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Martha Lucía Zamora pasó de ser investigadora estrella de la Fiscalía a investigada por su ex jefe, el fiscal Eduardo Montealegre. Fue él mismo quien anunció en Noticias Caracol que investigará a cerca de 500 inversionistas de la plataforma Forex en Colombia por la presunta evasión de impuestos y lavado de activos en paraísos fiscales. Zamora resultó relacionada en una cuenta de movimientos financieros por US$9 millones de dólares asociados a su hermano Germán Zamora. (Vea aquí la denuncia).
Los representantes de éste negocio en Colombia, que mueve 100 veces más dinero que la bolsa de New York y que funciona de forma legal en varios países del mundo, son la pareja de esposos Jairo Enrique Sánchez Díaz y Margarita Dilia Báez, quienes terminaron procesados y detenidos por los delitos de lavado de activos, estafa y captación de dineros, en un proceso que se llevó en la Fiscalía General cuando Martha Lucia Zamora fue vicefiscal y fiscal encargada.
Aunque nunca tuvo participación directa en el caso y, según ella, no tenía conocimiento de las inversiones de su hermano, aparece como beneficiaria en un seguro de una de las tres cuentas que tuvo Germán Zamora y ha sido denunciada por los esposos Sánchez-Báez ante los organismos de control y la Procuraduría, entidad en la que ella se desempeñaba como procuradora delegada ante la Corte Suprema de Justicia cuando se realizaron las inversiones entre los años 2005 y 2009.
La pareja de esposos tiene detención domiciliaria desde mediados de 2014. Desde su apartamento al norte de Bogotá han tejido una estrategia de defensa encaminada primero a demostrar que no realizaron captación de dinero y que todas las operaciones fueron legales y voluntarias, a través de contratos con especificación de riesgos. También han recusado a la fiscal 128 Nelci Rodríguez - relevada del caso- y ahora plantearon una contradenuncia a los 500 inversionistas que participaron en el negocio.
Su argumento es que no declararon sus cuentas en el exterior y estarían cometiendo evasión de impuestos y lavado de activos. El contraataque está dirigido especialmente contra los hermanos Germán y Martha Lucía Zamora, pero también compromete a los 500 inversionistas. A su vez, al menos 100 de ellos se han constituido como víctimas de los esposos Sánchez – Báez, pero pese a que no han recuperado su dinero perdido, ahora serán investigados por el fiscal Montealegre.
En la lista de inversionistas aparecen nombres como Luis Fernando Gaviria; la cónsul en Puerto Rico, Mónica Sofía Dimate; Clemencia Pinzón de Rubio y Juan Carlos Rubio, familiares del embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón; Eduardo Zuluaga Consuegra, padre de la periodista de la W Radio, Camila Zuluaga; y empresarios como Gustavo Correa, dueño de Induaseo; el golfista Juan Pablo Suza y el expresidente del Banco Ganadero Roberto Nafath; y el expresidente liberal y actual secretario de Unasur, Ernesto Samper y su esposa Jackie Strauss. (Vea aquí la lista completa de los inversionistas).
La exfiscal Zamora no aparece en los registros de las inversiones, pero el nombre de su hermano Germán tiene especial relevancia por dos razones: no solo fue uno de los mayores inversionistas con operaciones y depósitos por nueve millones de dólares provenientes de su empresa de seguros CDO, su mesa de inversión en Panamá CGC o recursos propios y de la familia, sino que fue quien denunció a la pareja de esposos Sánchez-Báez cuando se declararon en quiebra en marzo de 2009 y comenzaron a incumplir sus obligaciones, sin permitir que los inversionistas pudieran retirar sus aportes.
Tras la denuncia de Germán Zamora y en medio del nerviosismo financiero a nivel internacional por casos como DMG o el de Madoff en Estados Unidos, la pareja salió del país en abril de 2014, rumbo a Estados Unidos, y luego a Suiza. En Colombia quedó caminando la primera demanda, interpuesta por Germán Zamora y 116 de los 500 inversionistas que se declararon estafados. Desde entonces, ha realizado una detallada investigación buscando recuperar sus dólares perdidos.
Sus pesquisas personales le han permitido aportar pruebas que evidenciarían el destino de buena parte del dinero perdido, a través de una telaraña de empresas alternas a las del grupo FIT, como la firma Semar Internacional S.A.S que aparece a nombre de la pareja Sánchez-Báez y de sus dos hijos, que recibió US$1.5 millones a través de 27 operaciones de transferencia y cambio de divisas a pesos colombianos. Desde el 25 de noviembre del 2004 hasta el 28 de agosto del 2008, a través de la cuenta numero No. 13120151764 de Bancolombia.
Con este dinero, presuntamente lavado e ingresado como dinero legal al comercio, la firma Semar adquirió bienes inmuebles entre casas de recreo, oficinas y lotes campestres, avaluados en cerca de USD4 millones de dólares, y algunos vehículos de lujo, como cuatro camionetas blindadas: una Nissan de placas HSP-193, otra Mercedes Benz, de placa BRW-186, una Jeep BSH-640 y la BMW BZR-890.
Los esposos Sánchez-Báez han acusado al Germán Zamora de persecución y de amenazas de muerte. Además lo dejaron como constancia en la última audiencia realizada el pasado 6 de abril. Ante la Fiscalía lo señalaron de ser el responsable de algunas extorsiones y amenazas de muerte, por lo cual tuvieron que sacar a su hijo menor de edad del país. El hecho se concretó tras el envío de una fotografía tomada en su colegio acompañado de una amenaza. (Vea aquí la denuncia)
En realidad la relación de Germán Zamora y su familia con los esposos Margarita Báez y Jairo Sánchez no siempre fue mala. Hace una década y en el plano de los negocios, a través de un socio de nacionalidad Suiza llamado Petter Bell, el padre de los Zamora, un empresario aficionado al mundo taurino, conoció a Margarita Báez, con quien compartió una cuenta de inversión en el exterior. En 2004, él mismo sería el encargado de presentarla con sus hijos, en especial Germán y Consuelo Zamora.
Ambos se dedicaban a las inversiones en portafolios de seguros a través de su firma CDO y desde entonces la pareja de esposos y ellos se encontraron semanas más tarde en un campeonato de golf en el club Pueblo Viejo en Cajicá (Cundinamarca), abriéndole paso a una relación de negocios que duraría viva cuatro años, tiempo antes de que se desatara la tormenta actual, con el consecuente cruce de acusaciones.
Germán Zamora estaba liquidando su empresa de seguros, en la que compartía sociedad con el economista santandereano Alberto Granados. Entonces decidieron invertir en FOREX. Inicialmente US$450.000. Luego se volvieron permanentes inversionistas en el mismo fondo e incluso lograron retirar buena parte de las utilidades que les brindó el negocio de divisas en el exterior.
Ante el éxito y la aparente legalidad de los intermediarios, varios de sus familiares confiaron sus ahorros. Entre ellos, Martha Lucia Zamora, quien entregó $200 millones. Sus padres confiaron todos sus ahorros de pensión. German Zamora realizó consignaciones por US$9 millones de dólares así: a nombre propio 1.2 millones de su capital personal y ahorros de la familia; 1.2 millones provenientes de la liquidación de su empresa de seguros CDO que alcanzó a otorgar $32.000 millones en créditos a cerca de 20.000 clientes; y por ultimo US$6.3 millones que mantenía en una empresa en Panamá llamada CGC que funcionaba como mesa de inversión.
Al comienzo del gobierno del expresidente Uribe, las pirámides y negocios que prometían multiplicar el dinero estaban en auge y funcionaron hasta el año 2008 sin mayor regulación por parte del Estado. Los resultados fueron visibles: miles de estafados de la pirámide DMG y otras que funcionaron en la cara de las autoridades hasta 2008, cuando se expidió la ley 4336 que regulaba todo tipo de actividades de captación de dinero.
Los esposos Sánchez-Báez se movían en los altos círculos bogotanos sin ninguna restricción y con permiso de la Superintendencia Financiera. El negocio de Forex era legal en el mundo y con rotulo de experta en el negocio de divisas y directiva de la Unión de Bancos Suizos durante 15 años, Margarita Báez penetró en la elite capitalina a través de un negocio que no funcionaba como pirámide y llegó a ofrecer rentabilidades entre el 1.5 y 3.5 por ciento durante cuatro años de éxito.
Sus etiquetas de presentación era un contrato con la Universidad Militar Nueva Granada donde dictaban diplomados sobre el manejo de mercados y divisas; y su participación en el club Los Arrayanes, donde reclutaron cerca de 200 clientes. Inicialmente constituyeron tres compañías para operar en Colombia, Estados Unidos y Suiza. La primera fue FIT SA Forex Investment Team SA, fundada el 11 de enero de 2002 con capital de $40 millones y enfocada a la realización de talleres y charlas sobre el mercado de divisas.
Posteriormente fundaron otra compañía en Miami denominada FIT International Group, habilitada para realizar cualquier tipo de negocios permitido en Estados Unidos. En octubre de 2008 crearon otra con sede en Suiza, llamada Fit Forex Investmen Tream Ag. Con esta estructura pudieron mover los recursos, sin que la captación se realizara en Colombia sino en Estados Unidos y paraísos fiscales en Suiza.
Las tres firmas eran representadas directamente por los esposos y eran ellos quienes realizaban transacciones sin límite y firmaban los contratos con los clientes que lograban reclutar. Los dineros se consignaban en cuentas del JP Morgan Chase Bank, particularmente en la cuenta 292501956565. También en el Bank Of América de Miami, en la cuenta 8980160770207.
Alcanzaron a mover cerca de US$150 millones de 500 clientes a quienes no les han respondido por su dinero. Ahora el fiscal Montealegre es quien quiere determinar si estas operaciones se realizaron bajo la ley y no se prestaron para evasión de impuestos y lavados de activos. La punta de lanza de su investigación es Germán Zamora y su hermana Marta Lucía, hoy Secretaria General de la Alcaldía de Bogotá. Así como otros 500 inversionistas, deberán explicar el origen de sus cuentas. El caso está ahora en manos de la fiscal Luz Ángela Bahamón.
Nota del editor: Posterior a la publicación de este artículo se comprobó que uno de los nombres referenciados, Guillermo Samur Nassar, no estaba siendo investigado por algún delito, razón por la cual se eliminó su mención.