Rastreos a dineros del Chicó
Fiscalía indaga reporte de la UIAF que indicó operaciones sospechosas del club de fútbol bogotano.
Juan David Laverde Palma
El 16 de diciembre de 2009, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) del Ministerio de Hacienda le envió a la Fiscalía un reporte de operaciones financieras sospechosas relacionadas con transacciones del Chicó Fútbol Club y de su dueño, Eduardo Pimentel Murcia. Ocho meses después el caso le fue asignado a un fiscal de la Unidad de Lavado de Activos para establecer el origen, monto y destino de los dineros detectados por la UIAF en distintas cuentas. Hoy, la Fiscalía busca acelerar sus pesquisas para aclarar de una buena vez estas transacciones.
El Espectador conoció detalles de los datos recogidos por el informe de la UIAF y las operaciones que ahora están en el radar de la Fiscalía. La sociedad Bogotá Chicó Fútbol Club está inscrita en la Cámara de Comercio desde el 2 de abril de 2002, con un capital inicial de $665 millones. En más de una década en el fútbol profesional, el balance del equipo que estructuró Pimentel es más que bueno: fue campeón en el año 2008, se ha mantenido lejos de cualquier posibilidad de descenso y es un surtidor de nuevos jugadores para el profesionalismo. Hoy lucha por entrar en el grupo de los ocho.
No obstante, millonarias transacciones y reintegro de divisas en 2005 y 2006, así como la venta del jugador Marco Jhonier Pérez, constituyen la piedra angular del reporte de la UIAF que indaga la Fiscalía. En el informe se documenta que Pimentel presentó en 2006 una certificación de ingresos por $25 millones, pero entre el 1° de septiembre y el 30 de noviembre de 2007 registró movimientos financieros por $361 millones en dos cuentas a su nombre. Asimismo, se estableció que en 2005 el Chicó realizó reintegros de divisas por US$789 mil y, en 2006 por US$900 mil. Las transacciones se dieron por concepto de venta de pases de jugadores a la compañía brasileña Sonda Supermercados Export.
Consultado por El Espectador, Eduardo Pimentel explicó que no hubo de nada de sospechoso en esas transacciones que correspondieron, según él, a la venta del jugador Wason Rentería al Internacional de Porto Alegre, Brasil. “Sonda es un grupo muy grande, como los Olímpica de aquí. Allá son unas 500 tiendas”, dijo Pimentel para sustentar seguidamente que todos los dineros que han entrado por contratos han sido reportados a la Dimayor y a la Federación Colombiana de Fútbol. Sobre el pago de Rentería detalló que se dio en dos etapas, entre 2004 y 2006. Al principio se vendió el 50% de su pase y, como el jugador comenzó a rendir, finalmente se pagaron todos sus derechos.
En otro de los aspectos del reporte de la UIAF aparece la transacción por la venta de Marco Pérez como una operación sospechosa. Ésta se dio en el año 2009, cuando el Chicó Fútbol Club cedió el 50% de sus derechos económicos sobre el jugador a la sociedad extranjera Cross Trading S.A., domiciliada en la República de Seychelles, un conjunto de 115 islas ubicadas en el océano Índico, muy cerca de Madagascar (África), que es un paraíso fiscal. Según el contrato, el precio de esta venta del 50% de los derechos de Pérez se pactó en US$1 millón que debían ser pagados en tres cuotas durante los 60 días siguientes.
Más adelante, la UIAF registró que entre el 1° de enero y el 31 de julio de 2009 el Chicó realizó movimientos financieros por más de $3.365 millones e ingreso de divisas por más de $1.169 millones. Dichas transacciones coincidieron con la venta de Marco Pérez. Aún más, se detectó que en una de las cuentas bancarias del Chicó se realizaron operaciones de moneda extranjera por US$549 mil y en dichas transacciones figuran las sociedades Cross Trading S.A. y Yorkfields S.A. Cuando se le preguntó a Pimentel por esta última firma, dijo que el negocio se había hecho con Cross Trading y que no relacionaba a Yorkfields.
Después explicó que Cross Trading era la compañía de Hugo Hinkins, presidente de la empresa Full Players, donde “compran derechos de televisión de fútbol argentino, colombiano, peruano, chileno y uruguayo. Es una compañía muy grande”. Pimentel añadió que por la venta de Marco Pérez se les otorgaron comisiones a los intermediarios Hugo Buitrago, Pipo Palomar y Rubén Carra. “Yo soy vendedor, básicamente mi vida han sido las ventas”, sostuvo el dos veces campeón con Millonarios en la década de los 80, Eduardo Pimentel. “Yo estoy permanentemente investigado por todas las ‘ías’ desde que nos constituimos como sociedad anónima, pero no hemos tenido ningún problema porque todo está soportado”.
Por último, en el informe que hoy indaga la Fiscalía se advierte que el Chicó giró cinco cheques en el año 2009 por un valor de $110 millones cada uno a favor de Alex Sielke, por concepto del pago de un préstamo de dinero al club que Sielke le había hecho el año anterior. Pimentel, sin embargo, negó conocerlo, indicó que nunca gira cheques y que más bien llama cuando tiene que pagar para que la gente pase por la plata. Al final todo se reduce a estas transacciones, el pago a Sielke y las fluctuaciones en los movimientos financieros de las cuentas del Chicó. Pero, sobre todo, el manejo que se le dio a la monetización de las divisas en varias operaciones.
Pimentel explicó que el Chicó tiene una cuenta con el Banco de Occidente y que el Citibank en Nueva York hace las veces de oficina internacional para esa entidad bancaria. Allí se giraron los dineros de las millonarias transacciones de Rentería y de Pérez, pero dependiendo del valor del dólar en el mercado, Pimentel personalmente decidía si la plata se enviaba a la cuenta en Colombia o la seguía manteniendo allí, esperando una tasa de cambio más favorable. “Por ejemplo, cuando se vendieron los derechos de Wason, el grupo Sonda nos consignó la plata y en Nueva York nos avisaron cuando se recibió. Preguntamos a cómo estaba el dólar y sólo cuando consideré que había una tasa buena monetizamos el dinero que queríamos”.
Al margen de las explicaciones del dueño del Chicó, lo cierto es que la UIAF reportó operaciones sospechosas hace cuatro años. Sin embargo, la Fiscalía no lo ha citado a nada, razón por la cual el abogado del club, Alfonso García, señaló: “Es obvio que nada encontraron, porque de lo contrario ya lo habrían llamado”. A lo que añadió Pimentel: “Que indaguen lo que quieran. Tengo todos los documentos y libros de contabilidad al día. No ha habido nada de irregular”.
Los líos de Pimentel con Yhonny Ramírez
Otro de los líos judiciales que hoy afronta Eduardo Pimentel es el caso del jugador Yhonny Ramírez, a quien demandó supuestamente por incumplir un convenio firmado entre el Boyacá Chicó y Millonarios. En este caso hay dos procesos abiertos: el primero es la demanda del Chicó, que será resuelta por la Comisión del Estatuto del Jugador de la Federación Colombiana de Fútbol, y el segundo fue la tutela que presentó Ramírez en la justicia ordinaria invocando el derecho al trabajo. Las pretensiones de Pimentel son que Millonarios le pague $600 millones por incumplir el convenio firmado entre los dos equipos y que, además, el jugador pague $60’000.000 por no respetar su contrato laboral. Pimentel ha recibido fuertes críticas de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, que ha defendido el caso de Ramírez alegando que el Chicó está violando los derechos laborales del jugador.
Trayectoria futbolística de Marco Pérez
El futbolista colombiano Marco Pérez debutó a los 17 años en el Boyacá Chicó, equipo con el que fue campeón en 2008. Desde ahí empezó su relación con Eduardo Pimentel, que lo llevó al fútbol argentino en el equipo Gimnasia y Esgrima de La Plata en julio de 2009. Esta operación de traspaso es la que hoy tiene a Pimentel bajo la lupa de la Fiscalía.
Luego de tener éxito en el fútbol gaucho, Pérez cumplió su sueño de jugar en Europa y llegó en junio de 2010 al Zaragoza de España. Sin embargo, su paso por el equipo español no fue satisfactorio: sólo jugó 12 partidos de la temporada 2010/11 y anotó un gol.
El fracaso futbolístico de Pérez lo hizo regresar al fútbol argentino para jugar en el Independiente de Avellaneda. Luego paso por Belgrano de Argentina y el O’Higgins de Chile. El jugador de 22 años regresó este año a Colombia y juega para el Independiente Medellín.
@jdlaverde9
El 16 de diciembre de 2009, la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) del Ministerio de Hacienda le envió a la Fiscalía un reporte de operaciones financieras sospechosas relacionadas con transacciones del Chicó Fútbol Club y de su dueño, Eduardo Pimentel Murcia. Ocho meses después el caso le fue asignado a un fiscal de la Unidad de Lavado de Activos para establecer el origen, monto y destino de los dineros detectados por la UIAF en distintas cuentas. Hoy, la Fiscalía busca acelerar sus pesquisas para aclarar de una buena vez estas transacciones.
El Espectador conoció detalles de los datos recogidos por el informe de la UIAF y las operaciones que ahora están en el radar de la Fiscalía. La sociedad Bogotá Chicó Fútbol Club está inscrita en la Cámara de Comercio desde el 2 de abril de 2002, con un capital inicial de $665 millones. En más de una década en el fútbol profesional, el balance del equipo que estructuró Pimentel es más que bueno: fue campeón en el año 2008, se ha mantenido lejos de cualquier posibilidad de descenso y es un surtidor de nuevos jugadores para el profesionalismo. Hoy lucha por entrar en el grupo de los ocho.
No obstante, millonarias transacciones y reintegro de divisas en 2005 y 2006, así como la venta del jugador Marco Jhonier Pérez, constituyen la piedra angular del reporte de la UIAF que indaga la Fiscalía. En el informe se documenta que Pimentel presentó en 2006 una certificación de ingresos por $25 millones, pero entre el 1° de septiembre y el 30 de noviembre de 2007 registró movimientos financieros por $361 millones en dos cuentas a su nombre. Asimismo, se estableció que en 2005 el Chicó realizó reintegros de divisas por US$789 mil y, en 2006 por US$900 mil. Las transacciones se dieron por concepto de venta de pases de jugadores a la compañía brasileña Sonda Supermercados Export.
Consultado por El Espectador, Eduardo Pimentel explicó que no hubo de nada de sospechoso en esas transacciones que correspondieron, según él, a la venta del jugador Wason Rentería al Internacional de Porto Alegre, Brasil. “Sonda es un grupo muy grande, como los Olímpica de aquí. Allá son unas 500 tiendas”, dijo Pimentel para sustentar seguidamente que todos los dineros que han entrado por contratos han sido reportados a la Dimayor y a la Federación Colombiana de Fútbol. Sobre el pago de Rentería detalló que se dio en dos etapas, entre 2004 y 2006. Al principio se vendió el 50% de su pase y, como el jugador comenzó a rendir, finalmente se pagaron todos sus derechos.
En otro de los aspectos del reporte de la UIAF aparece la transacción por la venta de Marco Pérez como una operación sospechosa. Ésta se dio en el año 2009, cuando el Chicó Fútbol Club cedió el 50% de sus derechos económicos sobre el jugador a la sociedad extranjera Cross Trading S.A., domiciliada en la República de Seychelles, un conjunto de 115 islas ubicadas en el océano Índico, muy cerca de Madagascar (África), que es un paraíso fiscal. Según el contrato, el precio de esta venta del 50% de los derechos de Pérez se pactó en US$1 millón que debían ser pagados en tres cuotas durante los 60 días siguientes.
Más adelante, la UIAF registró que entre el 1° de enero y el 31 de julio de 2009 el Chicó realizó movimientos financieros por más de $3.365 millones e ingreso de divisas por más de $1.169 millones. Dichas transacciones coincidieron con la venta de Marco Pérez. Aún más, se detectó que en una de las cuentas bancarias del Chicó se realizaron operaciones de moneda extranjera por US$549 mil y en dichas transacciones figuran las sociedades Cross Trading S.A. y Yorkfields S.A. Cuando se le preguntó a Pimentel por esta última firma, dijo que el negocio se había hecho con Cross Trading y que no relacionaba a Yorkfields.
Después explicó que Cross Trading era la compañía de Hugo Hinkins, presidente de la empresa Full Players, donde “compran derechos de televisión de fútbol argentino, colombiano, peruano, chileno y uruguayo. Es una compañía muy grande”. Pimentel añadió que por la venta de Marco Pérez se les otorgaron comisiones a los intermediarios Hugo Buitrago, Pipo Palomar y Rubén Carra. “Yo soy vendedor, básicamente mi vida han sido las ventas”, sostuvo el dos veces campeón con Millonarios en la década de los 80, Eduardo Pimentel. “Yo estoy permanentemente investigado por todas las ‘ías’ desde que nos constituimos como sociedad anónima, pero no hemos tenido ningún problema porque todo está soportado”.
Por último, en el informe que hoy indaga la Fiscalía se advierte que el Chicó giró cinco cheques en el año 2009 por un valor de $110 millones cada uno a favor de Alex Sielke, por concepto del pago de un préstamo de dinero al club que Sielke le había hecho el año anterior. Pimentel, sin embargo, negó conocerlo, indicó que nunca gira cheques y que más bien llama cuando tiene que pagar para que la gente pase por la plata. Al final todo se reduce a estas transacciones, el pago a Sielke y las fluctuaciones en los movimientos financieros de las cuentas del Chicó. Pero, sobre todo, el manejo que se le dio a la monetización de las divisas en varias operaciones.
Pimentel explicó que el Chicó tiene una cuenta con el Banco de Occidente y que el Citibank en Nueva York hace las veces de oficina internacional para esa entidad bancaria. Allí se giraron los dineros de las millonarias transacciones de Rentería y de Pérez, pero dependiendo del valor del dólar en el mercado, Pimentel personalmente decidía si la plata se enviaba a la cuenta en Colombia o la seguía manteniendo allí, esperando una tasa de cambio más favorable. “Por ejemplo, cuando se vendieron los derechos de Wason, el grupo Sonda nos consignó la plata y en Nueva York nos avisaron cuando se recibió. Preguntamos a cómo estaba el dólar y sólo cuando consideré que había una tasa buena monetizamos el dinero que queríamos”.
Al margen de las explicaciones del dueño del Chicó, lo cierto es que la UIAF reportó operaciones sospechosas hace cuatro años. Sin embargo, la Fiscalía no lo ha citado a nada, razón por la cual el abogado del club, Alfonso García, señaló: “Es obvio que nada encontraron, porque de lo contrario ya lo habrían llamado”. A lo que añadió Pimentel: “Que indaguen lo que quieran. Tengo todos los documentos y libros de contabilidad al día. No ha habido nada de irregular”.
Los líos de Pimentel con Yhonny Ramírez
Otro de los líos judiciales que hoy afronta Eduardo Pimentel es el caso del jugador Yhonny Ramírez, a quien demandó supuestamente por incumplir un convenio firmado entre el Boyacá Chicó y Millonarios. En este caso hay dos procesos abiertos: el primero es la demanda del Chicó, que será resuelta por la Comisión del Estatuto del Jugador de la Federación Colombiana de Fútbol, y el segundo fue la tutela que presentó Ramírez en la justicia ordinaria invocando el derecho al trabajo. Las pretensiones de Pimentel son que Millonarios le pague $600 millones por incumplir el convenio firmado entre los dos equipos y que, además, el jugador pague $60’000.000 por no respetar su contrato laboral. Pimentel ha recibido fuertes críticas de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, que ha defendido el caso de Ramírez alegando que el Chicó está violando los derechos laborales del jugador.
Trayectoria futbolística de Marco Pérez
El futbolista colombiano Marco Pérez debutó a los 17 años en el Boyacá Chicó, equipo con el que fue campeón en 2008. Desde ahí empezó su relación con Eduardo Pimentel, que lo llevó al fútbol argentino en el equipo Gimnasia y Esgrima de La Plata en julio de 2009. Esta operación de traspaso es la que hoy tiene a Pimentel bajo la lupa de la Fiscalía.
Luego de tener éxito en el fútbol gaucho, Pérez cumplió su sueño de jugar en Europa y llegó en junio de 2010 al Zaragoza de España. Sin embargo, su paso por el equipo español no fue satisfactorio: sólo jugó 12 partidos de la temporada 2010/11 y anotó un gol.
El fracaso futbolístico de Pérez lo hizo regresar al fútbol argentino para jugar en el Independiente de Avellaneda. Luego paso por Belgrano de Argentina y el O’Higgins de Chile. El jugador de 22 años regresó este año a Colombia y juega para el Independiente Medellín.
@jdlaverde9