Treinta y seis heridos dejó explosión de carro bomba en base militar de Cúcuta
El ministro Molano y la cúpula militar viajaron a la capital de Norte de Santander para atender la situación. Apunta a que disidencias de las Farc o Eln fueron los responsables del ataque.
Hacia las 3:30 p.m. de este martes 15 de junio se reportó la explosión de un vehículo cargado con explosivos en las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército en Cúcuta. La detonación quedó registrada en varios videos que circularon en redes sociales. Ante el grave hecho, el presidente Iván Duque ordenó al ministro de Defensa y la cúpula militar que se desplazaran hasta la capital del departamento para ponerse al frente de la situación.
Lea: La disidencia del Frente 33 de las Farc de la que pocos hablan
La cabeza de esa cartera ministerial, Diego Molano, compareció en una alocución ante los medios de comunicación para señalar que 36 personas fueron heridas en el ataque y tres presentan “algún nivel de gravedad”. Además confirmó que el carro bomba entró a esa base militar porque dos personas se hicieron pasar como funcionarios públicos y que la camioneta blanca generó dos explosiones que, además de causar heridos, afectó la infraestructura de la base militar.
El ministro de Defensa, quien aseguró que la mayoría de personas afectadas no corren mayores riesgos de salud y ya están siendo atendidas en centros asistenciales, señaló: “Rechazamos y repudiamos este acto vil que buscó atentar vilmente contra la vida de nuestros soldados. Como primera hipótesis contemplamos que hubo una participación de la guerrilla del Eln, pero también investigamos la posible participación del frente 33 de las disidencias de las Farc”.
El alto funcionario aseguró que un equipo especial de investigación de la policía y la Fiscalía General trabajan para esclarecer los hechos y dar con la captura de los responsables. “En las próximas horas el presidente Iván Duque estará liderando un consejo de seguridad en la ciudad. A nuestra fuerza publica nada ni nadie la atemoriza. Son canallas todos aquellos que busquen afectar la integridad de nuestros soldados y pagarán”, puntualizó Molano.
“Un reducido número de militares estadounidenses se encontraba en la base militar colombiana, en Cúcuta, realizando un entrenamiento con una unidad colombiana, en el momento de la explosión. Todo el personal de EE.UU. ha sido verificado y no hay reportes de heridos serios”, informó la cuenta de la Embajada de los Estados Unidos, luego de que por redes sociales corrieran versiones sobre uniformados de ese país lesionados en el ataque.
Además de enfrentarse con la fuerza pública, la guerrilla del Eln viene luchando en esa zona del país con dos grupos criminales: los Pelusos y los Rastrojos. Esa cruda disputa por la frontera con Venezuela y paso clave para las rentas ilegales tiene aterrorizadas a las poblaciones de la zona rural de Cúcuta e incluso se extiende a los municipios del Catatumbo, escenario de una violencia entre actores armados ilegales en medio de cuyo fuego se encuentra la población civil.
Además, las autoridades han reportado que la guerrilla está usando minas antipersonales para ganarles terreno a los grupos criminales que se disputan los más de 400 kilómetros de frontera. La Defensoría del Pueblo ha señalado en recientes alertas tempranas que Cúcuta es una ciudad clave para estos grupos criminales, que tienen a su disposición a unas pocas horas miles de hectáreas de cultivo de uso ilícito, que son el motor de la violencia en Cúcuta y en la subregión del Catatumbo.
Lea también: ¿Qué hay detrás de la guerra entre el Eln y el Epl en el Catatumbo??
En esa zona del país el Ejército también reportó el movimiento de al menos 400 hombres que operan como el frente 33 de las disidencias, lo cual fue mencionado por el ministro de Defensa. Este grupo criminal, al que se le atribuye estar financiado por el cartel mexicano de Jalisco Nueva Generación, también tiene intereses en establecer apoyo logístico en Cúcuta “para el negocio del narcotráfico, sobre todo en la zona rural”, dice una fuente del Ejército que está en la zona. Como también ha contado este diario, la situación para la población rural de Cúcuta se agrava, pues el Clan del Golfo, grupo sucesor del paramilitarismo, también anunció en 2020 el envío de hombres a esta zona para disputar el tráfico de drogas con las guerrillas.
Hacia las 3:30 p.m. de este martes 15 de junio se reportó la explosión de un vehículo cargado con explosivos en las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército en Cúcuta. La detonación quedó registrada en varios videos que circularon en redes sociales. Ante el grave hecho, el presidente Iván Duque ordenó al ministro de Defensa y la cúpula militar que se desplazaran hasta la capital del departamento para ponerse al frente de la situación.
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La cabeza de esa cartera ministerial, Diego Molano, compareció en una alocución ante los medios de comunicación para señalar que 36 personas fueron heridas en el ataque y tres presentan “algún nivel de gravedad”. Además confirmó que el carro bomba entró a esa base militar porque dos personas se hicieron pasar como funcionarios públicos y que la camioneta blanca generó dos explosiones que, además de causar heridos, afectó la infraestructura de la base militar.
El ministro de Defensa, quien aseguró que la mayoría de personas afectadas no corren mayores riesgos de salud y ya están siendo atendidas en centros asistenciales, señaló: “Rechazamos y repudiamos este acto vil que buscó atentar vilmente contra la vida de nuestros soldados. Como primera hipótesis contemplamos que hubo una participación de la guerrilla del Eln, pero también investigamos la posible participación del frente 33 de las disidencias de las Farc”.
El alto funcionario aseguró que un equipo especial de investigación de la policía y la Fiscalía General trabajan para esclarecer los hechos y dar con la captura de los responsables. “En las próximas horas el presidente Iván Duque estará liderando un consejo de seguridad en la ciudad. A nuestra fuerza publica nada ni nadie la atemoriza. Son canallas todos aquellos que busquen afectar la integridad de nuestros soldados y pagarán”, puntualizó Molano.
“Un reducido número de militares estadounidenses se encontraba en la base militar colombiana, en Cúcuta, realizando un entrenamiento con una unidad colombiana, en el momento de la explosión. Todo el personal de EE.UU. ha sido verificado y no hay reportes de heridos serios”, informó la cuenta de la Embajada de los Estados Unidos, luego de que por redes sociales corrieran versiones sobre uniformados de ese país lesionados en el ataque.
Además de enfrentarse con la fuerza pública, la guerrilla del Eln viene luchando en esa zona del país con dos grupos criminales: los Pelusos y los Rastrojos. Esa cruda disputa por la frontera con Venezuela y paso clave para las rentas ilegales tiene aterrorizadas a las poblaciones de la zona rural de Cúcuta e incluso se extiende a los municipios del Catatumbo, escenario de una violencia entre actores armados ilegales en medio de cuyo fuego se encuentra la población civil.
Además, las autoridades han reportado que la guerrilla está usando minas antipersonales para ganarles terreno a los grupos criminales que se disputan los más de 400 kilómetros de frontera. La Defensoría del Pueblo ha señalado en recientes alertas tempranas que Cúcuta es una ciudad clave para estos grupos criminales, que tienen a su disposición a unas pocas horas miles de hectáreas de cultivo de uso ilícito, que son el motor de la violencia en Cúcuta y en la subregión del Catatumbo.
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En esa zona del país el Ejército también reportó el movimiento de al menos 400 hombres que operan como el frente 33 de las disidencias, lo cual fue mencionado por el ministro de Defensa. Este grupo criminal, al que se le atribuye estar financiado por el cartel mexicano de Jalisco Nueva Generación, también tiene intereses en establecer apoyo logístico en Cúcuta “para el negocio del narcotráfico, sobre todo en la zona rural”, dice una fuente del Ejército que está en la zona. Como también ha contado este diario, la situación para la población rural de Cúcuta se agrava, pues el Clan del Golfo, grupo sucesor del paramilitarismo, también anunció en 2020 el envío de hombres a esta zona para disputar el tráfico de drogas con las guerrillas.