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Según las Fuerzas Militares, por poco fue capturado uno de los primeros disidentes del Acuerdo de Paz este jueves en un operativo militar. Se trata de Miguel Botache Santillana, quien en las filas de las extintas Farc adoptó el nombre de Gentil Duarte, y logró huir tras enfrentamientos con el Ejército en El Camuya, zona rural de San Vicente del Caguán (Caquetá). Es un aliado de Iván Mordisco en el frente primero de las disidencias y liderab lo que pasó a llamarse el bloque suroriental, por su fuerte influencia en Guaviare, Meta y Vaupés, donde controlan las rutas del narcotráfico.
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Luego de que fuerzas especiales de Policía y Ejército se desplazaran hasta la zona, comenzaron intensos combates. “A esta hora, el individuo se encuentra huyendo a través de la selva y la Fuerza Pública mantiene la búsqueda de este terrorista mediante el empleo de tropas, aeronaves y tecnología de punta”, informaron las fuerzas militares. En el lugar fue hallado material de guerra, comunicaciones, intendencia y computadores que ahora pasarán a ser material para las investigaciones en su contra.
Nacido en Florencia (Caquetá) en 1963, Gentil Duarte ingresó a las Farc hace más de 30 años y siempre ha estado vinculado al Bloque Oriental. Su poderío creció a punta de extorsiones y narcotráfico, pero en 2016 pasó de ser una de las voces que lideró la negociaciones en La Habana, que terminarían en la dejación de armas de la guerrilla. Fue precisamente por su conocimiento del sur del país que el secretariado le envió en 2016 a convencer a Iván Mordisco de que se sometiera al Acuerdo.
No obstante, al llegar a Colombia Gentil Duarte desapareció por meses, hasta que se supo que había retomado las armas y ahora acompañaba a Mordisco en el primer grupo de guerrilleros que se negaron a reincorporarse y continuaron delinquiendo en el Guaviare. Además del frente 1, las autoridades creen que tiene nexos con otros frentes disidentes como el 7, 27, 16, 40, 47, 53 y 62. Además, con el frente 33, que se adjudicó recientemente la autoría del ataque a la Brigada 30 en Cúcuta y el atentado al helicóptero en el que se movilizaba el presidente Iván Duque.
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Gentil Duarte ea uno de los hombres más buscados. Con frecuencia son noticia las disidencias que coordina, porque han logrado posicionarse y expandirse por el sur del país. Y también las operaciones militares que intentan cercarlas. Una de las más recientes, quizá la más controversial, fue el bombardeo de un campamento irregular en Calamar (Guaviare) en el que, después se supo, murió por lo menos una menor de edad. El ministro de Defensa, Diego Molano, justificó la acción militar diciendo que niños y adolescentes reclutados por grupos armados se convertían en “máquinas de guerra”.
Principalmente dedicados al narcotráfico, los grupos liderados por Duarte controlan las rutas de salida de droga hacia Brasil y Venezuela, dos países que son de un más fácil acceso desde el Guaviare y la Amazonía. “Desde que se conocieron los primeros grupos disidentes, se sabía que las fronteras entre Colombia y Brasil serían claves para los grupos de Gentil Duarte e Iván Mordisco para continuar sacando cocaína a cambio de armas”, describe un reciente informe de la fundación Conflict Responses (CORE).
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Se ha rumorado, incluso, que Gentil Duarte y sus hombres de confianza están bajo protección del régimen de Nicolás Maduro y no en Colombia. Para sostenerse en el negocio, le han dicho fuentes a este diario, ha recurrido a aliarse hasta con organizaciones de corte paramilitar, como La Constru, en Putumayo. Y que le estarían comprando armas a la mafia de Siria. Lo que no está muy claro, sin embargo, es su relación con la Segunda Marquetalia, la disidencia comandada por el exjefe negociador en La Habana por el lado de las Farc, Iván Márquez.
“En la actualidad, se ha promovido un discurso, desde la sociedad civil y el gobierno, de que Márquez y Duarte están en una guerra a nivel nacional41. Sin embargo, hay regiones donde operan unidades vinculadas de alguna forma con Gentil y otras con la Segunda Marquetalia, sin estar en conflicto, como Catatumbo y partes del Meta. Al mismo tiempo, existen conflictos entre unidades vinculadas con ambos grupos, pero éstos existían antes de que los grupos involucrados concretaran sus vínculos con la Segunda Marquetalia, como ocurre en Nariño y Putumayo”, dice el informe de la fundación CORE.