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La Fiscalía General de la Nación presentó su hipótesis inicial sobre el asesinato del exdirector de la cárcel La Modelo de Bogotá, el coronel Élmer Fernández, ocurrida el pasado 16 de mayo en el occidente de la capital. Según el ente investigador, la víctima fue seguida desde su lugar de trabajo y en un entramado sicarial ejecutado por tres personas, dos hombres y una mujer, acabaron con su vida.
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Así lo dio a conocer la Fiscalía durante la audiencia de imputación contra Ányelo Cárdenas, Julieth Martínez Rosa y Diego Alejandro Murillo, por el delito de homicidio agravado. Según la teoría inicial del caso, los primeros esperaron durante la tarde en cercanías de La Modelo a la víctima, para luego seguirla en una motocicleta verde con negro.
Luego de ello, en la calle 19 con carrera 50, en la localidad de Puente Aranda, Ányelo Cárdenas habría abordado una siguiente moto, conducida por Diego Alejandro Murillo. Entre ambos, según la prueba recolectada por la Fiscalía, alcanzan a Fernández en la carrera 30 con Calle 80 y, ahí, Cárdenas habría accionado un arma de fuego tipo pistola contra la víctima.
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“El patrullero procede a desenfundar un arma de fuego tipo pistola, 9 mm, respecto de la cual estos ciudadanos no contaban con autorización para tenerla. Y la detonan en una oportunidad, causándole al coronel Elmer Fernández una herida por proyectil de arma de fuego en la cabeza, lo que provoca su deceso de manera inminente”, señaló la fiscal del caso.
Así fue el recorrido de los presuntos sicarios, de acuerdo con videos recopilados de cámaras públicas y de seguridad:
A pesar de la evidencia mostrada por la Fiscalía, los tres procesados se declararon inocentes y esperan probar ausencia de responsabilidad en una etapa posterior. La Fiscalía, por su parte, adelantará este 15 de noviembre la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, para intentar enviarlos a prisión de manera preventiva.
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Ellos son los principales sospechosos:
Sobre Fernández, quien se había retirado de la Policía en 2017, se sabe había sido amenazado por cuenta de sus intentos de reforma en los controles dentro de la cárcel, que incluían acciones como el aumento de las requisas a los reclusos del penal, desde donde se estarían ordenando crímenes y extorsionando.
Solo un día antes del hecho, el exmilitar había recibido un panfleto amenazante que señalaba estar firmado en nombre de Pedro, uno de los internos de La Modelo, quien advertía que asesinaría a su familia si continuaba con las requisas en el patio 4A del penal. Como anticipó El Espectador, fuentes al interior del penal consideran falso el mensaje, pues se trataría de una estrategia de otros internos por sacar a Pedro, como finalmente sucedió.
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