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¿Cómo lograron cuatro niños sobrevivir en la selva? La única explicación que encuentran médicos y rescatistas la dieron sus abuelos tan pronto comenzó la búsqueda: los menores de edad pertenecen a la etnia uitoto y conocían un terreno parecido, sabían comer y vivir en un ambiente parecido al que estuvieron perdidos durante más de un mes: Soleiny Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años), Lesly Mucutuy (13 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (12 meses) fueron encontrados con vida este viernes 9 de junio, en alto estado de deshidratación y, como era de esperarse luego de vagar durante varias semanas en la selva, debilitados. Las imágenes dejan ver las difíciles circunstancias por las que pasaron.
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El pasado 1 de mayo, la avioneta Cessna U206G, que cubría la ruta, Araucara - San José del Guaviare, se estrelló en la vereda Palmarosa, en el municipio de Solano, Caquetá. En ella viajaban siete personas, entre ellas estos cuatro menores de edad, que sobrevivieron al accidente y de los cuales no se tuvo noticias durante mucho tiempo. Los militares que encabezaron la búsqueda no perdieron las esperanzas por detalles que han mencionado en varias entrevistas radiales. Cuando comenzó la frenética operación para hallar a los menores, los uniformados se aferraron a las huellas y alimentos mordisqueados descubiertos cerca de la zona del accidente.
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Días después del accidente, los comandos de las Fuerzas Especiales, entrenados en búsqueda y rastreo, y cerca de 90 indígenas comenzaron a barrer la selva. El primer indicio de que los niños estaban con vida fueron unas huellas cerca a un pequeño caño, a 6 kilómetros del accidente. Los indígenas Nukak, que se sumaron a la operación, ubicaron pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de un tetero y una toalla, que los hicieron pensar que los niños iban a sobrevivir, como en efecto lo hicieron.
Pedro Sánchez, comandante del Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, y quien estuvo al frente de la operación, fue quien más se aferró a la esperanza de encontraros con vida. En una entrevista con la W Radio explicaba que era una búsqueda articulada y sin pausa en la que sumaban todos los esfuerzos de los hombres vinculados a la operación. “Si bien es cierto que en un momento tuvimos 92 indígenas bajando con nuestros comandos, quedan 73 por las mismas condiciones del terreno, pero esa combinación no solo nos ha permitido duplicar los ojos en la zona, sino que también intercambiar conocimiento sobre lo complejo y misterioso, que algunos llaman, de nuestra selva”, aseguró.
El general Sánchez, relataba a finales de mayo en BluRadio que sus hombres habían caminado más de 600 kilómetros, según explicó, “más o menos la distancia de Bogotá hasta Popayán”. No se dieron por vencidos. Como parte de la estrategia de búsqueda también usaron 600 silbatos, señales luminosas y acústicas, herramientas que usaron hasta el final de la operación.
También usaron perros entrenados para la búsqueda de personas y desplegaron reflectores, que encendían en las noche, además de cabinas de sonido para difundir mensajes con la voz de la abuela de los pequeños.
El Ejército informó, el pasado 26 de mayo, que la pequeña Cristin Ranoque Mucutuy cumplía ese día un año de nacida. “Desde todos los rincones de la geografía nacional los colombianos nos unimos en oración para que ella y sus tres hermanos estén bien y que pronto podamos celebrar la vida juntos. Desde el Comando de las Fuerzas Militares invitamos a todo el país para que celebremos su cumpleaños con una oración por ella y sus hermanitos, con la esperanza de que pronto puedan reunirse con su familia y para que permanezcan fuertes mientras los hallamos”, señaló el Ejército de Colombia.
El mayor Wilber Rivera, que participó de la búsqueda en las selvas entre el Caquetá y el Guaviare aseguró en radio que la compañía del padre de los cuatro niños fue definitiva en la búsqueda. Explicó cómo usaron perifoneo terrestre y aéreo, usaron tecnología satelital y lanzaron kits de supervivencia.
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