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Un jueza acaba de negar la solicitud de libertad de José Manuel Gnneco, acusado de asesinar a su pareja María Mercedes Gnecco, crimen perpetrado el 5 de octubre de 2021. “No es razonable que la defensa inunde de actuaciones que entorpezcan las audiencias del proceso (...) con estas acciones se demora innecesariamente y son consideradas como maniobras dilatorias”, señaló la jueza penal de Bogotá, haciendo referencia a varios hechos ocurridos en los últimos meses por parte del señalado homicida de María Mercedes Gnecco.
Las maniobras dilatorias de Gnecco y su abogado, explicó la jueza, no puede servir para descontar días y conseguir el beneficio de la libertad. “No puede el investigado y su defendido aprovecharse de sus propios excesos en perjuicio de la celeridad del trámite, el debido proceso, los derechos de los demás intervinientes (...) Los actos considerados como dilatorias son faltas de compromiso con el caso y hoy ese tiempo debe ser descontado del tiempo para que el investigado quede en libertad”, puntualizó la jueza.
Hace casi dos años cuando se cometió el crimen, José Manuel Gnecco inicialmente les manifestó a las autoridades que dos hombres la habían baleado intentando entrar a su casa en San Andrés para robarlos, pero con el tiempo la Fiscalía encontró evidencia de que realmente los disparos se ocasionaron dentro de la vivienda y que la pareja se encontraba sola. Lo capturaron en noviembre de 2021, un año más tarde lo acusaron y las audiencias preparatorias terminaron en abril de 2023.
Las maniobras dilatorias mencionadas por la jueza del caso y por las víctimas ocurrieron hace pocos días. El 7 de junio de 2023, el abogado de José Manuel le pidió al Tribunal de San Andrés que cambiara la radicación del proceso. O sea, que lo enviara del archipiélago a Bogotá e insistió en la teoría de que a María Mercedes Gnecco la mataron un grupo delincuencial que incluso podría poner en riesgo al acusado, que está preso en la isla. El fiscal del caso, la procuradora del caso y el abogado de la víctima se opusieron y señalaron que no se podía “dilatar” más el inicio del juicio.
Un mes más tarde, el 10 de julio, los magistrados ratificaron que el expediente debía quedarse en la región. El 13 de julio la jueza del caso decidió adelantar el inicio del juicio algunos días y programó la primera audiencia para el 25 de julio. Sin embargo, la defensa de José Manuel Gnecco le salió al paso con una acción de tutela que interpuso al día siguiente (el 14) ante la Sala Penal de la Corte Suprema, pues supuestamente se estaban vulnerando sus derechos al juicio en un plazo razonable.
El 19 del mismo mes, además, le pidió a la magistrada que, como medida provisional, le ordenara a la jueza de San Andrés “abstenerse de instalar la audiencia de juicio oral”, programada para seis días más tarde. Tampoco tuvieron suerte con ese pedido, pues el 21 de julio la Corte Suprema de Justicia negó el pedido de suspender la audiencia. A su juicio, la solicitud de los abogados de José Manuel Gnecco era “contradictoria porque señala la importancia de garantizar que el juicio se desarrolle en un plazo razonable, pero, por otra parte, cuestiona que el inicio de la audiencia de juicio oral se haya adelantado”.
Con ese pronunciamiento, todo estaba listo para que el juicio comenzara unos días después en San Andrés. Todas las partes del proceso viajaron a la isla para la audiencia, que se haría de manera presencial, el 25 de julio. Desde el fiscal Burgos y su equipo, hasta la familia de María Mercedes Gnecco, con sus abogados y algunos testigos, tomaron vuelos desde Bogotá, se instalaron en hoteles y llegaron esa mañana al juzgado. Pero quien no llegó a la audiencia fue el abogado de José Manuel Gnecco, Wilson Cadena. Según el acta de la audiencia, del juzgado lo llamaron y este, en pocas palabras, señaló que tenía dolor de cabeza.
La jueza suspendió la audiencia y le exigió a Cadena que entregara una incapacidad médica o le compulsaría copias. Además, la funcionaria fijó el comienzo del juicio para una semana más tarde: el martes 1° de agosto. Pero justo un día antes de que se diera la audiencia, el 31 de julio, José Manuel Gnecco le informó al juzgado que le había quitado el poder a su abogado. La jueza aceptó la renuncia del poder y le dio tres días para nombrar a otro defensor, pero tuvo que cancelar la diligencia que había fijado.
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