Recapturan a mayor (r) condenado por "falsos positivos" de Soacha
Desde hace tres meses había abandonado la guarnición militar en la que debía pagar su pena a 33 años por la muerte de Fair Leonardo Porras. Su captura se dio después de que su compañera sentimental llamará a las autoridades a denunciar maltrato intrafamiliar.
El Espectador
En la madrugada de este jueves la Policía recapturó al mayor (r) Marco Wilson Quijano Mariño, un militar condenado a 53 años de prisión por la muerte del joven Fair Leonardo Porras, uno de los denominados falsos positivos de Soacha. Lo peor del caso es que su arrestó no se dio por una alarma de fuga, sino porque su compañera sentimental hizo una llamada a las autoridades para denunciar maltrato intrafamiliar.
A las 2:15 de la mañana la mujer llamó a la Policía para que la protegieran de la golpiza que le estaba propinando Quijano. Al llegar al lugar de los hechos en el barrio Niza de Cúcuta, las autoridades retuvieron al mayor (r). Al identificarlo, se dieron cuenta que sobre el militar pesaba una condena por desaparición forzada, homicidio, concierto para delinquir y falsedad en documento público y que tres meses atrás había abandonado su lugar de reclusión.
La Fiscalía manifestó que iniciará las investigaciones judiciales correspondientes para determinar si el director o miembros de la guarnición militar en la que estaba recluido Quijano tienen alguna responsabilidad penal por el delito de fuga de presos o favorecimiento de fuga. “Es un tema que vamos a empezar a revisar para verificar dónde se encuentran recluidos los militares condenados o afectados con medida de aseguramiento, para hacer un seguimiento al cumplimiento de las decisiones judiciales porque resulta preocupante esta situación.”, preciso Alexandra Ladino, directora nacional de las Policías Judiciales Especializadas.
El caso de Fair Leonardo es recordado por ser el primero de los falsos positivos en ser resulto por la justicia. Su muerte y desaparición se dio en enero de 2008 cuando un grupo de soldados del Batallón Santander de Ocaña lo presentó como un comandante guerrillero muerto en combate. Sin embargo, la Fiscalía logró comprobar que el joven tenía discapacidad mental y que era oriundo de Soacha donde su madre había denunciado su desaparición. Por estos hechos, además de Quijano, fueron condenados el teniente Diego Aldair Vargas Cortés, el cabo Carlos Manuel González y los soldados profesionales Carlos Antonio Zapata, Ricardo García y Richard Contreras.
En la madrugada de este jueves la Policía recapturó al mayor (r) Marco Wilson Quijano Mariño, un militar condenado a 53 años de prisión por la muerte del joven Fair Leonardo Porras, uno de los denominados falsos positivos de Soacha. Lo peor del caso es que su arrestó no se dio por una alarma de fuga, sino porque su compañera sentimental hizo una llamada a las autoridades para denunciar maltrato intrafamiliar.
A las 2:15 de la mañana la mujer llamó a la Policía para que la protegieran de la golpiza que le estaba propinando Quijano. Al llegar al lugar de los hechos en el barrio Niza de Cúcuta, las autoridades retuvieron al mayor (r). Al identificarlo, se dieron cuenta que sobre el militar pesaba una condena por desaparición forzada, homicidio, concierto para delinquir y falsedad en documento público y que tres meses atrás había abandonado su lugar de reclusión.
La Fiscalía manifestó que iniciará las investigaciones judiciales correspondientes para determinar si el director o miembros de la guarnición militar en la que estaba recluido Quijano tienen alguna responsabilidad penal por el delito de fuga de presos o favorecimiento de fuga. “Es un tema que vamos a empezar a revisar para verificar dónde se encuentran recluidos los militares condenados o afectados con medida de aseguramiento, para hacer un seguimiento al cumplimiento de las decisiones judiciales porque resulta preocupante esta situación.”, preciso Alexandra Ladino, directora nacional de las Policías Judiciales Especializadas.
El caso de Fair Leonardo es recordado por ser el primero de los falsos positivos en ser resulto por la justicia. Su muerte y desaparición se dio en enero de 2008 cuando un grupo de soldados del Batallón Santander de Ocaña lo presentó como un comandante guerrillero muerto en combate. Sin embargo, la Fiscalía logró comprobar que el joven tenía discapacidad mental y que era oriundo de Soacha donde su madre había denunciado su desaparición. Por estos hechos, además de Quijano, fueron condenados el teniente Diego Aldair Vargas Cortés, el cabo Carlos Manuel González y los soldados profesionales Carlos Antonio Zapata, Ricardo García y Richard Contreras.