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Durante su intervención en el Encuentro Plural para la Paz, el canciller designado para el gobierno Petro, Álvaro Leyva Durán, afirmó que, ante el posible escenario de una negociación con el Clan del Golfo, los caminos ya están en su agenda diaria. Dentro de la “Paz Total”, que mencionó Leyva en el evento, existe la posibilidad del sometimiento y el acogimiento a la justicia. Aquí están las diferencias de los posibles escenarios de esta “Paz Total” del gobierno Petro.
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La idea de “Paz Total” es del presidente electo, Gustavo Petro. Con estas dos palabras se refirió durante toda su campaña a su política de paz en la que espera la participación de todos los actores armados del país. Por eso, Leyva se refirió a la posibilidad de la participación del Clan del Golfo dentro de esta idea de “Paz Total”. El canciller designado se preguntó: con este grupo armado, ¿estamos ante un sometimiento o acogimiento?
El Ministro (D) se reúne con el Movimiento @DefendamosPaz y el @USIP, un grupo de políticos y personajes de la vida pública con el objetivo de "establecer un diálogo entre los distintos sectores y el gobierno entrante, para la implementación integral del acuerdo de paz 🧵👉🏻 pic.twitter.com/CATkWm0tSb
— Álvaro Leyva Durán (@AlvaroLeyva) August 3, 2022
De acuerdo con el abogado penalista, Francisco Bernate, un sometimiento sucede cuando “el grupo criminal se entrega a la autoridad y recibe el tratamiento que tienen todos los delincuentes, sin rebajas excepcionales o adicionales a sus penas”. En el caso de un acogimiento, señala el jurista, “el grupo se acoge a una de las formas de justicia transicional existentes como son la ley de justicia y paz o el marco jurídico de la JEP”.
Además, bajo esta segunda figura, quienes se acogen a ella pueden recibir beneficios en sus sentencias. El mismo Leyva lo explicó así: la idea de hablar de acogimiento radica en el interés del gobierno de que grupos como el Clan del Golfo se reincorporen a la sociedad, a cambio de entregar rutas del narcotráfico y el desmantelamiento de sus estructuras criminales. Según el canciller designado, esto implicaría beneficios jurídicos para quienes hoy se encuentran en la ilegalidad.
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En entrevista con BLU Radio, el senador Iván Cepeda explicó la diferencia entre estos dos términos que son el centro de la discusión para acordar cuál es el mejor mecanismo para lograr la “Paz Total”. “La naturaleza de ambos verbos tiene una diferencia semántica. El primero, sometimiento, es una obligación perentoria y el segundo, acogimiento, es un proceso en el que hay un diálogo y un resultado. Someterse a la justicia se puede hacer hoy a través de la justicia ordinaria. Lo que nosotros proponemos es un proceso de acogimiento, con unos beneficios de carácter jurídico” afirmó Cepeda.
Entre las exigencias para un posible acogimiento, el senador aseguró que los grupos armados que se acojan a la justicia deberán cumplir con varios requerimientos. Entre esos se encuentra la necesidad de entregar verdad a las víctimas y explicar “su funcionamiento, su relación con otras organizaciones, sus negocios y bienes ilícitos y la reparación a las víctimas” afirmó Cepeda.
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En la entrevista, Cepeda se refirió a la posibilidad de que, para este acogimiento, habría una justicia transicional que lo regule. “No se ha pensado una figura de esa naturaleza. Hay opiniones al respecto, pero ahora estamos en un estudio de ese tipo de asuntos que requiere, por lo menos, un gobierno ya en funciones”.
Sobre un posible acercamiento con las bandas criminales del país, el penalista Francisco Bernate aclaró un tema esencial: “Teóricamente, no es posible realizar unos diálogos de paz con grupos como el Clan del Golfo, porque no tienen un estatus político. La justicia transicional demanda un conflicto, como es el caso del Eln que sí tienen un fuerte componente político”. Por eso, cuando se trata de bandas dedicas al narcotráfico, la única salida para muchos expertos es el sometimiento a la justicia.
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Por su parte, la investigadora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), Paula Tobón, es clarísimo que con el Clan del Golfo, no puede existir una negociación y solo quedaría el camino del sometimiento. La investigadora explicó, en las páginas de este diario, que no hay caminos jurídicos para negociar la paz “con esta agrupación: a su necesidad de que se le reconozca como actor político, se suma la ley que determina que el narcotráfico no es conexo a un delito político”.
En el caso de las disidencias de las Farc, Bernate se refirió al estado jurídico al que llegarían después de alejarse del Proceso de Paz de la Habana. “La única opción que tienen es el sometimiento, que de hecho la ley permite, pero el punto es que ahí no habría ni muchos beneficios ni tampoco negociación. Los beneficios que recibirían serían los mismos que en la justicia ordinaria”.
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Este 7 de agosto comenzará el gobierno de Gustavo Petro con su búsqueda de esa “Paz Total” con los actores armados del país. Petro tiene en sus manos, no solo la responsabilidad de conseguirla, sino también la de buscar las soluciones estructurales para detener los factores que alimentan a estos grupos, especialmente el narcotráfico. Sin embargo, todavía hace falta un camino largo por recorrer porque, pese a las declaraciones de Leyva, todavía no está 100% clara cuál será la hoja de ruta para el desmantelamiento de estos grupos.
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