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Razones para leer el libro sobre el fallo que despenalizó el aborto (Opinión)

Ana Cristina González Vélez, pionera del Movimiento Causa Justa y cofundadora de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, es una de las autoras del libro “Causa Justa: Voces detrás de la demanda”. Aquí nos comparte las razones para leer la historia detrás del fallo histórico que despenalizó el aborto bajo tres causales en Colombia.

Ana Cristina González Vélez
21 de mayo de 2023 - 06:41 p. m.
Ana Cristina González Vélez es pionera del Movimiento Causa Justa. Cofundadora de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres. Médica, máster en investigación social en salud y doctora en bioética.
Ana Cristina González Vélez es pionera del Movimiento Causa Justa. Cofundadora de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres. Médica, máster en investigación social en salud y doctora en bioética.
Foto: Victoria Holguín

Ser las voces de otras voces. De eso en cierta manera se trata este libro. De contar una historia que es a la vez la historia no solo —aunque también— de quienes la cuentan, sino de otras que con ellas construyeron esa historia.

Piedad Bonnett dice en el prólogo del libro Causa Justa: Voces detrás de la demanda que “las organizaciones que conforman Causa Justa han hecho su tarea sin estridencias, pero con una firmeza y una tenacidad que les ha granjeado credibilidad y respeto”. Esa afirmación me ayudó entender que nuestras voces habían empezado a tener eco en otras. Ya no solo en las que habíamos convocado para hacer parte del Movimiento Causa Justa y más adelante de la demanda, sino en muchas otras. Y ese eco que hemos ido creando es para mí una de las razones por la que, creo, habría que leer este libro.

Porque ofrece la oportunidad, en tiempo real, de conocer la historia por parte de quienes ayudaron a construirla, que en el caso particular de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres —organización desde la que hablo en este libro— la hemos visto y ayudado a suceder en primera persona desde hace más de 25 años. Es una razón que valora la historia de las historias, pero también el eco que generan las voces que la hacen.

Yo terminé de estudiar medicina en el año 92 y poco después dejé de ejercerla, aunque no dejé nunca de trabajar en el campo de la salud. Pero mi abuela, que para ese entonces era una nonagenaria, solía preguntarme para qué había estudiado medicina. No entendía esa carrera sin la parte clínica y yo, una joven en mis veintes me demoré mucho en poder formular algo que este libro puede regalarles a otras personas y que a mí me hubiera gustado poder explicarle a ella: el sentido de mi propia lucha como feminista y como médica feminista. El motor que finalmente puso mis conocimientos en el campo de la salud al servicio de un cambio histórico expresado en una sentencia que cambió la vida de las mujeres, evitándoles sufrimiento y otorgándoles libertad.

Y podría seguir con las razones. Creo que habría que leerlo porque es un libro que explica que la lucha reciente del aborto en Colombia propuso un cambio de paradigma al que hemos empezado a acercarnos. Un paradigma que promueve el tratamiento del aborto fuera del ámbito penal. Y habría que leerlo también porque esta es una historia que se sigue escribiendo y de la cual muchas más personas pueden ser parte. O también porque sirve para pensar en acciones que permitan liderar en otros temas difíciles e imaginar y enfrentar las conversaciones complejas.

O porque su lectura es una forma de ayudar a despenalizar socialmente, o porque da pistas sobre el futuro, o simplemente porque es un libro honesto que muestra cómo se construyó la estrategia, y reconoce todo lo que acumulamos. Que habla sobre la demanda y los argumentos que utilizamos y un poco sobre cómo cambió el pensamiento de la Corte y cómo ha evolucionado su jurisprudencia en el tema, y también cómo fue que se involucraron los profesionales de la salud, etc.

Pero también porque, como decimos en el libro, escribirlo fue una oportunidad para recordar que nuestras luchas, las más grandes e históricas, han estado llenas de obstáculos, y también de creatividad. O porque es una historia de resiliencia que sucedió durante la pandemia y mientras el país entraba en la implementación del Acuerdo de Paz firmado en el 2016, que era para nosotras una ventana inmensa de oportunidad porque entendíamos la construcción de una sociedad en paz como un proyecto capaz de incorporar las demandas y necesidades de toda la ciudadanía incluidas las mujeres, y con ellas el respeto de su libertad reproductiva.

Pero habría que leerlo, sobre todo, porque, como digo en el libro, es una manera de no guardar silencio e impedir que quienes insisten en arrancar las conquistas de las mujeres, crean que pueden lograrlo. Y para que incluso si pudieran quitarnos de alguna forma la seguridad jurídica, se enfrenten con la convicción de cada mujer que en Colombia se sabe ya sujeta de derechos, va a ejercerlos sin importar que tanto se los quieran prohibir o impedir.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Por Ana Cristina González Vélez

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