Sicario de Álvaro Gómez Hurtado estaría vivo según dijo Piedad Córdoba a la JEP
Según “El Tiempo”, la exsenadora liberal dijo a la Jurisdicción Especial para la Paz que habló “hace dos meses” con quien sería el asesino del líder conservador, para convencerlo de que hable con la justicia especial.
El 20 de agosto de 2020, la exsenadora liberal Piedad Córdoba recibió en su vivienda en Medellín a una pareja que quería comentarle un asunto de suma importancia y que la contactó a través de un amigo, Héctor Moreno. Sin saber de qué se trataba, y en su rol de periodista para la cadena Telesur, Córdoba aceptó la cita y escuchó de ellos un episodio del que supuestamente fueron testigos y que relaciona a la guerrilla de las Farc, hoy desmovilizada, con el asesinato del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado perpetrado el 2 de noviembre de 1995.
(En contexto: “Yo ejecuté la orden de asesinar a Álvaro Gómez”: Carlos Antonio Lozada.)
Así lo relató la exsenadora liberal a la Jurisdicción Especial para la Paz el pasado 23 de marzo. La declaración, publicada este sábado por El Tiempo, se rindió ante la magistrada Julieta Lemaitre luego que la Sala de Reconocimiento de Verdad, Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de esa justicia especial la citara el pasado 9 de febrero.
El hombre que visitó a Córdoba, cuya identidad ella protegió, dejando claro que no sabe si eran sus nombres verdaderos, le contó que un antiguo infiltrado en las Farc le había comentado sobre un episodio ocurrido en el campamento “La escalera” en el Yarí (Meta), el 2 de noviembre de 1995. Supuestamente, tras conocerse el homicidio de Gómez, el jefe guerrillero Víctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño o Mono Jojoy, felicitó a Julián Gallo, alias Carlos Antonio Lozada, por el hecho. Y luego procedieron a informarle al jefe guerrillero Manuel Marulanda.
(En contexto: Ordenan capturar a “Iván Márquez” por su presunta participación en el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado)
Según El Tiempo, Córdoba aseguró que, ante su sorpresa por tal revelación, la mujer le entregó una columna de José Obdulio Gaviria en la que hace referencia a un libro de las Farc en el que quedó consignado tal crimen. Uno de los puntos más relevantes de la declaración de la exsenadora es que, según la publicación, ella se reunió con quien sería el sicario de Álvaro Gómez: “Yo hablé con el tipo que le disparó, por ahí hace dos meses (...) Le insistí muchísimo que dijera la verdad, que hablara con la JEP”, dijo Córdoba, citada por el medio de comunicación.
Según el medio de comunicación, Córdoba narró a la JEP cómo el sicario le dijo que Carlos Antonio Lozada supuestamente lo quiere muerto por este hecho. Además, la exsenadora dijo que esta persona se salvó de la masacre de Mondoñedo, perpetrada el 7 de septiembre de 1996, en la que fueron secuestrados, torturados y asesinados seis estudiantes de la Universidad Distrital que fueron señalados de hacer parte de la Red Urbana Antonio Nariño de las Farc, la estructura que lideraba Carlos Antonio Lozada.
Córdoba dijo a la JEP, según publicó el medio de comunicación, que contactó a este sicario a través de un amigo en común, muy cercano a ella, hacia noviembre de pasado. De otro lado, la exsenadora aseguró que le contó lo sucedido con la pareja al expresidente Ernesto Samper, quien luego habría llamado al exjefe guerrillero Pablo Catatumbo para averiguar algo al respecto. También narró que la pareja supuestamente sabía que la Fiscalía iba a tomar medidas contra Samper, su exministro Horacio Serpa y contra Ramiro Bejarano.
(Le puede interesar: ¿Cómo fue la masacre de Mondoñedo, posible nueva pista en el crimen de Gómez Hurtado?)
Además, Córdoba habló sobre una cita que le hizo el embajador de Cuba en Colombia a su casa para hablar con Pablo Catatumbo, luego que ella hiciera manifestaciones públicas sobre este caso en referencia a las Farc. Según la publicación Catatumbo le estaba pidiendo pruebas y, de otro lado, Córdoba dijo haberse sentido extrañada porque Iván Márquez y Jesús Santrich, con quienes era cercana, nunca le contaron nada al respecto. Y señaló varias veces que, varias personas le han comentado, que supuestamente Carlos Antonio Lozada trabajaba con las Fuerzas Militares.
Como se sabe, el 3 de octubre de 2020, a través de una carta dirigida a la JEP, las antiguas Farc reconocieron el homicidio de Álvaro Gómez, así como el de cinco personas más. Julián Gallo, hoy desmovilizado y congresista en nombre del partido Comunes, confesó el crimen en entrevista con El Espectador días después: “La orden la dio el secretariado y la recibí de Jorge Briceño, que era el comandante a quien yo le atendía órdenes. Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño”, dijo.
(Lea también: Farc admite responsabilidad en asesinatos de Álvaro Gómez, general Landazábal y Jesús Antonio Bejarano: JEP)
Julián Gallo también explicó a este diario su versión sobre la masacre de Mondoñedo en esa oportunidad. Según él, allí murieron dos de las personas que participaron en el magnicidio de Gómez Hurtado. Se trata de Juan Carlos Urbano o Chayán, el líder de la operación contra Gómez Hurtado, y Roque o Mono Chiquito. “Algunos de los que participaron en el asesinato de Gómez fueron asesinados por la Policía. Creo que ahí lograron establecer los hechos, pero como los mataron, al Estado le tocó callarse. Ante el asesinato y la barbarie que cometieron con los compañeros intentaron ocultar esos hechos y desviaron la atención”, dijo.
Desde que se conoció esa versión, la familia del líder conservador la ha rechazado y ha buscado que el caso lo asuma la justicia ordinaria y no la JEP. “No hay ningún indicio de que fuera la guerrilla. El cinismo de nuestros líderes y la instrumentalización del Gobierno es ilimitado. El régimen se prestó para eso y ha logrado lavarle la cara a Ernesto Samper”, le dijo a este diario Enrique Gómez Martínez, abogado y sobrino de Gómez Hurtado el 26 de noviembre de 2020.
(Puede interesarle: Los 6 homicidios en los que Farc asume responsabilidad ante JEP)
Mauricio Gómez, hijo del dirigente conservador, también ha rechazado esta tesis. “Yo tengo muchos interrogantes sobre eso. El primero de ellos es que las Farc, cuando asesinaron a mi padre, estaban fuera del mapa. En ese momento en Colombia no se hablaba sino del Proceso 8.000. Las Farc no estaban en nada. Mi padre estaba librando una guerra contra el régimen ilegítimo de Samper, que instauró con el dinero de la mafia. Entonces, me parece súper extraño que, en la batalla que estaba mi padre contra Samper, lleguen las Farc a matarlo, así como de sorpresa y de la nada”, expresó a este diario en 2020.
El 20 de agosto de 2020, la exsenadora liberal Piedad Córdoba recibió en su vivienda en Medellín a una pareja que quería comentarle un asunto de suma importancia y que la contactó a través de un amigo, Héctor Moreno. Sin saber de qué se trataba, y en su rol de periodista para la cadena Telesur, Córdoba aceptó la cita y escuchó de ellos un episodio del que supuestamente fueron testigos y que relaciona a la guerrilla de las Farc, hoy desmovilizada, con el asesinato del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado perpetrado el 2 de noviembre de 1995.
(En contexto: “Yo ejecuté la orden de asesinar a Álvaro Gómez”: Carlos Antonio Lozada.)
Así lo relató la exsenadora liberal a la Jurisdicción Especial para la Paz el pasado 23 de marzo. La declaración, publicada este sábado por El Tiempo, se rindió ante la magistrada Julieta Lemaitre luego que la Sala de Reconocimiento de Verdad, Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de esa justicia especial la citara el pasado 9 de febrero.
El hombre que visitó a Córdoba, cuya identidad ella protegió, dejando claro que no sabe si eran sus nombres verdaderos, le contó que un antiguo infiltrado en las Farc le había comentado sobre un episodio ocurrido en el campamento “La escalera” en el Yarí (Meta), el 2 de noviembre de 1995. Supuestamente, tras conocerse el homicidio de Gómez, el jefe guerrillero Víctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño o Mono Jojoy, felicitó a Julián Gallo, alias Carlos Antonio Lozada, por el hecho. Y luego procedieron a informarle al jefe guerrillero Manuel Marulanda.
(En contexto: Ordenan capturar a “Iván Márquez” por su presunta participación en el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado)
Según El Tiempo, Córdoba aseguró que, ante su sorpresa por tal revelación, la mujer le entregó una columna de José Obdulio Gaviria en la que hace referencia a un libro de las Farc en el que quedó consignado tal crimen. Uno de los puntos más relevantes de la declaración de la exsenadora es que, según la publicación, ella se reunió con quien sería el sicario de Álvaro Gómez: “Yo hablé con el tipo que le disparó, por ahí hace dos meses (...) Le insistí muchísimo que dijera la verdad, que hablara con la JEP”, dijo Córdoba, citada por el medio de comunicación.
Según el medio de comunicación, Córdoba narró a la JEP cómo el sicario le dijo que Carlos Antonio Lozada supuestamente lo quiere muerto por este hecho. Además, la exsenadora dijo que esta persona se salvó de la masacre de Mondoñedo, perpetrada el 7 de septiembre de 1996, en la que fueron secuestrados, torturados y asesinados seis estudiantes de la Universidad Distrital que fueron señalados de hacer parte de la Red Urbana Antonio Nariño de las Farc, la estructura que lideraba Carlos Antonio Lozada.
Córdoba dijo a la JEP, según publicó el medio de comunicación, que contactó a este sicario a través de un amigo en común, muy cercano a ella, hacia noviembre de pasado. De otro lado, la exsenadora aseguró que le contó lo sucedido con la pareja al expresidente Ernesto Samper, quien luego habría llamado al exjefe guerrillero Pablo Catatumbo para averiguar algo al respecto. También narró que la pareja supuestamente sabía que la Fiscalía iba a tomar medidas contra Samper, su exministro Horacio Serpa y contra Ramiro Bejarano.
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Además, Córdoba habló sobre una cita que le hizo el embajador de Cuba en Colombia a su casa para hablar con Pablo Catatumbo, luego que ella hiciera manifestaciones públicas sobre este caso en referencia a las Farc. Según la publicación Catatumbo le estaba pidiendo pruebas y, de otro lado, Córdoba dijo haberse sentido extrañada porque Iván Márquez y Jesús Santrich, con quienes era cercana, nunca le contaron nada al respecto. Y señaló varias veces que, varias personas le han comentado, que supuestamente Carlos Antonio Lozada trabajaba con las Fuerzas Militares.
Como se sabe, el 3 de octubre de 2020, a través de una carta dirigida a la JEP, las antiguas Farc reconocieron el homicidio de Álvaro Gómez, así como el de cinco personas más. Julián Gallo, hoy desmovilizado y congresista en nombre del partido Comunes, confesó el crimen en entrevista con El Espectador días después: “La orden la dio el secretariado y la recibí de Jorge Briceño, que era el comandante a quien yo le atendía órdenes. Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño”, dijo.
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Julián Gallo también explicó a este diario su versión sobre la masacre de Mondoñedo en esa oportunidad. Según él, allí murieron dos de las personas que participaron en el magnicidio de Gómez Hurtado. Se trata de Juan Carlos Urbano o Chayán, el líder de la operación contra Gómez Hurtado, y Roque o Mono Chiquito. “Algunos de los que participaron en el asesinato de Gómez fueron asesinados por la Policía. Creo que ahí lograron establecer los hechos, pero como los mataron, al Estado le tocó callarse. Ante el asesinato y la barbarie que cometieron con los compañeros intentaron ocultar esos hechos y desviaron la atención”, dijo.
Desde que se conoció esa versión, la familia del líder conservador la ha rechazado y ha buscado que el caso lo asuma la justicia ordinaria y no la JEP. “No hay ningún indicio de que fuera la guerrilla. El cinismo de nuestros líderes y la instrumentalización del Gobierno es ilimitado. El régimen se prestó para eso y ha logrado lavarle la cara a Ernesto Samper”, le dijo a este diario Enrique Gómez Martínez, abogado y sobrino de Gómez Hurtado el 26 de noviembre de 2020.
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Mauricio Gómez, hijo del dirigente conservador, también ha rechazado esta tesis. “Yo tengo muchos interrogantes sobre eso. El primero de ellos es que las Farc, cuando asesinaron a mi padre, estaban fuera del mapa. En ese momento en Colombia no se hablaba sino del Proceso 8.000. Las Farc no estaban en nada. Mi padre estaba librando una guerra contra el régimen ilegítimo de Samper, que instauró con el dinero de la mafia. Entonces, me parece súper extraño que, en la batalla que estaba mi padre contra Samper, lleguen las Farc a matarlo, así como de sorpresa y de la nada”, expresó a este diario en 2020.