Un perdón entre la incertidumbre: la audiencia de las Farc en la JEP
En el primero de tres días de audiencias, los exjefes de la extinta guerrilla reconocieron su responsabilidad en miles de secuestros, aunque con la salvedad, en muchos casos, de que o no dieron la orden o no sabían quién cometió el crimen. Entretanto, las víctimas exigen respuestas.
Felipe Morales Sierra
“No hay alguien que pueda decir, en este momento, si lo mataron, si no”, les dijo Yoleni Peña a los siete miembros del antiguo secretariado de las Farc ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Se refiere al duelo que ha enfrentado por la desaparición de su hermano, el cabo Luis Hernando Peña Bonilla, quien fue secuestrado en 2001, después de la toma guerrillera del municipio de Mitú. Su drama es el de otros 114 policías desaparecidos tras ser privados de la libertad por la guerrilla y el de miles de secuestrados que atendieron el martes 21 de junio de 2022 a la primera audiencia de reconocimiento por este crimen.
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“No hay alguien que pueda decir, en este momento, si lo mataron, si no”, les dijo Yoleni Peña a los siete miembros del antiguo secretariado de las Farc ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Se refiere al duelo que ha enfrentado por la desaparición de su hermano, el cabo Luis Hernando Peña Bonilla, quien fue secuestrado en 2001, después de la toma guerrillera del municipio de Mitú. Su drama es el de otros 114 policías desaparecidos tras ser privados de la libertad por la guerrilla y el de miles de secuestrados que atendieron el martes 21 de junio de 2022 a la primera audiencia de reconocimiento por este crimen.
“Si ustedes no lo saben, ¿quién lo sabe?”, les dijo en un punto la magistrada Julieta Lemaitre, quien lleva el caso de secuestro en la JEP, a Rodrigo Londoño, conocido en la guerra como Timochenko, y sus seis compañeros del secretariado. Luego de reconocer que el secuestro fue un crimen “abominable” y que los malos tratos a los que sometieron a sus víctimas fueron torturas, el secretariado no pudo responder todas las preguntas de sus víctimas, ni las de los magistrados. Yoleni Peña les dijo: “Ustedes tienen la obligación de indagar en el interior de sus grupos”. “Reconocemos que fue una orden de la dirección y que fue ejecutada”, le contestó Pastor Alape, pero su paradero es incierto.
(En contexto: Preguntas y cadenas: reviva la audiencia de perdón de las Farc por secuestro)
El cabo Peña fue privado de la libertad el mismo día que el sargento en retiro César Lasso, quien pasaría 13 años secuestrado, y este 21 de junio les confesó a quienes fueran sus captores lo que pasó por su cabeza en cautiverio: “En muchas ocasiones pensé que era mejor morir y descansar”. Sin dejar de hablar, mirando al antiguo secretariado de las Farc, Lasso sacó una cadena del bolsillo de su chaqueta. El metal chocó con el piso de madera y el auditorio de la Biblioteca Virgilio Barco quedó en silencio. Lasso se paró, se puso la cadena alrededor del cuello y mostró en qué posiciones los tuvieron secuestrados a él y a sus colegas.
Luego contó, con cadena en mano, que el jefe guerrillero Mono Jojoy le dijo: “Esta será su compañera”. Así sería. Lasso permaneció encadenado hasta que recuperó su libertad en 2011. Al otro lado del escenario, los antiguos jefes de las Farc escuchaban, mirando a una de las más de 20.000 víctimas de secuestro, según determinó la JEP. Apoyaban su rostro en su cara, elevaban las cejas en sorpresa cuando un secuestrado mencionaba algún detalle escabroso del cautiverio -que incluyeron mazmorras, alambres de púas, campos de concentración, abuso sexual- tomaban nota. Minutos después, Timochenko diría: “Yo quisiera poder decir: ‘yo ordené esto, ordené aquello’”. Pero no fue así.
(Lea aquí: ¿Cuál es el secretariado de las extintas Farc que afronta la audiencia ante JEP?)
Londoño ingresó al secretariado de las Farc en 1987 y, según ha dicho en varias versiones ante la JEP, no tuvo contacto directo con los secuestrados. Tampoco dio órdenes de cómo tratarlos, ni para bien ni para mal. “Yo nunca entendí las cadenas”, le contestaría más tarde al sargento (r) Lasso, por ejemplo. Sin embargo, contó que sí le dijo al Mono Jojoy que le parecían innecesarias esas medidas. “Claro que es tortura”, reconoció, luego de que la JEP les imputara crímenes de guerra y de lesa humanidad, no solo por las privaciones de la libertad, sino también por los castigos, los aislamientos, la obligación a Clara Rojas a dar a luz en cautiverio y otros hechos injustificables.
El también exjefe guerrillero Pastor Alape lo dijo así: la organización armada se convirtió en una “fábrica de odios, de dolor”. Hablándole a los ojos al excongresista Óscar Tulio Lizcano, secuestrado durante ocho años, Alape señaló: “Sé lo duro (de su secuestro) porque pude hablar con unidades que fueron responsables del secuestro suyo y he esculcado en todo el proceso. Sé de la situación compleja que se sufrió por alimentos, las marchas duras y la calidad humana que usted tuvo en cautiverio”. Precisamente esa es una de las salidas que han encontrado los exjefes guerrilleros: hablar con quienes estuvieron presentes en los hechos.
(Lea también: Ingrid Betancourt le exige a las Farc la verdad sobre su secuestro)
Según detalló la magistrada Lemaitre, 295 excombatientes de las Farc, entre los que hay comandantes de bloques, frentes y columnas que también están en el proceso, han aportado verdad a la JEP y, en teoría, las víctimas podrían dirigir preguntas más específicas. Es a ellos a quienes podrán preguntar: ¿Quién dio la orden? Además, en los próximos meses, la Sala de Reconocimiento de la Verdad hará otras audiencias de reconocimiento, como estas, pero en las regiones y con personajes claves de la antigua guerrilla. Una de ellas, por ejemplo, será con exmiembros del frente 60 que participaron del asesinato de los diputados del Valle.
En el caso de los 11 diputados, asesinados en 2007 después de cinco años en cautiverio, los exjefes guerrilleros coincidieron con el único sobreviviente, Sigifredo López, en que falta por conocerse la verdad. “Faltan detalles”, dijo Pablo Catatumbo. Las víctimas están expectantes de lo que pueda suceder en esas audiencias, pues además de darles respuestas, seguramente servirán de hoja de ruta para otros hechos por esclarecer en este caso. Como el llamado del excongresista Orlando Beltrán, quien además de tildar a los ex-Farc de “genocidas, al igual que lo fue Hitler”, pidió investigar posibles alianzas de las Farc con políticos rivales que hubieran llevado a su secuestro, y al de las también congresistas liberales Consuelo González y Gloria Polanco.
(Lea: Orlando Beltrán a exFarc: “Ustedes son genocidas, al igual que lo fue Hitler”)
Otro camino que queda para que los exjefes guerrilleros les den respuestas a sus víctimas lo esbozó la magistrada Lemaitre en la audiencia. Hablándoles a sus investigados, les propuso que, entre las sanciones que les impondrá el Tribunal para la Paz, podrían incluir involucrarse en la búsqueda de los cientos de secuestrados que continúan desaparecidos. Lemaitre les propuso: “Que se comprometan en la búsqueda de estas personas, que se aprendan los nombres, que sepan cómo se llaman las hijas”. En este escenario inédito organizado por la JEP, víctimas y victimarios se encararon y pudieron hablar de perdón. Pero los interrogantes persisten apenas en el primero de tres días de audiencias.