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A la medianoche del sábado 3 de agosto se suspendió el cese al fuego bilateral entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN). Desde hace casi seis meses, las tensiones que se han venido presentado entre esta guerrilla y los negociadores del Alto Comisionado para La Paz han resultado en el congelamiento de los avances en la mesa de diálogos de paz.
Luego de esta noticia, el ministro de defensa, Iván Velásquez, declaró que tras esta anulación del cese, las operaciones militares, ofensivas y de inteligencia contra el ELN, y viceversa, se reanudan. “Esa es la instrucción del comandante general de las Fuerzas Militares (Francisco Cubides) a todas las fuerzas, y también del director de la Policía Nacional”, declaró Velásquez ante los medios. En los 60 años de existencia de la guerrilla del ELN, esta se ha comprometido a un total de 30 ceses al fuego, siendo la pactada con el Gobierno Petro la más sólida y extensa hasta ahora.
El principal detonante que generó la crisis en la mesa de diálogo, y que comenzó en febrero de este año, fue la negociación paralela que comenzó el Gobierno con el Frente Comuneros del Sur, una estructura de Nariño que se separó del ELN para empezar un proceso independiente. En un comunicado, el grupo guerrillero mencionó que esta estructura desobedeció las órdenes del Comando Central y decidió entablar su propio proceso de paz, de carácter regional, y no fue bien tomado por parte del ELN que el Gobierno aceptara esta negociación autónoma.
Los incumplimientos del ELN ante la mesa
De acuerdo con el último informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), desde el 3 de agosto de 2023 que se inició el cese al fuego, hasta el 5 de julio de 2024, se reportaron 45 eventos violentos atribuidos al ELN, siendo 39 considerados violaciones, y seis incumplimientos de la tregua. “En las 39 violaciones, cinco personas fueron asesinadas, tres fueron heridas, 52 fueron secuestradas; 37 fueron liberadas y tres permanecen en poder de esa guerrilla”, informó el Cerac.
Un llamado a que “la voluntad de paz se traduzca en acciones concretas que alivien a las comunidades más afectadas por el conflicto”, fue realizado por la Coordinadora Humanitaria Vivamos Humanos —la cual reúne más de 700 organizaciones sociales del país— que ha registrado en el primer semestre de este año 41 eventos de conflicto perpetrados por la guerrilla, ocurridos la mitad de ellos en Arauca.
El secuestro también ha sido un tema fundamental en la negociación con la guerrilla. En octubre de 2023, la retención de Manuel Díaz, padre del futbolista de la selección Luis Díaz, causó una de las principales crisis de la negociación, y aunque el ELN acordó unilateralmente suspender los secuestros económicos, meses después retornó a esa práctica que viola los acuerdos pactados, alegando incumplimientos por parte del Gobierno.
Los llamados a extender el cese al fuego
La Iglesia Católica y Naciones Unidas, quienes han sido acompañantes de la negociación, enviaron el día anterior, viernes 2 de agosto, una carta solicitando a las delegaciones del Gobierno y la guerrilla una extensión de la tregua “por unas semanas”, mientras se logra coordinar una reunión extraordinaria con el fin de buscarle soluciones a la problemática. El Gobierno aceptó esta solicitud dos horas después, y al día siguiente, la guerrilla condiciono que para aceptar la extensión de la tregua, el Gobierno tendría que expedir un decreto para retirar el ELN del listado de Grupos Armados Organizados (GAO).
Hasta el momento el Gobierno no ha emitido ninguna respuesta ante este condicionamiento de la guerrilla, que ha producido diferentes tipos de críticas, entre ellas la del exnegociador de paz Juan Camilo Restrepo, quien declaró que si el Gobierno aceptaba esa condición “le estaría abriendo la puerta para calificar al ‘estado de beligerancia’, una vieja aspiración siempre negada rotundamente en las negociaciones adelantadas por gobiernos anteriores”.
Ante el rompimiento de la tregua, en varias regiones del país hay preocupación por el eventual riesgo de hechos de violencia ante el rompimiento de la tregua. Regiones como el Catatumbo (Norte de Santander) y Arauca, podrían ser las más afectadas debido a los conflictos territoriales que el ELN sostiene con otros grupos como el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC.
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