‘Sí, di papaya y fue una metida de pata’: Rodrigo Escobar Gil
Según dice, no debió haber acompañado al magistrado Jorge Pretelt, acusado de recibir sobornos en la Corte Constitucional, a la entrevista con la periodista María Isabel Rueda.
Juan David Laverde Palma
El segundo gran “salpicado” del escándalo de presunta corrupción en la Corte Constitucional, después del magistrado Jorge Pretelt, es el exmagistrado de ese alto tribunal Rodrigo Escobar Gil. Según Víctor Pacheco, denunciante en este caso, Escobar fue el intermediario para la compra de una tutela que buscaba tumbar un millonario fallo de la Corte Suprema contra Fidupetrol. Escobar, exasesor jurídico de la fiduciaria, ha tenido varias salidas en falso en la última semana. Pero la tapa fue este lunes, cuando El Espectador reveló que durante un almuerzo en un exclusivo restaurante de Bogotá, en febrero de 2014 y a instancias del magistrado Jorge Pretelt, Escobar le tocó el tema de la cuestionada tutela al magistrado Mauricio González. Cuestionado respecto a éste y otros temas, Escobar Gil dialogó con este diario.
Usted dijo que nunca se reunió con ningún magistrado de la Corte Constitucional para tocarle el tema de Fidupetrol. Pero el magistrado Mauricio González dijo que en un almuerzo usted sí le habló de esa tutela. ¿Por qué mintió?
Lo que dije es que nunca había discutido el caso con ningún magistrado y que tampoco me había reunido a dar recomendaciones en relación con el fallo. El almuerzo con el doctor González fue el año pasado y ahí le hice un comentario aislado en el sentido de que en su despacho había una tutela de Fidupetrol y que había una solicitud de medidas cautelares. El comentario lo hice porque en los despachos de los magistrados hay muchísimas tutelas. Pero en ningún momento le hice una insinuación o análisis del caso. Y tanto él como yo dijimos “no hablemos más del tema”. El comentario fue meramente informativo.
Pero no tiene presentación que usted, siendo el abogado de Fidupetrol, le mencionara esa tutela al magistrado que la iba a fallar.
Sí, le toqué el tema para mencionarle que en su despacho había una tutela y una solicitud de medidas cautelares. Ese comentario lo hice con el mayor respeto y dentro de los más estrictos parámetros de decoro y la ética profesional. Tan cierto es que González les dijo a algunos amigos que jamás le hice una insinuación.
¿Es ético que un exmagistrado de la Corte, que entonces era un abogado interesado, hable con el magistrado de la tutela que debe estudiar?
Es plenamente ético y ajustado a la dignidad y al decoro profesional, porque en ningún momento le recomendé o le pedí el favor de que votara en un sentido. Dentro de la práctica profesional es usual, en ocasiones, que se le diga a un juez “allí está ese caso”, pero de ahí a recomendarle el caso o a pedirle que vote en determinado sentido, es irregular y contrario a la ética. Y hasta allá no llegué.
¿Soltó ese comentario para que González supiera que usted era abogado de Fidupetrol y le pusiera especial atención al caso?
No le mencioné que asesoraba a Fidupetrol, porque el caso lo llevaba el abogado Víctor Pacheco. Yo sólo presté una asesoría jurídica en esa tutela.
El magistrado González dijo otra cosa: que usted sí le dijo que era asesor de Fidupetrol y que le contó que la firma estaba atravesando problemas financieros por cuenta del fallo que los condenó a pagar $22.500 millones.
No, eso no se lo dije. Le comenté de la tutela y que había una solicitud de medidas cautelares en atención a la grave situación financiera de Fidupetrol. Las medidas cautelares deben tramitarse con urgencia porque buscan prevenir un grave daño o afectación a derechos fundamentales. Por eso no estuvo mal que le comentara eso al doctor González.
O sea, ¿para usted ese comentario es propio del litigio de abogados ante la Corte Constitucional?
Lo que creo es que no contraviene la ética mencionarle a un magistrado la existencia de un caso en el que hay una petición de medidas cautelares. Tan honesta ha sido mi actuación que el 18 de febrero pasado, mucho después de que se conocieran en la Corte estos hechos, Mauricio González me invitó a cenar con Rodrigo Noguera (rector de la Sergio Arboleda). Si hubiera tenido el más mínimo reparo sobre mi conducta, no lo habría hecho.
¿Cómo se dio ese almuerzo?
Fue un almuerzo concertado entre Mauricio, Jorge Pretelt y yo. Nos vimos para tratar los temas propios que tratan los amigos.
Pero González dice que se enteró a última hora de que usted iba a ese almuerzo...
Eso no es así. Soy muy reacio a ir a almuerzos, entonces ¡cómo iba a ir a ese de pato! Previamente se acordó el almuerzo.
¿En qué momento decidió tocarle ese tema de Fidupetrol?
Fue un comentario muy aislado en el curso de la conversación, que no duró más de 20 segundos.
¿Notó alguna incomodidad del magistrado González?En absoluto, porque fue dentro de los parámetros de la ética.
¿Suele mencionarles a otros magistrados casos en los que tiene interés como abogado?
Ningún magistrado podrá decir que discuto con ellos casos en los que tenga interés.
Pero en ese punto ya lo desmintió el magistrado González. ¡Usted sí le tocó el tema de Fidupetrol!
El tema no se discutió. Discutir implica proponer un tema e intercambiar opiniones sobre el caso. Aquí no hubo ningún intercambio de ideas.
¿Tampoco le pareció inconveniente que el magistrado Pretelt estuviera presente cuando dijo eso?
No recuerdo bien, pero creo que lo hice en un momento en el que el doctor Pretelt se levantó.
Según su contrato con Fidupetrol, usted recibiría $100 millones si lograba las medidas cautelares en la Corte. Algún malpensado diría que ese comentario costó ese dinero...
Sí, la verdad en este caso ha habido muchas omisiones, mentiras y comentarios desenfocados. Han dicho cosas tan absurdas como que actué como intermediario para cosas irregulares. Yo me limité a una actuación profesional y cobré los honorarios que usualmente se cobran en estos casos. Todo lo hice dentro de los parámetros de la ética.
¿Quién pagó ese almuerzo?
No recuerdo quién lo pagó porque fue hace más de un año, pero cuando almorzábamos a veces pagaba González, a veces Pretelt y a veces pagaba yo.
¿Qué tan amigo es de Jorge Pretelt?
Soy buen amigo de él porque hemos coincidido en muchas actividades académicas. Además, su papá era muy amigo de mi papá.
¿Por qué acompañó a Pretelt a una entrevista con la periodista María Isabel Rueda?
Aquí sí confieso que fue una imprudencia de mi parte. Estábamos en un almuerzo de amigos y ese viernes (27 de febrero) se conoció que Mauricio González había presentado una denuncia contra Pretelt. Él comentó el tema y que tenía una entrevista con María Isabel Rueda. Los amigos que estaban en ese almuerzo me pidieron que lo acompañara a la entrevista. Y como ya había terminado mi contrato con Fidupetrol, no le vi problema. Pero, pues sí, ahora veo que fue una imprudencia. Pero fue un gesto de amigo, un acto de solidaridad.
Pero Rueda le preguntó ese día que si usted era abogado de Fidupetrol y usted le dijo que no. ¡Le mintió!
Es muy importante esa pregunta porque aquí María Isabel tal vez no está diciendo las cosas en el contexto en que sucedieron. Ella estaba entrevistando a Pretelt, pero me preguntó si yo era abogado de Fidupetrol. Yo entendí, y creo que Pretelt también, que se refería al apoderado que estaba actuando en el caso, que era Víctor Pacheco. Por eso le dije que no. Ella no indagó más, y como el entrevistado era Pretelt, no me pareció prudente interrumpir la entrevista para explicarle mi actuación. De todas maneras confieso que fue una imprudencia haber asistido a esa entrevista.
Pero usted sí fue abogado de Fidupetrol. Tanto que le pagaron $200 millones.
Sí, pero aquí no hubo ninguna mala fe ni mala intención. Eso fue una simple omisión.
¿Una omisión? ¿Por qué no le aclaró luego a Rueda el tema?
Confieso que fue una imprudencia haber ido. Y sí, está mal visto, pero en ocasiones uno por amistad acompaña a una persona sin medir las consecuencias.
¿Pretelt no anticipó el lío que significaría que lo acompañara a la entrevista con María Isabel Rueda?
No. La verdad estábamos en esa reunión y el doctor Pretelt estaba indignado, molesto y preocupado por la denuncia. Entonces un grupo de amigos me pidieron que lo acompañara y no le vi nada censurable.
Pero ¿uno para qué acompaña a otra persona a una entrevista si el que va a contestar es el otro?
Pues porque me lo pidieron. El doctor Jorge Pretelt me lo pidió.
¿Fue una metida de pata?
Sí, fue una metida de pata.
Víctor Pacheco aseguró que usted fue intermediario de esa tutela y que se pagó ese soborno de $400 millones a través de un contrato de asesoría suya con Fidupetrol.
Es absolutamente falso que digan que se pagaron $400 millones con base en una asesoría jurídica completamente legal. A mí me pagaron unos honorarios de $200 millones. Pero réstele a eso unos $40 millones en impuestos. Además, al doctor Víctor Pacheco le reconocí $32 millones por unos memoriales que hizo. Me quedaron algo así como $130 millones. No fui intermediario de nadie. Le pido que consulte el libro de visitas del Palacio de Justicia para ver cuántas veces he ido a la Corte Constitucional en los últimos dos años. De ninguna manera suelo hacer cabildeo.
Pero no necesita ir por allá. La prueba está en el cuestionado almuerzo. Volvamos a Pacheco. ¿Cuándo lo vio por última vez?
A Pacheco lo conocí por este caso. No lo veo desde hace más de 10 meses. Tan pronto se falló la tutela contra Fidupetrol perdí todo contacto con Víctor Pacheco.
Él es el principal denunciante en este caso. Y lo salpica a usted. ¿Lo va a denunciar?
No. Mauricio González se reunió con Víctor Pacheco en Cartagena y le preguntó por mí. Y Pacheco le dijo yo no tenía nada que ver, que mi actuación había sido eminentemente profesional. Eso me lo dijo el doctor González.
Pero cosas muy graves ha dicho contra usted en otros escenarios.
En caso de que así sea, inmediatamente le formularé una denuncia por injuria y calumnia. Yo le colaboré a Víctor Pacheco en una causa jurídica y preparábamos conjuntamente documentos para la defensa de nuestro cliente. No entiendo que él tenga algo que decir en mi contra.
¿Ha hablado de este tema con Jorge Pretelt en los últimos días?
No he hablado con él. El día de la entrevista con María Isabel Rueda, Jorge Pretelt dijo que la imputación de Víctor Pacheco era falsa. Y uno les cree a los amigos hasta que se les demuestre lo contrario.
¿Cómo ha afectado este episodio su vida las últimas semanas?
Es muy incómodo, porque tengo muchos años de servicio al país. Con mi trabajo contribuí al gran reconocimiento mundial que tiene la Corte Constitucional, y nunca me vi involucrado como magistrado en absolutamente nada irregular. Es muy triste que a través de comentarios malintencionados traten de difamarme cuando mi actuación siempre ha sido pulcra. Pero, en el fondo, estoy absolutamente tranquilo, porque aquí no he cometido ninguna falta de ningún orden.
Pero, aceptando que eso sea cierto, no me podrá negar que ha dado mucha papaya con sus mentiras, olvidos y omisiones. Se lo pregunto directo: ¿en dónde dio papaya?
En la entrevista de María Isabel Rueda. Pero fue un acto que hice como amigo y con un criterio de solidaridad con Jorge Pretelt.
¿No dio papaya al haberle mencionado el tema a Mauricio González en ese almuerzo?
La verdad, creo que no. Pensé que era necesario que él conociera que en su despacho estaba el caso y que había una solicitud de medidas cautelares.
¿Puede terminar investigado por el Consejo de la Judicatura por ese comentario que le hizo a González?
Pero es que eso no denota ninguna falta disciplinaria, porque si yo le hubiera pedido el favor de que fallara en uno u otro sentido, o hubiera ido a hacerle lobby o cabildeo, la cosa sería distinta. Pero simplemente lo puse en conocimiento de un caso. Nada más.
Pero ya le cayeron a palos porque usted dijo que jamás había hablado con ningún magistrado del caso. Y vea, sí lo hizo. Por último, ¿qué le dice hoy a la opinión pública, que lo tiene bajo la lupa?
Que mi actuación siempre ha sido transparente y que en este caso, muy rápidamente, va a quedar absolutamente aclarado que mi actuación fue eminentemente profesional y con estricta sujeción a la ética y el decoro profesional.
Pacheco contaría toda la verdad
Por su parte, el magistrado Luis Ernesto Vargas, quien rindió su versión ante la Comisión de Acusación en calidad de testigo, manifestó al salir de la diligencia que siente mucho lo que está pasando: “Hoy la Corte Constitucional está de luto, es lo único que les puedo decir. Todos estamos en un silencio sepulcral. Nos duele en el alma todo esto”. Otro que rindió su versión en la Cámara de Representantes fue el magistrado Gabriel Mendoza.
El segundo gran “salpicado” del escándalo de presunta corrupción en la Corte Constitucional, después del magistrado Jorge Pretelt, es el exmagistrado de ese alto tribunal Rodrigo Escobar Gil. Según Víctor Pacheco, denunciante en este caso, Escobar fue el intermediario para la compra de una tutela que buscaba tumbar un millonario fallo de la Corte Suprema contra Fidupetrol. Escobar, exasesor jurídico de la fiduciaria, ha tenido varias salidas en falso en la última semana. Pero la tapa fue este lunes, cuando El Espectador reveló que durante un almuerzo en un exclusivo restaurante de Bogotá, en febrero de 2014 y a instancias del magistrado Jorge Pretelt, Escobar le tocó el tema de la cuestionada tutela al magistrado Mauricio González. Cuestionado respecto a éste y otros temas, Escobar Gil dialogó con este diario.
Usted dijo que nunca se reunió con ningún magistrado de la Corte Constitucional para tocarle el tema de Fidupetrol. Pero el magistrado Mauricio González dijo que en un almuerzo usted sí le habló de esa tutela. ¿Por qué mintió?
Lo que dije es que nunca había discutido el caso con ningún magistrado y que tampoco me había reunido a dar recomendaciones en relación con el fallo. El almuerzo con el doctor González fue el año pasado y ahí le hice un comentario aislado en el sentido de que en su despacho había una tutela de Fidupetrol y que había una solicitud de medidas cautelares. El comentario lo hice porque en los despachos de los magistrados hay muchísimas tutelas. Pero en ningún momento le hice una insinuación o análisis del caso. Y tanto él como yo dijimos “no hablemos más del tema”. El comentario fue meramente informativo.
Pero no tiene presentación que usted, siendo el abogado de Fidupetrol, le mencionara esa tutela al magistrado que la iba a fallar.
Sí, le toqué el tema para mencionarle que en su despacho había una tutela y una solicitud de medidas cautelares. Ese comentario lo hice con el mayor respeto y dentro de los más estrictos parámetros de decoro y la ética profesional. Tan cierto es que González les dijo a algunos amigos que jamás le hice una insinuación.
¿Es ético que un exmagistrado de la Corte, que entonces era un abogado interesado, hable con el magistrado de la tutela que debe estudiar?
Es plenamente ético y ajustado a la dignidad y al decoro profesional, porque en ningún momento le recomendé o le pedí el favor de que votara en un sentido. Dentro de la práctica profesional es usual, en ocasiones, que se le diga a un juez “allí está ese caso”, pero de ahí a recomendarle el caso o a pedirle que vote en determinado sentido, es irregular y contrario a la ética. Y hasta allá no llegué.
¿Soltó ese comentario para que González supiera que usted era abogado de Fidupetrol y le pusiera especial atención al caso?
No le mencioné que asesoraba a Fidupetrol, porque el caso lo llevaba el abogado Víctor Pacheco. Yo sólo presté una asesoría jurídica en esa tutela.
El magistrado González dijo otra cosa: que usted sí le dijo que era asesor de Fidupetrol y que le contó que la firma estaba atravesando problemas financieros por cuenta del fallo que los condenó a pagar $22.500 millones.
No, eso no se lo dije. Le comenté de la tutela y que había una solicitud de medidas cautelares en atención a la grave situación financiera de Fidupetrol. Las medidas cautelares deben tramitarse con urgencia porque buscan prevenir un grave daño o afectación a derechos fundamentales. Por eso no estuvo mal que le comentara eso al doctor González.
O sea, ¿para usted ese comentario es propio del litigio de abogados ante la Corte Constitucional?
Lo que creo es que no contraviene la ética mencionarle a un magistrado la existencia de un caso en el que hay una petición de medidas cautelares. Tan honesta ha sido mi actuación que el 18 de febrero pasado, mucho después de que se conocieran en la Corte estos hechos, Mauricio González me invitó a cenar con Rodrigo Noguera (rector de la Sergio Arboleda). Si hubiera tenido el más mínimo reparo sobre mi conducta, no lo habría hecho.
¿Cómo se dio ese almuerzo?
Fue un almuerzo concertado entre Mauricio, Jorge Pretelt y yo. Nos vimos para tratar los temas propios que tratan los amigos.
Pero González dice que se enteró a última hora de que usted iba a ese almuerzo...
Eso no es así. Soy muy reacio a ir a almuerzos, entonces ¡cómo iba a ir a ese de pato! Previamente se acordó el almuerzo.
¿En qué momento decidió tocarle ese tema de Fidupetrol?
Fue un comentario muy aislado en el curso de la conversación, que no duró más de 20 segundos.
¿Notó alguna incomodidad del magistrado González?En absoluto, porque fue dentro de los parámetros de la ética.
¿Suele mencionarles a otros magistrados casos en los que tiene interés como abogado?
Ningún magistrado podrá decir que discuto con ellos casos en los que tenga interés.
Pero en ese punto ya lo desmintió el magistrado González. ¡Usted sí le tocó el tema de Fidupetrol!
El tema no se discutió. Discutir implica proponer un tema e intercambiar opiniones sobre el caso. Aquí no hubo ningún intercambio de ideas.
¿Tampoco le pareció inconveniente que el magistrado Pretelt estuviera presente cuando dijo eso?
No recuerdo bien, pero creo que lo hice en un momento en el que el doctor Pretelt se levantó.
Según su contrato con Fidupetrol, usted recibiría $100 millones si lograba las medidas cautelares en la Corte. Algún malpensado diría que ese comentario costó ese dinero...
Sí, la verdad en este caso ha habido muchas omisiones, mentiras y comentarios desenfocados. Han dicho cosas tan absurdas como que actué como intermediario para cosas irregulares. Yo me limité a una actuación profesional y cobré los honorarios que usualmente se cobran en estos casos. Todo lo hice dentro de los parámetros de la ética.
¿Quién pagó ese almuerzo?
No recuerdo quién lo pagó porque fue hace más de un año, pero cuando almorzábamos a veces pagaba González, a veces Pretelt y a veces pagaba yo.
¿Qué tan amigo es de Jorge Pretelt?
Soy buen amigo de él porque hemos coincidido en muchas actividades académicas. Además, su papá era muy amigo de mi papá.
¿Por qué acompañó a Pretelt a una entrevista con la periodista María Isabel Rueda?
Aquí sí confieso que fue una imprudencia de mi parte. Estábamos en un almuerzo de amigos y ese viernes (27 de febrero) se conoció que Mauricio González había presentado una denuncia contra Pretelt. Él comentó el tema y que tenía una entrevista con María Isabel Rueda. Los amigos que estaban en ese almuerzo me pidieron que lo acompañara a la entrevista. Y como ya había terminado mi contrato con Fidupetrol, no le vi problema. Pero, pues sí, ahora veo que fue una imprudencia. Pero fue un gesto de amigo, un acto de solidaridad.
Pero Rueda le preguntó ese día que si usted era abogado de Fidupetrol y usted le dijo que no. ¡Le mintió!
Es muy importante esa pregunta porque aquí María Isabel tal vez no está diciendo las cosas en el contexto en que sucedieron. Ella estaba entrevistando a Pretelt, pero me preguntó si yo era abogado de Fidupetrol. Yo entendí, y creo que Pretelt también, que se refería al apoderado que estaba actuando en el caso, que era Víctor Pacheco. Por eso le dije que no. Ella no indagó más, y como el entrevistado era Pretelt, no me pareció prudente interrumpir la entrevista para explicarle mi actuación. De todas maneras confieso que fue una imprudencia haber asistido a esa entrevista.
Pero usted sí fue abogado de Fidupetrol. Tanto que le pagaron $200 millones.
Sí, pero aquí no hubo ninguna mala fe ni mala intención. Eso fue una simple omisión.
¿Una omisión? ¿Por qué no le aclaró luego a Rueda el tema?
Confieso que fue una imprudencia haber ido. Y sí, está mal visto, pero en ocasiones uno por amistad acompaña a una persona sin medir las consecuencias.
¿Pretelt no anticipó el lío que significaría que lo acompañara a la entrevista con María Isabel Rueda?
No. La verdad estábamos en esa reunión y el doctor Pretelt estaba indignado, molesto y preocupado por la denuncia. Entonces un grupo de amigos me pidieron que lo acompañara y no le vi nada censurable.
Pero ¿uno para qué acompaña a otra persona a una entrevista si el que va a contestar es el otro?
Pues porque me lo pidieron. El doctor Jorge Pretelt me lo pidió.
¿Fue una metida de pata?
Sí, fue una metida de pata.
Víctor Pacheco aseguró que usted fue intermediario de esa tutela y que se pagó ese soborno de $400 millones a través de un contrato de asesoría suya con Fidupetrol.
Es absolutamente falso que digan que se pagaron $400 millones con base en una asesoría jurídica completamente legal. A mí me pagaron unos honorarios de $200 millones. Pero réstele a eso unos $40 millones en impuestos. Además, al doctor Víctor Pacheco le reconocí $32 millones por unos memoriales que hizo. Me quedaron algo así como $130 millones. No fui intermediario de nadie. Le pido que consulte el libro de visitas del Palacio de Justicia para ver cuántas veces he ido a la Corte Constitucional en los últimos dos años. De ninguna manera suelo hacer cabildeo.
Pero no necesita ir por allá. La prueba está en el cuestionado almuerzo. Volvamos a Pacheco. ¿Cuándo lo vio por última vez?
A Pacheco lo conocí por este caso. No lo veo desde hace más de 10 meses. Tan pronto se falló la tutela contra Fidupetrol perdí todo contacto con Víctor Pacheco.
Él es el principal denunciante en este caso. Y lo salpica a usted. ¿Lo va a denunciar?
No. Mauricio González se reunió con Víctor Pacheco en Cartagena y le preguntó por mí. Y Pacheco le dijo yo no tenía nada que ver, que mi actuación había sido eminentemente profesional. Eso me lo dijo el doctor González.
Pero cosas muy graves ha dicho contra usted en otros escenarios.
En caso de que así sea, inmediatamente le formularé una denuncia por injuria y calumnia. Yo le colaboré a Víctor Pacheco en una causa jurídica y preparábamos conjuntamente documentos para la defensa de nuestro cliente. No entiendo que él tenga algo que decir en mi contra.
¿Ha hablado de este tema con Jorge Pretelt en los últimos días?
No he hablado con él. El día de la entrevista con María Isabel Rueda, Jorge Pretelt dijo que la imputación de Víctor Pacheco era falsa. Y uno les cree a los amigos hasta que se les demuestre lo contrario.
¿Cómo ha afectado este episodio su vida las últimas semanas?
Es muy incómodo, porque tengo muchos años de servicio al país. Con mi trabajo contribuí al gran reconocimiento mundial que tiene la Corte Constitucional, y nunca me vi involucrado como magistrado en absolutamente nada irregular. Es muy triste que a través de comentarios malintencionados traten de difamarme cuando mi actuación siempre ha sido pulcra. Pero, en el fondo, estoy absolutamente tranquilo, porque aquí no he cometido ninguna falta de ningún orden.
Pero, aceptando que eso sea cierto, no me podrá negar que ha dado mucha papaya con sus mentiras, olvidos y omisiones. Se lo pregunto directo: ¿en dónde dio papaya?
En la entrevista de María Isabel Rueda. Pero fue un acto que hice como amigo y con un criterio de solidaridad con Jorge Pretelt.
¿No dio papaya al haberle mencionado el tema a Mauricio González en ese almuerzo?
La verdad, creo que no. Pensé que era necesario que él conociera que en su despacho estaba el caso y que había una solicitud de medidas cautelares.
¿Puede terminar investigado por el Consejo de la Judicatura por ese comentario que le hizo a González?
Pero es que eso no denota ninguna falta disciplinaria, porque si yo le hubiera pedido el favor de que fallara en uno u otro sentido, o hubiera ido a hacerle lobby o cabildeo, la cosa sería distinta. Pero simplemente lo puse en conocimiento de un caso. Nada más.
Pero ya le cayeron a palos porque usted dijo que jamás había hablado con ningún magistrado del caso. Y vea, sí lo hizo. Por último, ¿qué le dice hoy a la opinión pública, que lo tiene bajo la lupa?
Que mi actuación siempre ha sido transparente y que en este caso, muy rápidamente, va a quedar absolutamente aclarado que mi actuación fue eminentemente profesional y con estricta sujeción a la ética y el decoro profesional.
Pacheco contaría toda la verdad
Por su parte, el magistrado Luis Ernesto Vargas, quien rindió su versión ante la Comisión de Acusación en calidad de testigo, manifestó al salir de la diligencia que siente mucho lo que está pasando: “Hoy la Corte Constitucional está de luto, es lo único que les puedo decir. Todos estamos en un silencio sepulcral. Nos duele en el alma todo esto”. Otro que rindió su versión en la Cámara de Representantes fue el magistrado Gabriel Mendoza.