó a la Fiscalía se plasmó que los Mahecha Casas le dijeron a su conocida que podría viajar al proyecto una semana al año sin pagar nada, y le prometieron retorno incluso con lo que saliera de la venta de su parte de la sociedad Administradora Country S.A. Su persistencia consiguió que la mujer les entregara casi US$1 millón, dinero que nunca volvió a ver a pesar de que los Mahecha Casas sí vendieron sus acciones en la mencionada sociedad. Según la Resolución 005320 de 2019 de la Superintendencia de Salud, en el acta 39 de abril de 2019, la asamblea de Administradora Country admitió la transacción.
Tenían el 25 % de las acciones de la sociedad. Al negocio, indica el documento de la Supersalud, se le “realizó el filtro Sarlaft, consistente en revisión de bases de datos relacionadas con lavado de activos y financiación del terrorismo” y todo estaba en orden. El Espectador no pudo confirmar de manera independiente por cuánto dinero se pactó esa cesión de acciones, pero varias fuentes expertas en el tema señalan que debió ser por muchos millones de dólares. Por la fecha de la resolución de la Supersalud, se sabe que el negocio se cerró del todo cuando Quarzo Bal Harbour ya se había acogido a la Ley de Quiebras en Florida (EE. UU.)
El expediente que se envió desde Florida ya está en la Cancillería colombiana. Este diario supo que una prestigiosa firma de abogados colombiana fue contratada desde Estados Unidos para hacer los trámites que se requieren con el fin de lograr la notificación, la cual no se ha podido hacer porque, por la cuarentena obligatoria a raíz de la pandemia del COVID-19, en Colombia casi todos los juzgados quedaron fuera de servicio temporalmente. Una vez los juzgados vuelvan a funcionar, se hará el proceso respectivo. Si no son ubicados, el juicio en Estados Unidos igual seguirá adelante.
A su socio, el también colombiano Juan Guillermo Arcila, le leerán la sentencia en la primera semana de julio. Mahecha y él eran socios desde antes de que Quarzo Bal Harbour se llamara así, y crearon empresas como Synergy Investment & Development Group, D’Acqua Partners, Brizza Development o Luna —que fracasó igualmente—. En Quarzo Bal Harbour, los propios Mahecha Casas invirtieron cerca de US$3 millones, aseguró Juan Arcila en una extensa declaración que dio en mayo de 2018. Duró siete horas y cuarenta minutos y quedó plasmada en un documento de 311 páginas.
“¿Sabe dónde está Carlos Mahecha hoy?”, le preguntaron ese día a Arcila. “No tengo idea”, contestó. “Generalmente, ¿sabe dónde está?”. “En Bogotá”. Allí es donde esperan encontrarlo a él y a su familia quienes van a notificarlos del juicio civil que comenzará pronto en Estados Unidos. Mahecha y Arcila se conocieron en 2004 por alguien en común que los presentó porque Mahecha quería invertir en finca raíz. Así comenzaron a trabajar juntos hasta que en 2008, con Quarzo Bal Harbour, fue el principio del fin. Supieron de ese hotel por la agencia de bienes raíces Fortune International Realty. La fortuna internacional de los bienes raíces.