“Boyaco Sinaloa”: la historia del misterioso narco enemigo de alias “Otoniel”
Se trata de un narcotraficante con fachada de esmeraldero que fue mano derecha del extraditado capo el “Loco Barrera”. “Otoniel”, el extraditado líder del Clan del Golfo, ordenó su asesinato en 2021 junto a otros hombres del bajo mundo que le disputaban rentas del narcotráfico. Se mueve fuertemente custodiado entre Cali, Bogotá y Putumayo, y está asociado con el grupo narcoparamilitar conocido como Comandos de la Frontera.
David Escobar Moreno
Justo en este momento las autoridades colombianas le siguen los pasos a un peligroso narcotraficante que controla parte del negocio de la droga en el sur de Colombia, fue la mano derecha del extraditado capo alias el Loco Barrera y en el último tiempo se convirtió en uno de los principales enemigos del líder del Clan del Golfo, alias Otoniel. Se trata de Dionisio de Jesús Vera Olmos, más conocido en el bajo mundo como Boyaco Sinaloa, un alias que hace referencia a sus peligrosos vínculos con el cartel mexicano de la droga, hoy dirigido por los hijos del Chapo Guzmán y el viejo capo narcotraficante alias Mayo Zambada.
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Justo en este momento las autoridades colombianas le siguen los pasos a un peligroso narcotraficante que controla parte del negocio de la droga en el sur de Colombia, fue la mano derecha del extraditado capo alias el Loco Barrera y en el último tiempo se convirtió en uno de los principales enemigos del líder del Clan del Golfo, alias Otoniel. Se trata de Dionisio de Jesús Vera Olmos, más conocido en el bajo mundo como Boyaco Sinaloa, un alias que hace referencia a sus peligrosos vínculos con el cartel mexicano de la droga, hoy dirigido por los hijos del Chapo Guzmán y el viejo capo narcotraficante alias Mayo Zambada.
La figura de Boyaco Sinaloa es clave en este contexto, donde el mundo del crimen organizado está caldeado y en reacomodo, ya que desde mayo de 2022, cuando Otoniel fue extraditado a Estados Unidos, aún no es claro quién ocupará su lugar. Incluso, desde antes de su captura, en octubre de 2021, Otoniel ya venía ordenando el asesinato de tres supuestos competidores en el tráfico de cocaína a territorio estadounidense y europeo, pero solo su grupo criminal logró perpetrar uno: el de Luis Caicedo Velandia, alias Don Lucho, viejo capo del narcotráfico que fue jefe de alias el Loco Barrera y que retornó hace un par de años al país luego de pagar una condena por narcotráfico en EE. UU.
Otro blanco de Otoniel era Jesús Hernando Sánchez, sucesor de Víctor Carranza como el zar esmeraldero y quien ha sido vinculado como socio del excapo narcotraficante Julio Lozano Pirateque, otro hombre que tuvo negocios con Don Lucho y el Loco Barrera en el denominado Cartel de Bogotá. De su último enemigo hasta hoy solo se conocía su alias: Boyaco Sinaloa. Sin embargo, El Espectador conoció su nombre real y detalles sobre su pasado y presente al margen de la ley que crece vertiginosamente, a tal punto que Otoniel y otros mafiosos buscaban asesinarlo para sacarlo del negocio del narcotráfico.
Vera Olmos, según las autoridades, actualmente se mueve fuertemente custodiado por antiguos exparamilitares en el sur del país, entre los departamentos de Putumayo y Valle del Cauca. Funcionarios del Estado colombiano que le siguen la pista a Boyaco Sinaloa indican que principalmente se mueve en Cali, en donde se reúne con emisarios del cartel de Sinaloa que entran a Colombia por el puente internacional de Rumichaca, en la frontera con Ecuador. Esto, señala una fuente estatal, con el fin de quedar por fuera de los radares de las autoridades colombianas que investigan la influencia de los carteles mexicanos en territorio colombiano.
El alias de Vera Olmos fue mencionado recientemente a raíz de un reportaje de la unidad investigativa de Noticias Caracol, en el que se conoció un audio del propio Otoniel dando órdenes de matarlo: “En Bogotá quedaron otros que hay que también bregarles a hacer lo más pronto posible, el viejo Hernando Sánchez y Boyaco Sinaloa. Entonces también toca organizar como se hacen esas vueltas, a ver cómo se acaba de organizar esa zona del Llano y Bogotá”. Esa comunicación de Otoniel se dio semanas después de que sicarios asesinaran en julio de 2021 en la plazoleta de Pablo VI (centro occidente de Bogotá) a alias Don Lucho, crimen que, según Otoniel, facilitó el narcotraficante Julio Lozano Pirateque.
Viejo conocido de la justicia
No es la primera vez que Vera Olmos aparece en el radar de las autoridades. En noviembre de 2011, el capo fue capturado con fines de extradición por ser parte de la estructura criminal del Loco Barrera, detenido un año después en Venezuela y extraditado a Estados Unidos por sus relaciones con el jefe guerrillero Mono Jojoy, el narcoparamilitar alias Cuchillo y el mismísimo Chapo Guzmán, entonces jefe del cartel de Sinaloa. Vera Olmos, según las autoridades, era la mano derecha de Barrera y en ese momento era conocido como un próspero comerciante de esmeraldas en Boyacá, de donde es oriundo. Además, a través de esa comercialización de la gema verde fue que se lavaron dineros del narcotráfico.
El entonces director de la Policía, general Óscar Naranjo, señaló que Vera Olmos coordinaba dos rutas marítimas de narcotráfico por el Caribe y el Pacífico, así como terrestres y aéreas por los llanos orientales. “Esta estructura se encargaba de administrar y ejecutar toda la operación ilícita del Loco Barrera, desde el procesamiento y producción de estupefacientes, pasando por la exportación masiva de cocaína y lavado de activos, mediante la creación de empresas fachada dentro y fuera del país, hasta la explotación de minas de esmeraldas en Muzo, (Boyacá) y la adquisición de bienes raíces en sitios exclusivos de Bogotá y la costa norte”, señaló Naranjo en ese momento.
El trámite de su extradición a Estados Unidos tardó un año más mientras la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio de Justicia le dieron luz verde al requerimiento hecho por una corte federal de Virginia por delitos de narcotráfico. En el alto tribunal colombiano, Vera Olmos fue defendido por el conocido abogado de la mafia: Ricardo Villarraga, quien fue cercano al Loco Barrera, Lozano Pirateque y Claudio Javier Silva, otro narco del cartel de Bogotá que fue baleado en el norte de la capital en julio pasado. Villarraga, también condenado por la justicia estadounidense por colaborar con estos mafiosos, no pudo impedir la extradición de Vera Olmos, quien terminó aceptando cargos en EE. UU. y pagando una condena de 11 años.
En su confesión ante la justicia estadounidense, Vera Olmos admitió que entre 2009 y 2011 fue parte de la organización criminal del Loco Barrera para sacar cocaína a Estados Unidos y que tenía enlaces en Honduras y México. Manuel Retureta, abogado de varios narcoparamilitares en Estados Unidos como el Tuso Sierra, también lo fue de Vera Olmos ante la corte federal de Virginia. El penalista intentó bajarle el perfil criminal a su cliente y hacerlo ver como un empresario que cometió el error de financiar alijos de cocaína a ese país norteamericano y que no era una figura clave en la organización criminal. Retureta también señaló que Vera Olmos entregó información y no tenía antecedentes judiciales.
Sin embargo, la jueza del caso no compró los argumentos del abogado y aclaró que Vera Olmos estaba plenamente enterado del lavado de activos del Loco Barrera y Julio Lozano Pirateque, catalogados en su momento como los cerebros de la mayor transacción ilegal de blanqueo de capitales por US$10,5 billones. Esos dineros incluso pasaron por el club de fútbol profesional Independiente Santa Fe entre 2004 y 2006, señaló en su momento el general. En julio de 2013, durante la audiencia de su sentencia, Vera Olmos se comprometió a no volver a cometer delitos y contó parte de la historia de su familia.
En resumen, Vera Olmos señaló que nació en Guateque (Boyacá), en una familia conformada por nueve hermanos, y que uno de ellos, el menor, fue asesinado por la guerrilla de las Farc. A partir de allí, declaró Vera Olmos, se volvió colaborador del Ejército: “Yo estaba trabajando con un oficial de inteligencia y también con la Fiscalía General (...) Durante este tiempo que estuve en el narcotráfico, también tuve mi negocio legal en la industria minera. Unos cuatro meses después de que me detuvieran, indiqué que quería cooperar. Y lo he hecho. Pido perdón a mi familia y pido disculpas a los Estados Unidos por este error que he cometido”, señaló Vera Olmos durante la audiencia.
Capo del narcotráfico
El arrepentimiento le duró solo el tiempo que estuvo preso en Estados Unidos. Este diario estableció que volvió al país en 2018 y pronto retomó sus viejos nexos con el narcotráfico y adoptó fachada de ganadero, de acuerdo con registros de la Cámara de Comercio de Bogotá. Además, en papeles de la Fiscalía aparece que Vera Olmos tiene un proceso de extinción de dominio en el que era representado por el abogado Jairo Molina Quintero, alias Compa. Este penalista fue extraditado a Estados Unidos al mismo tiempo que Vera Olmos por ser parte de esa organización que exportaba alijos de droga y lavaba activos.
Un alto funcionario judicial le contó a este diario que esas viejas conexiones con el crimen organizado le han servido a Vera Olmos para volverse en uno de los narcos invisibles más importantes del suroccidente colombiano. Las autoridades también encontraron que tendría negocios con el grupo criminal que controla el tráfico de cocaína en Putumayo y la frontera con Ecuador: los Comandos de la Frontera, una organización que estaba hace poco integrada por miembros de las disidencias de las Farc de Iván Márquez y La Constru, grupo sucesor del paramilitarismo. Sin embargo, según las autoridades, La Constru terminó adueñándose de la estructura ilegal.
Fuentes judiciales también le contaron a este diario que Vera Olmos anda fuertemente custodiado por exparamilitares en camionetas blindadas. “Aunque en los organigramas de los Comandos de la Frontera aparece alias Araña como su máximo líder, identificamos que hay alguien arriba de él y quien sería socio de Vera Olmos. Esta es una investigación que toca a los narcos del cartel de Bogotá y que directamente está relacionado con el asesinato de Don Lucho en Pablo VI”, dice un funcionario que investiga el crimen organizado en el suroccidente colombiano.
“Lo que hemos logrado averiguar es que Otoniel ordenó asesinar a Boyaco Sinaloa por órdenes de Chiquito Malo (el narcotraficante de confianza de Otoniel que también tenía nexos con carteles mexicanos). Sabemos que Otoniel también estaba interesado en entrar a Putumayo. Lo que nos han dicho es que Boyaco Sinaloa y otros son los que mandan en la región. En ese departamento se ha triplicado la producción de cocaína y tienen el apoyo de la comunidad, con decirle que hemos desmantelado 17 laboratorios en el departamento, pero no hemos tenido ni una sola captura. También tenemos información de pagos a comandantes de la Fuerza Pública, pero no hemos podido verificarlo”, advierte una fuente.
Esta zona del país no es extraña para Boyaco Sinaloa. El Espectador se contactó con cuatro antiguos comerciantes esmeralderos que conocen a Vera Olmos. Uno de ellos indicó que Boyaco Sinaloa en el pasado fue socio del clan narcotraficante Mahecha, que operó en Putumayo y Nariño durante la década pasada. Esa antigua estructura ilegal, que tuvo negocios con Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Rodríguez Orejuela, enviaba semisumergibles cargados de cocaína a Estados Unidos. Finalmente, en 2011, después de años de seguimientos, la DEA y las autoridades colombianas terminaron capturando a esa familia de narcotraficantes que posaba como esmeralderos en Boyacá y Bogotá.
Ese mismo empresario esmeraldero arrojó un dato que concuerda con un asunto que está en la mira de las autoridades: la influencia de Vera Olmos en la mina La Pita, en Maripí (Boyacá). El esmeraldero dice que antes de su extradición a Estados Unidos, Vera Olmos tenía un vínculo comercial con esa mina y era socio del clan Mahecha en esta extracción. “Lo que sabemos es que hace más de 11 años las autoridades de EE. UU. saben quiénes son los dueños reales de esa mina y que son los verdaderos narcos invisibles que financiaron varias guerras. Eso está por investigarse, porque nunca se le hizo extinción de dominio a La Pita”, afirma un alto funcionario judicial.
Los demás empresarios de las esmeraldas consultados por este diario prefirieron no referirse al respecto por motivos de seguridad. “Es conocido por ser muy violento y por extorsionar a la gente con la que mantuvo negocios. Nunca fue esmeraldero, era un traqueto camuflado”, apenas precisó uno de ellos, quien pidió reserva de su nombre. Por ahora las autoridades intentan identificar a los socios de alias Boyaco Sinaloa, quienes estarían involucrados en los recientes asesinatos perpetrados en Bogotá en la pugna por hacerse con el control del tráfico de drogas, tras la extradición del último capo y líder del Clan del Golfo, alias Otoniel.