Quién es Augusto Rodríguez, la mano derecha de Petro que sicarios intentaron balear
Un grupo de sicarios intentó asesinar a Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección, quien ha denunciado corrupción dentro de la entidad. Es la sombra de Petro desde la desmovilización del M-19. Le habla al oído y lo ayudó a meter presos a congresistas por parapolítica.
Hacia la media noche de este 7 de marzo, un grupo de sicarios llegó a la casa de Augusto Rodríguez Ballesteros, en el barrio Ciudad Montes, en el sur de Bogotá. Luego de un cruce de disparos, uno de los sicarios terminó muerto, en medio de un fallido atentado que, al parecer, buscaba acabar con la vida del director de la Unidad Nacional de Protección (UNP). El presidente Gustavo Petro, quien lo puso en el cargo, infirió que el caso estaría relacionado con las presuntas mafias en la contratación dentro de la UNP, por las cuales el director ya ha tenido serios problemas con los sindicatos.
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Hacia la media noche de este 7 de marzo, un grupo de sicarios llegó a la casa de Augusto Rodríguez Ballesteros, en el barrio Ciudad Montes, en el sur de Bogotá. Luego de un cruce de disparos, uno de los sicarios terminó muerto, en medio de un fallido atentado que, al parecer, buscaba acabar con la vida del director de la Unidad Nacional de Protección (UNP). El presidente Gustavo Petro, quien lo puso en el cargo, infirió que el caso estaría relacionado con las presuntas mafias en la contratación dentro de la UNP, por las cuales el director ya ha tenido serios problemas con los sindicatos.
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Desde agosto del año pasado, Rodríguez ocupa el cargo con mayor responsabilidad en toda su carrera: dirigir la unidad que garantiza la seguridad a más de 7.000 personas en latente riesgo, entre ellos altos funcionarios, así como líderes sociales y defensores de derechos humanos de zonas del país con deficiente presencia estatal. Como director de la UNP, Rodríguez asegura haber encontrado una mafia que históricamente ha manejado la contratación en la entidad. Como lo explicó en entrevista con El Espectador, el 70% del presupuesto va a terceros que prestan el servicio de protección, que tendrían monopolizado el servicio estatal.
Según el propio Rodríguez, el atentado en su contra tendría que ver con esas denuncias que ha hecho sobre quiénes están controlando el negocio de la protección del Estado. La Fiscalía inició una investigación para esclarecer el atentado que sufrió el director de la UNP, mientras que el presidente Gustavo Petro y Rodríguez aseguran que tendría relación con los señalamientos que ha venido haciendo de corrupción en la entidad. “Se ha desplegado toda su capacidad investigativa con fiscales, investigadores y analistas que permita identificar y judicializar a los responsables del acto violento del que fue víctima el director de la UNP Augusto Rodríguez”, expresó la Fiscalía.
Petro llevó a Rodríguez a la UNP con la promesa de que la unidad proteja a la ciudadanía, pero también “se proteja a sí misma”. No fue un nombramiento cualquiera, pues Rodríguez ha sido la mano derecha del presidente desde por lo menos 1990, cuando la guerrilla del M-19, a la que ambos pertenecían, se desmovilizó. La cercanía de Rodríguez con la política empezó apenas entregó armas, cuando coordinó la campaña a la presidencia de Antonio Navarro Wolff, en 1994. Entonces, este último era el rostro político más visible de los exM-19.
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De Rodríguez como estratega político, hay antecedentes. Como contó El País de España y La Silla Vacía, los expresidentes (y entonces candidatos) Ernesto Samper y Andrés Pastrana fueron invitados a un debate en Inravisión en 1994. Rodríguez, conociendo que Navarro solo marcaba un 4 % en las encuestas, coló al excombatiente con una peluca y un bigote en las instalaciones del canal, con la ayuda de la Asociación Colombiana de Trabajadores de Televisión. “El ex comandante guerrillero Antonio Navarro, candidato a la presidencia por la Alianza Democrática M-19, interrumpió brevemente en la noche del jueves el debate televisado entre los dos más firmes candidatos”, recuerda El País.
Luego de eso, empezó la relación profesional entre Rodríguez y Petro, quien en 1994 perdió las elecciones al Senado. El ahora presidente, no obstante, se hizo un espacio como Representante a la Cámara por Bogotá en 1998. Aunque el protagonista siempre ha sido Petro, Rodríguez ha sido su sombra desde que fue nombrado miembro de su Unidad de Trabajo Legislativo, un cargo que tomó en 1998 y que no soltaría por 12 años. Fuentes cercanas al presidente Petro recuerdan que Rodríguez fue uno de los encargados de la investigación que posicionó a Petro como una voz con fuerte eco en Colombia: los debates sobre parapolítica.
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Petro, de hecho, suele destacar aquellos debates que le permitieron conocer al país que la política y las autodefensas, en los años 90 e inicios de los 2000, caminaron juntos. En 2002, el mandatario señaló al senador Álvaro José García, conocido como el Gordo, por dejar la política en Sucre a la merced del paramilitarismo. Enseñó testimonios y documentos que, a la distancia, eran proyectados por Rodríguez con un videobeam. Ocho años después, la Corte Suprema de Justicia le daría la razón en ese caso particular, cuando condenó al Gordo por ordenar la masacre de Macayepo, en la cual fueron asesinados, con piedras y garrotes, una decena de campesinos acusados falsamente de colaborar con la guerrilla.
Pero, entre los trabajos por los que se destaca a Rodríguez es, según cuentan sus cercanos, como recogió La Silla Vacía, su capacidad para escoger quién debe ser cercano a Petro y quién no. Por años examinó las hojas de vida de quienes podrían ser parte de la UTL, una de las más exitosas en la historia reciente, dado que Petro estuvo en el Congreso, entre 1998 y 2010, hasta que aspiró a la Alcaldía de Bogotá. Al final, en 2012, la política de Bogotá Humana convenció a la mayoría de los capitalinos votantes, quienes le confiaron a la ciudad a un exguerrillero por primera vez en la historia.
El nombre de Augusto Rodríguez fue conocido públicamente una vez se estrenó el gobierno de Petro en Bogotá. Todo porque el ahora presidente se retractó de nombrar al exalcalde encargado de Bogotá, Paul Bromberg, como veedor distrital. ¿La razón? Este último no aceptó a Augusto Rodríguez como viceveedor, a petición del mismísimo Petro. La negativa de Bromberg no era tan descabellada, teniendo en cuenta que Rodríguez no tenía experiencia como administrador público y, en realidad, de profesión es la de ingeniero químico.
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Durante la alcaldía de Petro, además, Rodríguez fue nombrado miembro de la junta directiva de la Empresa de Acueducto y Alcantarilla de Bogotá. Ese cargo también lo ocupó, por otro lado, la exfiscal Martha Lucía Zamora, quien una década después fue nombrada por Petro presidente como directora de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado. Rodríguez confesó, en entrevista con La Silla Vacía, que su función se podría resumir en guardarle la espalda al entonces alcalde.
“Mi función era enterarme de los procesos en las entidades, verificar que se cumplieran las cosas fundamentales, averiguar qué empresas contrataban con la Alcaldía. Pero no era una investigación como la de los manuales, sino a fondo. Saber quiénes eran, con quiénes más contrataban, si tenían algo raro”, aseguró el director de la UNP en entrevista. Con la salida de Petro de la alcaldía de Bogotá, en 2015, el máximo mandatario siguió su carrera en el Congreso. Ahí lo acompañó, de nuevo, Rodríguez, quien no podía faltar en su Unidad de Trabajo Legislativo, entre 2018 y 2022.
Ahora, Rodríguez es quien tiene el timón de la UNP. Lo intentaron balear en Ciudad Montes, en la misma localidad de la que quiso ser alcalde local en 1992, como registró El Tiempo. Durante sus primeros meses en cabeza de la entidad, se enfocó en corregir lo que consideraba que estaba mal. Eso incluye una presunta mafia, de la que nada se sabía hasta su llegada. “Se vienen nuevos procesos de paz y van a venir nuevos actores que, una vez dejen las armas, tienen que ser protegidos. Nos estamos preparando para ello”, concluyó en entrevista con este diario. Por ahora, se salvó de morir gracias, justamente, a su esquema de seguridad.
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