Recuperan 27 cuerpos de desaparecidos en el cementerio de La Dorada (Caldas)

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), entre el 8 y el 12 de julio de este año, realizó una exploración en el cementerio municipal de La Dorada (Caldas), con el fin de recuperar al menos 20 cuerpos que podrían corresponder a personas que fueron desaparecidas en el marco del conflicto armado. El motivo de esta acción, según se conoció, es porque en el lugar habría algunas de las 537 víctimas de desaparición forzada que registra ese municipio.

Luz Marina Monzón, directora general de la UBPD, aseguró que, tras la intervención en la que fueron recuperados 27 cuerpos y posteriormente entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal en la sede de Ibagué, se procurará agilizar la identificación y entrega a sus familias. “Los cuerpos se encontraban en bolsas y estaban dispuestos en una celda de custodia del cementerio. La mayoría son hombres y tenían rastros de impactos de armas de fuego”, indicó la directora.

Por su parte, Olga Inés Urueña, mujer buscadora y lideresa en la región, asegura que esta acción realizada por la Unidad de Búsqueda es un paso para determinar la suerte y el paradero de las personas desaparecidas en el municipio. “Yo busco a mi hijo, José Andrés López Urueña, desaparecido desde 2001. Esto nos genera una esperanza muy grande, porque encuentren o no a mi hijo, el hallazgo de una persona desaparecida es darle tranquilidad a una familia que lo está buscando”, dijo Ureña.

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La acción de identificar los cuerpos de desaparecidos se realiza desde el 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz. Con la exhumación se pretende la identificación de cuerpos que fueron sometidos a necropsia entre 1960 y el primero de diciembre de 2016. Según la UBPD, “el reto consiste en recolectar y analizar los expedientes de necropsia, bases de datos y otras fuentes de información con el fin de realizar el diagnóstico del proceso de identificación de los cadáveres no identificados. Para posteriormente proponer diversos planes de acción que contribuyan a impulsar el proceso de identificación”.

Esta búsqueda que se realizó en el cementerio, hace parte del Plan Regional de Búsqueda de la UBPD en el Magdalena Caldense y, a su vez, es producto del trabajo que adelantan con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Esta misma jurisdicción, emitió el Auto 003 de 2021, dentro del trámite de medidas cautelares solicitadas por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), en el cual se le da prioridad al caso de “muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado”. Es decir, falsos positivos.

Por otra parte, según la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), la fiscalía de la JEP, en el cementerio de La Dorada hay 49 sitios de interés forense en donde hay cuerpos no identificados que se encuentran en un nivel alto de riesgo. Entre estos, se encontraban los sitios exhumados que intervino la Unidad de Búsqueda y donde logró encontrar los 27 cuerpos.

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John Jairo Arias Giraldo, sepulturero del cementerio de La Dorada, manifestó que, desde su llegada al campo santo, “ya había unos N.N.. Los que eran N.N. los íbamos sacando, y cuando se sacaban se iban guardando allá en la pieza, apartecito”. Igualmente, dijo que allá se guardaban todos los restos que no se reclamaban en un periodo de cuatro años.

Al referirse a los cuerpos, manifiesta que “siempre han estado en bolsitas y marcados con una cintica, pues marcado como N.N. y la fecha que fue sepultado”. Para el sepulturero, es una buena noticia que la UBPD adelante las búsquedas e identificación de los cadáveres. Según Arias, “uno como familiar no descansa hasta saber si está vivo o está muerto”.

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La investigación que realizó la Unidad de Búsqueda, se debió en parte a la cooperación de varias organizaciones que brindaron información. Igualmente, se contó con la participación de organizaciones de la región como: Movice, Fundación para el Desarrollo Comunitario de Samaná (Fundecos); el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas) y el Centro de estudios sobre conflicto, violencia y convivencia social (Cedat), y la información recaudada por la UIA de la JEP.

Aún así, los cuerpos no identificados que permanecen en el cementerio municipal de La Dorada, han sido cambiados de lugar en múltiples ocasiones, así como exhumados sin orden judicial y rotulados con distintos nombres por parte de la comunidad tras la adopción de cadáveres. Por tales razones, el trabajo que adelanta la Unidad de Búsqueda se ha alargado en los últimos años.

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), entre el 8 y el 12 de julio de este año, realizó una exploración en el cementerio municipal de La Dorada (Caldas), con el fin de recuperar al menos 20 cuerpos que podrían corresponder a personas que fueron desaparecidas en el marco del conflicto armado. El motivo de esta acción, según se conoció, es porque en el lugar habría algunas de las 537 víctimas de desaparición forzada que registra ese municipio.

Luz Marina Monzón, directora general de la UBPD, aseguró que, tras la intervención en la que fueron recuperados 27 cuerpos y posteriormente entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal en la sede de Ibagué, se procurará agilizar la identificación y entrega a sus familias. “Los cuerpos se encontraban en bolsas y estaban dispuestos en una celda de custodia del cementerio. La mayoría son hombres y tenían rastros de impactos de armas de fuego”, indicó la directora.

Por su parte, Olga Inés Urueña, mujer buscadora y lideresa en la región, asegura que esta acción realizada por la Unidad de Búsqueda es un paso para determinar la suerte y el paradero de las personas desaparecidas en el municipio. “Yo busco a mi hijo, José Andrés López Urueña, desaparecido desde 2001. Esto nos genera una esperanza muy grande, porque encuentren o no a mi hijo, el hallazgo de una persona desaparecida es darle tranquilidad a una familia que lo está buscando”, dijo Ureña.

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La acción de identificar los cuerpos de desaparecidos se realiza desde el 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz. Con la exhumación se pretende la identificación de cuerpos que fueron sometidos a necropsia entre 1960 y el primero de diciembre de 2016. Según la UBPD, “el reto consiste en recolectar y analizar los expedientes de necropsia, bases de datos y otras fuentes de información con el fin de realizar el diagnóstico del proceso de identificación de los cadáveres no identificados. Para posteriormente proponer diversos planes de acción que contribuyan a impulsar el proceso de identificación”.

Esta búsqueda que se realizó en el cementerio, hace parte del Plan Regional de Búsqueda de la UBPD en el Magdalena Caldense y, a su vez, es producto del trabajo que adelantan con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Esta misma jurisdicción, emitió el Auto 003 de 2021, dentro del trámite de medidas cautelares solicitadas por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), en el cual se le da prioridad al caso de “muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado”. Es decir, falsos positivos.

Por otra parte, según la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), la fiscalía de la JEP, en el cementerio de La Dorada hay 49 sitios de interés forense en donde hay cuerpos no identificados que se encuentran en un nivel alto de riesgo. Entre estos, se encontraban los sitios exhumados que intervino la Unidad de Búsqueda y donde logró encontrar los 27 cuerpos.

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John Jairo Arias Giraldo, sepulturero del cementerio de La Dorada, manifestó que, desde su llegada al campo santo, “ya había unos N.N.. Los que eran N.N. los íbamos sacando, y cuando se sacaban se iban guardando allá en la pieza, apartecito”. Igualmente, dijo que allá se guardaban todos los restos que no se reclamaban en un periodo de cuatro años.

Al referirse a los cuerpos, manifiesta que “siempre han estado en bolsitas y marcados con una cintica, pues marcado como N.N. y la fecha que fue sepultado”. Para el sepulturero, es una buena noticia que la UBPD adelante las búsquedas e identificación de los cadáveres. Según Arias, “uno como familiar no descansa hasta saber si está vivo o está muerto”.

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La investigación que realizó la Unidad de Búsqueda, se debió en parte a la cooperación de varias organizaciones que brindaron información. Igualmente, se contó con la participación de organizaciones de la región como: Movice, Fundación para el Desarrollo Comunitario de Samaná (Fundecos); el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas) y el Centro de estudios sobre conflicto, violencia y convivencia social (Cedat), y la información recaudada por la UIA de la JEP.

Aún así, los cuerpos no identificados que permanecen en el cementerio municipal de La Dorada, han sido cambiados de lugar en múltiples ocasiones, así como exhumados sin orden judicial y rotulados con distintos nombres por parte de la comunidad tras la adopción de cadáveres. Por tales razones, el trabajo que adelanta la Unidad de Búsqueda se ha alargado en los últimos años.