¿Qué sucede en el CEFA, el colegio donde sus alumnas se rebelaron contra el acoso?
Un patio central tomado por decenas de estudiantes, en medio de carteles y globos blancos y violetas. Un profesor, Carlos Mario Jaramillo, quien renunció tras quedar señalado públicamente por acoso. Denuncias anónimas de estudiantes, egresadas y activas, que se cansaron de callar. Conozca aquí entrevistas y detalles del caso.
Jhoan Sebastian Cote
jcote@elespectador.com / @SebasCote95
Los “buenos días” del pasado 8 de marzo, como se le conoce a la formación estudiantil en el colegio CEFA de Medellín, terminaron en una revolución interna contra el acoso sexual. Decenas de estudiantes, de distintos grados, utilizaron esta vez los marcadores y las carteleras para rechazar las presuntas omisiones de la directiva de la institución, la cual, según se arengaron las alumnas, ha fallado en su misión de proteger la dignidad de sus estudiantes. Al final de la jornada, coloreada por globos blancos y violeta, las paredes quedaron marcadas con grafitis contra el profesor Carlos Mario Jaramillo. “Acosador”, “violador”, se lee.
En contexto: Rectora del CEFA dio la cara por denuncias de acoso y así respondieron sus alumnas
Todo inició con un derecho de petición que una estudiante allegó a las directivas del Centro Formativo de Antioquia (CEFA), un colegio público de tradición, con más de ochenta años de presencia y que cuenta con más de 1.000 estudiantes. Todas mujeres. Al parecer, según lo que ha podido conocer El Espectador de las entrañas del colegio, esa petición del 31 de enero, una denuncia contra el profesor Carlos Mario Jaramillo, no tuvo resultado alguno. “La rectora, Aura Medina, dijo que no estaba dentro de sus funciones y el caso tenía que llevarse a la Fiscalía. Eso levantó la furia de todas las estudiantes que han sido acosadas con por ese profesor”, le comentó a este diario una estudiante activa.
Se convocó entonces la manifestación. En el marco del Día de la Mujer, que en las capitales del país fue conmemorado con marchas feministas, las alumnas del CEFA sacaron su arsenal: globos, carteleras, marcadores y aerosoles. En uno de los patios centrales, donde anualmente se celebra el reconocido baile de fin de año, alrededor de 50 estudiantes de grado once hicieron un círculo. “Cantamos sin miedo, pedimos justicia. Gritamos por cada desaparecida. Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas! Que caiga con fuerza el feminicida”, cantaron.
En contexto: Estudiantes de colegio en Medellín denuncian presuntos casos de acoso sexual
En medio de la manifestación, algunas se arrodillaron y se taparon la boca intentando demostrar que presuntamente las estarían callando. Dentro y a las afueras del CEFA fueron destrozados vidrios y algunas estudiantes pintaron con aerosol el nombre de Carlos Mario Jaramillo. Se trata de un profesor de educación física, quien llevaba 17 años en la institución. La mayoría de las denuncias públicas convergen en que sería responsable por intentos de tocamiento, comentarios subidos de tono y hasta de inducir a las menores de edad a hacer poses sexuales en clases de natación. Este 10 de marzo renunció, como lo confirmó la Secretaría de Educación de Medellín.
Al final del día, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) fue enviado por el distrito al colegio, ubicado en el centro de Medellín. Cerca a sus instalaciones, la marcha de las estudiantes, en jardinera, se mezcló con jóvenes feministas que en vía pública participaron en las manifestaciones por el Día de la Mujer. El pasado 9 de marzo, la Secretaría de Educación visitó el colegio y recién hasta ayer entregó la primera información. Estudiantes activas, en diálogo con este diario, se preguntan ¿por qué las autoridades toman acciones después de la protesta?
Lea: ¿Cómo no repetir los errores en el caso de abuso en el Marymount?
Las denuncias contra Carlos Mario Jaramillo
“El año pasado nos dio clase. En mi grupo varias de mis compañeras tuvieron dilemas con él. Por ejemplo, una niña iba muy mal y él le dijo, como me contó, que ‘ni siquiera haciendo otras cosas la pongo a ganar’. En las piscinas, en los momentos que nos tocaba natación, hacía que ellas trotaran en traje de baño. Lo cual es muy incómodo y más frente a él. Nos ponía a hacer ejercicios a los que le ponía nombres demasiado vulgares. Hay un calentamiento dizque de ‘perrito’, pero así no se llama. A las que estaban en traje de baño les tocó hacer ese ejercicio frente a él”.
Puede ver: “Todas fuimos víctimas de un abuso institucional”, exalumna del Colegio Marymount
Esta es una de las denuncias anónimas que conoció este diario. Se trata de una estudiante activa, quien asegura haber tenido clase con Jaramillo y presenciar las acciones que las motivaron a tomarse el colegio. Recuerda, dice, cómo el profesor al parecer se metía en los baños cercanos a la piscina del colegio y, con la excusa de decirles que iban a llegar tarde, las miraba en el espacio que debería ser privado. “En una ocasión mencionó que mi sudadera estaba muy pequeña y se veía que yo tenía muchas piernas”, agregó la estudiante.
Asimismo, este diario conoció denuncias anónimas que fueron recolectadas en redes sociales por activistas feministas. Una de las estudiantes aseguró que en los baños de la piscina, Jaramillo presuntamente les decía “se están demorando mucho, ya va a sonar el timbre”. Aparte, denunciantes le aportaron este diario una carta allegada a la rectora Medina. En ella, una estudiante refiere que el profesor al parecer le habría dicho comentarios misóginos. “Se han notado expresiones sumamente machistas que afectan la feminidad hacia las estudiantes como: ‘Como mujer deberías saber barrer y trapear, ¿no te lo enseñaron en casa?’”.
Nuevas revelaciones
Catalina* es una egresada de CEFA. Recuerda haber tenido clase, por unos meses, con un profesor al que le dicen el “Osito”. Denuncia por primera vez en medios de comunicación que se trataría de su victimario. Estando en grado noveno, explicó, se había atrasado una semana en sus clases de física. Entonces, buscó al profesor con el objetivo de hallar un espacio de estudio y así estar a la par con sus compañeras. El docente, continuó la joven con su testimonio, la citó junto a otra compañera al salón de física. No obstante, Catalina* llegó sola, porque su amiga se demoró en la cafetería.
Puede ver: El Marymount y el silencio de la violencia sexual en los colegios de Colombia
“Se sentó en su mesa y yo corrí una silla y me senté en frente de él. Le dije que mi compañera ya venía. Me dijo que fuera diciéndole lo que no entendíamos. El profesor comenzó a explicarme y había cosas que todavía no le cogía y entonces comencé a preguntarle. El señor, entonces, empieza a acercarse más hacia mí. En un momento puso su mano en mi pierna, como a acariciarla. Me dijo que para qué quería entender tanto, que yo no necesitaba entender nada”, le contó a El Espectador.
¿Qué responden las autoridades?
La rectora del CEFA, Aura Medina, explicó en medios de comunicación que por el momento no conoce casos de acceso carnal, pero sí ha estado alerta de denuncias por acoso sexual. Aseguró que, aunque la marea está alta, ella ha estado en una actitud de escucha y no ha tomado la situación de convivencia con la “cabeza gacha”. Explicó que desde el pasado 31 de enero, a través de un derecho de petición, conoció de las denuncias contra Carlos Mario Jaramillo. Sin embargo, precisó que le está imposibilitado despedir a docentes, dado que es un colegio público y eso depende de la Secretaría de Educación.
Lea también: Padres de un colegio de Cali terminaron investigados tras denunciar acoso
La secretaria de Educación de Medellín, Alexandra Agudelo Ruiz, explicó que ya aceptó la renuncia de Jaramillo, contra quien la Fiscalía por ahora no tiene una investigación abierta. “El código fucsia fue activado y toda la ruta que este caso ha requerido la hemos tenido al frente. Hemos tenido reuniones con estudiantes, maestros, la rectora. La investigación continua. Es una invitación a la comunidad educativa a que acojamos a nuestros niños, niñas y jóvenes”, concluyó Agudelo.
“Si estas no son las formas, ¿Cuáles son las formas?”
Diana* es egresada del CEFA y, gracias a su paso por la institución, busca el sueño de ser docente. Le dijo a El Espectador que el centro educativo tiene el horizonte de la excelencia y que brinda la oportunidad a sus estudiantes de salir con media carrera técnica. Y es cierto, la institución brinda más de 10 especialidades como enfermería, arte, diseño, comercio, matemáticas y hasta ciencias químicas. Durante los últimos días ha estado reuniendo denuncias anónimas, de estudiantes activas y egresadas, y se ha encontrado con lo que considera un patrón de acoso a las estudiantes.
Lea: Acoso sexual: ¿Por qué no sabemos enfrentarlo en los colegios?
“Si yo estoy en el colegio y tengo un profesor en el que confío y resulta que este profesor me acosa ¿Yo con que confianza voy a ir a contarle esto a un hombre desconocido de la Fiscalía? Es demasiado complejo ver como siguen escandalizándose más porque en el plantón en el colegio pintaron las paredes y rompieron los vidrios, que por el hecho de que hay profesores adultos denunciados por acosar a menores de edad. No entiendo cómo la gente se preocupa más por la infraestructura del colegio. Están diciendo que las tocan, que las miran, que les hacen comentarios. Podrían ser las hijas de esos profesores fácilmente. Si estas no son las formas, ¿Cuáles son las formas?”, concluyó.
En general, las estudiantes no discuten sobre si el CEFA es un colegio que les dé las herramientas para formarse, luego, profesionalmente. Aman su institución, ubicada en el corazón de Medellín y donde se prevén más plantones durante lo que queda de la semana. La Fiscalía por ahora no da a conocer si existen noticias criminales contra Jaramillo, quien ante la tormenta dejó el puesto que ocupaba desde hace casi dos décadas. Para la historia quedará la revolución feminista del CEFA, el colegio donde ninguna callará.
Este diario omitió el nombre de las fuentes consultadas para proteger su derecho a la privacidad*
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Los “buenos días” del pasado 8 de marzo, como se le conoce a la formación estudiantil en el colegio CEFA de Medellín, terminaron en una revolución interna contra el acoso sexual. Decenas de estudiantes, de distintos grados, utilizaron esta vez los marcadores y las carteleras para rechazar las presuntas omisiones de la directiva de la institución, la cual, según se arengaron las alumnas, ha fallado en su misión de proteger la dignidad de sus estudiantes. Al final de la jornada, coloreada por globos blancos y violeta, las paredes quedaron marcadas con grafitis contra el profesor Carlos Mario Jaramillo. “Acosador”, “violador”, se lee.
En contexto: Rectora del CEFA dio la cara por denuncias de acoso y así respondieron sus alumnas
Todo inició con un derecho de petición que una estudiante allegó a las directivas del Centro Formativo de Antioquia (CEFA), un colegio público de tradición, con más de ochenta años de presencia y que cuenta con más de 1.000 estudiantes. Todas mujeres. Al parecer, según lo que ha podido conocer El Espectador de las entrañas del colegio, esa petición del 31 de enero, una denuncia contra el profesor Carlos Mario Jaramillo, no tuvo resultado alguno. “La rectora, Aura Medina, dijo que no estaba dentro de sus funciones y el caso tenía que llevarse a la Fiscalía. Eso levantó la furia de todas las estudiantes que han sido acosadas con por ese profesor”, le comentó a este diario una estudiante activa.
Se convocó entonces la manifestación. En el marco del Día de la Mujer, que en las capitales del país fue conmemorado con marchas feministas, las alumnas del CEFA sacaron su arsenal: globos, carteleras, marcadores y aerosoles. En uno de los patios centrales, donde anualmente se celebra el reconocido baile de fin de año, alrededor de 50 estudiantes de grado once hicieron un círculo. “Cantamos sin miedo, pedimos justicia. Gritamos por cada desaparecida. Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas! Que caiga con fuerza el feminicida”, cantaron.
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En medio de la manifestación, algunas se arrodillaron y se taparon la boca intentando demostrar que presuntamente las estarían callando. Dentro y a las afueras del CEFA fueron destrozados vidrios y algunas estudiantes pintaron con aerosol el nombre de Carlos Mario Jaramillo. Se trata de un profesor de educación física, quien llevaba 17 años en la institución. La mayoría de las denuncias públicas convergen en que sería responsable por intentos de tocamiento, comentarios subidos de tono y hasta de inducir a las menores de edad a hacer poses sexuales en clases de natación. Este 10 de marzo renunció, como lo confirmó la Secretaría de Educación de Medellín.
Al final del día, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) fue enviado por el distrito al colegio, ubicado en el centro de Medellín. Cerca a sus instalaciones, la marcha de las estudiantes, en jardinera, se mezcló con jóvenes feministas que en vía pública participaron en las manifestaciones por el Día de la Mujer. El pasado 9 de marzo, la Secretaría de Educación visitó el colegio y recién hasta ayer entregó la primera información. Estudiantes activas, en diálogo con este diario, se preguntan ¿por qué las autoridades toman acciones después de la protesta?
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Las denuncias contra Carlos Mario Jaramillo
“El año pasado nos dio clase. En mi grupo varias de mis compañeras tuvieron dilemas con él. Por ejemplo, una niña iba muy mal y él le dijo, como me contó, que ‘ni siquiera haciendo otras cosas la pongo a ganar’. En las piscinas, en los momentos que nos tocaba natación, hacía que ellas trotaran en traje de baño. Lo cual es muy incómodo y más frente a él. Nos ponía a hacer ejercicios a los que le ponía nombres demasiado vulgares. Hay un calentamiento dizque de ‘perrito’, pero así no se llama. A las que estaban en traje de baño les tocó hacer ese ejercicio frente a él”.
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Esta es una de las denuncias anónimas que conoció este diario. Se trata de una estudiante activa, quien asegura haber tenido clase con Jaramillo y presenciar las acciones que las motivaron a tomarse el colegio. Recuerda, dice, cómo el profesor al parecer se metía en los baños cercanos a la piscina del colegio y, con la excusa de decirles que iban a llegar tarde, las miraba en el espacio que debería ser privado. “En una ocasión mencionó que mi sudadera estaba muy pequeña y se veía que yo tenía muchas piernas”, agregó la estudiante.
Asimismo, este diario conoció denuncias anónimas que fueron recolectadas en redes sociales por activistas feministas. Una de las estudiantes aseguró que en los baños de la piscina, Jaramillo presuntamente les decía “se están demorando mucho, ya va a sonar el timbre”. Aparte, denunciantes le aportaron este diario una carta allegada a la rectora Medina. En ella, una estudiante refiere que el profesor al parecer le habría dicho comentarios misóginos. “Se han notado expresiones sumamente machistas que afectan la feminidad hacia las estudiantes como: ‘Como mujer deberías saber barrer y trapear, ¿no te lo enseñaron en casa?’”.
Nuevas revelaciones
Catalina* es una egresada de CEFA. Recuerda haber tenido clase, por unos meses, con un profesor al que le dicen el “Osito”. Denuncia por primera vez en medios de comunicación que se trataría de su victimario. Estando en grado noveno, explicó, se había atrasado una semana en sus clases de física. Entonces, buscó al profesor con el objetivo de hallar un espacio de estudio y así estar a la par con sus compañeras. El docente, continuó la joven con su testimonio, la citó junto a otra compañera al salón de física. No obstante, Catalina* llegó sola, porque su amiga se demoró en la cafetería.
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“Se sentó en su mesa y yo corrí una silla y me senté en frente de él. Le dije que mi compañera ya venía. Me dijo que fuera diciéndole lo que no entendíamos. El profesor comenzó a explicarme y había cosas que todavía no le cogía y entonces comencé a preguntarle. El señor, entonces, empieza a acercarse más hacia mí. En un momento puso su mano en mi pierna, como a acariciarla. Me dijo que para qué quería entender tanto, que yo no necesitaba entender nada”, le contó a El Espectador.
¿Qué responden las autoridades?
La rectora del CEFA, Aura Medina, explicó en medios de comunicación que por el momento no conoce casos de acceso carnal, pero sí ha estado alerta de denuncias por acoso sexual. Aseguró que, aunque la marea está alta, ella ha estado en una actitud de escucha y no ha tomado la situación de convivencia con la “cabeza gacha”. Explicó que desde el pasado 31 de enero, a través de un derecho de petición, conoció de las denuncias contra Carlos Mario Jaramillo. Sin embargo, precisó que le está imposibilitado despedir a docentes, dado que es un colegio público y eso depende de la Secretaría de Educación.
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La secretaria de Educación de Medellín, Alexandra Agudelo Ruiz, explicó que ya aceptó la renuncia de Jaramillo, contra quien la Fiscalía por ahora no tiene una investigación abierta. “El código fucsia fue activado y toda la ruta que este caso ha requerido la hemos tenido al frente. Hemos tenido reuniones con estudiantes, maestros, la rectora. La investigación continua. Es una invitación a la comunidad educativa a que acojamos a nuestros niños, niñas y jóvenes”, concluyó Agudelo.
“Si estas no son las formas, ¿Cuáles son las formas?”
Diana* es egresada del CEFA y, gracias a su paso por la institución, busca el sueño de ser docente. Le dijo a El Espectador que el centro educativo tiene el horizonte de la excelencia y que brinda la oportunidad a sus estudiantes de salir con media carrera técnica. Y es cierto, la institución brinda más de 10 especialidades como enfermería, arte, diseño, comercio, matemáticas y hasta ciencias químicas. Durante los últimos días ha estado reuniendo denuncias anónimas, de estudiantes activas y egresadas, y se ha encontrado con lo que considera un patrón de acoso a las estudiantes.
Lea: Acoso sexual: ¿Por qué no sabemos enfrentarlo en los colegios?
“Si yo estoy en el colegio y tengo un profesor en el que confío y resulta que este profesor me acosa ¿Yo con que confianza voy a ir a contarle esto a un hombre desconocido de la Fiscalía? Es demasiado complejo ver como siguen escandalizándose más porque en el plantón en el colegio pintaron las paredes y rompieron los vidrios, que por el hecho de que hay profesores adultos denunciados por acosar a menores de edad. No entiendo cómo la gente se preocupa más por la infraestructura del colegio. Están diciendo que las tocan, que las miran, que les hacen comentarios. Podrían ser las hijas de esos profesores fácilmente. Si estas no son las formas, ¿Cuáles son las formas?”, concluyó.
En general, las estudiantes no discuten sobre si el CEFA es un colegio que les dé las herramientas para formarse, luego, profesionalmente. Aman su institución, ubicada en el corazón de Medellín y donde se prevén más plantones durante lo que queda de la semana. La Fiscalía por ahora no da a conocer si existen noticias criminales contra Jaramillo, quien ante la tormenta dejó el puesto que ocupaba desde hace casi dos décadas. Para la historia quedará la revolución feminista del CEFA, el colegio donde ninguna callará.
Este diario omitió el nombre de las fuentes consultadas para proteger su derecho a la privacidad*
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