“Todas fuimos víctimas de un abuso institucional”, exalumna del Colegio Marymount
Laura Giraldo, una de las mujeres que ha denunciado haber sido víctima de acoso y abuso sexual en el Colegio Marymount de Bogotá, habló con El Espectador y dio detalles de su historia. Asegura que, como ella, son muchas las víctimas que habían normalizado el abuso en el colegio.
Jhordan C. Rodríguez / jrodriguez@elespectador.com / @JhordanR11
Laura Giraldo, una estudiante de medicinal de 22 años denunció públicamente el pasado 22 de febrero que fue víctima de acoso y abuso sexual en el Colegio Marymount de Bogotá. Según ella, Mauricio Zambrano, quien fue su profesor de educación física por años, abusó de ella y al parecer de otras estudiantes de la institución. Para la presunta víctima, los abusos se normalizaron en el colegio por generaciones y ahora que empiezan a salir a la luz los casos, el centro educativo no muestra apoyo y se mantiene pasivo ante una situación que ya le costó el cargo a su rectora.
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Laura Giraldo, una estudiante de medicinal de 22 años denunció públicamente el pasado 22 de febrero que fue víctima de acoso y abuso sexual en el Colegio Marymount de Bogotá. Según ella, Mauricio Zambrano, quien fue su profesor de educación física por años, abusó de ella y al parecer de otras estudiantes de la institución. Para la presunta víctima, los abusos se normalizaron en el colegio por generaciones y ahora que empiezan a salir a la luz los casos, el centro educativo no muestra apoyo y se mantiene pasivo ante una situación que ya le costó el cargo a su rectora.
¿Cómo fue que se acercó Mauricio Zambrano a usted? ¿Pasó algo así con otras alumnas del Marymount?
Mauricio Zambrano fue mi profesor desde muy pequeña, desde el 2004. Antes de que ocurriera mi abuso era un chisme de pasillo en el colegio que Mauricio tenía relaciones con algunas estudiantes, que era muy inapropiado con las alumnas que pasaban de primaria, sobre todo con el equipo de fútbol, él tenía una preferencia con ellas, les hacía comentarios, yo estuve en el equipo y así fue como empezó a aproximarse a mí en sétimo grado.
Él siempre había tenido una preferencia al equipo de fútbol, de hecho uno se sentía especial cuando recibía atención por parte de él. Era muy notorio como él se comportaba contigo en las clases de educación física, en los recreos, en los espacios libres, siempre cruzó la línea de `no soy tu profesor, soy tu amigo´. Hoy en día me cuesta mucho entender cómo para él se borraron las líneas de que yo era una niña de 13 años.
En séptimo grado él hacía comentarios inapropiados sobre mi cuerpo, de hecho a todas siempre en educación física nos hacía comentarios sobre nuestros senos, sobre si habíamos tenido relaciones sexuales, y entre todas, tristemente, de forma institucional e intergeneracional lo normalizamos mucho. Sin embargo, su abuso y su acoso hacia mí inició en décimo grado, yo ahí tenía 16 años, las conversaciones privadas empezaron en la segunda mitad de décimo, entre 2015 y 2016.
¿Cómo la afectó esta situación de la que estaba siendo víctima? ¿Usted era consciente de que estas acciones de su profesor eran abusivas?
Tristemente, yo creo que somaticé mi abuso, en ningún momento yo lo había reconocido como tal y estos malos tratos que él me dio se empezaron a manifestar a través de mi conducta. Mi somatización empezó a manifestarse a través del abuso del alcohol, empecé a tomar todas las noches para poder dormir y yo no entendía, había entrado a la universidad y estaba muy confundida, sentía que tenía un problema, que algo me pasaba y no sabía qué era.
Después de un tiempo se me empezó a manifestar un trastorno en la conducta alimentaria, fui diagnosticada con anorexia hace aproximadamente dos años y medio. La lucha ha sido muy dura con el trastorno, pero hoy en día ya entiendo que todo era manifestación del dolor del abuso, pero esto se ha manifestado en mí durante cinco años y he tenido que ir a psicología, psiquiatría, tengo que tomar antidepresivos, pero puedo hablar de esto con más tranquilidad hoy en día sabiendo la causa de todo.
Yo caí en cuenta que había sido verdaderamente abusada esta semana cuando salió el comunicado del colegio, en el que decían que habían destituido al profesor. Ahora soy estudiante de medicina y veía casos muy similares al mío, pero lo había normalizado tanto hasta el momento en que supe que había otra denuncia de otra víctima menor de edad que no estaba sola.
Usted dice haber sido abusada cuando era una menor de edad, ¿cómo se enteró su familia de esta situación?, ¿esto cambió en algo la relación con ellos?
Ellos no supieron nada hasta el 22 de febrero de este año, en ese momento le cuento a mis padres todo lo que había pasado con este señor y fueron muy lindos conmigo, me dieron mucho apoyo, me dijeron que si necesitaban denunciar o lo que fuera estaban ahí conmigo y que me creían. Yo amo a mi familia, creo que sin ellos no hubiera podido.
Las manifestaciones del abuso como el exceso de alcohol me alejaron mucho de ellos, yo estaba muy sola, sufrí mucho en soledad y ahora como familia y como comunidad entendemos que todo fue a raíz de este abuso. Ni siquiera yo entendía por qué me excedía con el alcohol, por qué tenía problemas alimenticios, por qué tenía relaciones disfuncionales y otros comportamientos.
Su testimonio ha desencadenado que otras exalumnas del Marymount hablen y ahora el profesor y la rectora fueron destituidos, ¿qué la impulsó a dar su testimonio después de cinco años?
Yo decidí hablar cuando en la carrera tuve que pasar por Medicina Legal y vi casos que denunciaban como abuso y eran similares al mío, al escuchar al doctor enseñarme sobre abuso sexual, sobre depredación, sobre intención, ahí como que entendí “a mí me pasó algo así”. Mis amigas exalumnas me empezaron a contactar y a mandarme el comunicado que hizo oficialmente el colegio el 22 de febrero sobre la destitución del profesor, la denuncia interpuesta por otra familia y en ese momento dije “no estoy sola, hay alguien más”.
Ahí me comuniqué con el colegio y les comuniqué de mi abuso, hablé con mis papás abiertamente, hablé con mi psiquiatra y tomé la fuerza. La semilla de esta denuncia la empezó mi carrera, la manera en como me enseñaron y la fuerza la conseguí después de escuchar que no era la única y que el colegio ya había destituido al profesor.
¿Qué hizo el Colegio Marymount cuando usted les contó lo que había pasado con Mauricio Zambrano? ¿Tomaron alguna medida?
Cuando hablé con el colegio sentí que fueron muy empáticos conmigo, pero aún así no me dieron las vías de comunicación con la Fiscalía o alguna otra autoridad, todo esto lo busqué yo sola y ahora estoy en calidad de testigo de una denuncia que no creo que haya sido interpuesta por el colegio sino por otra menor. El colegio tristemente no hizo nada más que escuchar mi testimonio y darme mucho consuelo.
Yo hablé con la rectora directamente, le conté todo lo que me pasó, le di mi testimonio y les dije que los apoyaba en caso de que fueran a denunciar a este profesor, porque yo considero que este tipo es un depredador que manipuló a todos incluyendo rectoría, incluyendo otros profesores para que no hicieran denuncias. Darme cuenta de que no tenía ese respaldo de mi colegio fue lo que me hizo hacer todo esto sola: la denuncia sola, ir a la Fiscalía sola, buscar los contactos sola.
Aparte de la pasividad del colegio, ¿usted ha notado alguna otra falencia que conlleve a que casos como el suyo ocurran en esa institución?
Como víctima siento que en el colegio no me dieron la educación de poder enfrentar una vida sexual sana, reconocer abuso, porque el colegio es católico y se hacía un tabú gigante alrededor del sexo, no había educación sexual. Han salido un montón de casos de otros profesores, siempre se han conocido casos por chismes de pasillo, es un colegio femenino y casi siempre podíamos decir quién era la víctima, incluso yo conocía por chismes otros casos, pero no puedo contar sus historias.
En el colegio era muy común escuchar chismes de que docentes habían tenido relaciones con estudiantes, eso era muy común, como que una niña se graduaba y terminaba en una relación con ese profesor o que un docente se iba y establecía una relación con una niña del colegio, puedo recordar dos ocasiones en las que pasó. Sin embargo, escuché de más profesores que yo no tenía ni idea que estaban teniendo estas conductas, incluso escuché de un sacerdote del colegio que cometió abusos y me enteré en el momento en el que di mi testimonio. Saber que todas fuimos víctimas de un abuso institucional e intergeneracional es desgarrador.
¿Cómo se siente al ver que su caso inspiró a otras mujeres a que hablaran de lo que les ocurrió en el Marymount? ¿Ha tenido contacto con otros casos?
Me han contactado recientemente víctimas, personas que han sufrido el mismo trato que yo y me ha dado mucha paz y mucha tranquilidad escuchar sus voces y poder ser una voz para ellas. Yo sé que encontrar la fuerza para poner cara ante el público y decir “esta soy yo, esta es mi cara, esto fue lo que me pasó”, es muy difícil, pero me han hecho sentir que no estoy sola, que no era la única, que lo que me pasó no era normal y para ellas y por ellas es que estoy haciendo todo esto, para que sientan que yo estoy contando la historia de todas.
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