Un recluso asesina a tiros a alias Jerry, líder criminal de Los Rastrojos
El Inpec confirmó el asesinato de Juan Diego Rojas, quien en los 2.000 controló el negocio de la extorsión en Tuluá. El Inpec adelanta una investigación interna para determinar las circunstancias del crimen.
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) confirmó el asesinato bajo custodia estatal de uno de los hombres más poderosos del occidente nacional: Juan Diego Rojas Pérez, más conocido como Jhon Estiven Idrobo Pérez o alias Jerry. Se trataba de uno de los líderes del grupo criminal Los Rastrojos, quien en los 2.000 controló el negocio de la extorsión en Tuluá y sus alrededores.
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Según información oficial, alias Jerry fue víctima de un ataque con arma de fuego dentro de complejo carcelario de Jamundí (Valle del Cauca). “Las autoridades judiciales adelantan la investigación para esclarecer los hechos”, respondió el instituto ante la insistencia de medios de comunicación por conocer detalles de la muerte.
Medios locales aseguran que alias Jerry fue asesinado con cuatro disparos y que se encontraba dentro de una de las celdas del patio 7 del penal. Estaba pagando una condena de 24 años por los delitos de homicidio y concierto para delinquir agravado.
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Alias Jerry fue capturado en marzo de 2012 en Santa Marta y de inmediato fue presentado como resultado de la Policía Nacional en la carrera por dar con los “cabecillas” de Los Rastrojos. No solo era uno de los hombres más poderosos de Tuluá, sino también libraba una guerra a muerte con miembros de su misma organización y de otros grupos criminales, por las rutas del narcotráfico y las actividades criminales.
Jerry fue trasladado a la Costa Caribe, pues sus enemigos habían asesinado a sus familiares dentro de Tuluá y habían arremetido en su contra con atentados cono granadas. En su momento, el entonces director de la Dijín, Carlos Ramiro Mena, señaló que alias Jerry se había sometido a varias cirugías estéticas para evadir a las autoridades.
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Entre las historias judiciales que rodean el expediente de Jerry está la de “la finca del terror”, sucedida en mayo de 2010. En la finca Villa Isabel, ubicada en el corregimiento de Aguaclara, Tuluá, alias Jerry y Óscar Darío Restrepo Rosero, alias Porrón, tenían un centro de tortura a donde llevaban a las víctimas que extorsionaban para que les pagaran las sumas de dinero que les exigían, luego de amordazarlas y someterlas a golpizas.
La historia la contó un ciudadano que fue secuestrado en mayo de 2010 y quien logró escaparse, para contarle a las autoridades los métodos de Los Rastrojos. El sobreviviente testificó que lo metieron a un carro, lo golpearon y le vendaron los ojos para llevarlo a un apartamento ubicado en un octavo piso del sur de Cali, donde había más miembros del grupo criminal. Los captores le dijeron que mientras uno de sus primos no cancelara una deuda de $85 millones, no sería liberado. Esa noche fue drogado, amordazado, fotografiado y filmado.
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Al llegar a la finca Villa Isabel, fue recibido por un hombre al que luego identificó por fotos y que se llamaba César Tulio González Pérez, quien además era tío de alias Jerry y la persona que vivía en el lugar. Lo encerraron en un cuarto del segundo piso, que tenía una reja a la que le ponían cadena. Esa noche, contó, desde su ventana veía una llamarada grande y percibía un olor fétido, como si estuvieran quemando carne humana. Asimismo observó que las personas que estaban en la finca llevaban bolsas negras de un lado a otro.
Al enterarse de la historia, las autoridades armaron un operativo. En la finca Villa Isabel encontraron la maleta y los documentos del testigo en la habitación del segundo piso en la que estuvo recluido. Capturaron a César Tulio González, que era el único presente en el lugar, y rastrillaron todo el predio. Entonces encontraron restos de lo que habría sido una fogata. Ordenaron al CTI y Medicina Legal inspeccionar la finca, lo que llevó a las autoridades a remover la tierra y hallar restos óseos carbonizados.
Ahora, alias Jerry fue baleado dentro del establecimiento carcelario de Jamundí, donde estaba bajo custodia del Estado y, en específico, del Inpec. Las autoridades serán las que determinen las situaciones de tiempo, modo y lugar del crimen. Por ahora, solo se sabe que fue baleado por otro recluso y que su historial judicial lo situaba como uno de los objetivos de alto valor de la justicia nacional.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) confirmó el asesinato bajo custodia estatal de uno de los hombres más poderosos del occidente nacional: Juan Diego Rojas Pérez, más conocido como Jhon Estiven Idrobo Pérez o alias Jerry. Se trataba de uno de los líderes del grupo criminal Los Rastrojos, quien en los 2.000 controló el negocio de la extorsión en Tuluá y sus alrededores.
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Jerry fue trasladado a la Costa Caribe, pues sus enemigos habían asesinado a sus familiares dentro de Tuluá y habían arremetido en su contra con atentados cono granadas. En su momento, el entonces director de la Dijín, Carlos Ramiro Mena, señaló que alias Jerry se había sometido a varias cirugías estéticas para evadir a las autoridades.
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Al enterarse de la historia, las autoridades armaron un operativo. En la finca Villa Isabel encontraron la maleta y los documentos del testigo en la habitación del segundo piso en la que estuvo recluido. Capturaron a César Tulio González, que era el único presente en el lugar, y rastrillaron todo el predio. Entonces encontraron restos de lo que habría sido una fogata. Ordenaron al CTI y Medicina Legal inspeccionar la finca, lo que llevó a las autoridades a remover la tierra y hallar restos óseos carbonizados.
Ahora, alias Jerry fue baleado dentro del establecimiento carcelario de Jamundí, donde estaba bajo custodia del Estado y, en específico, del Inpec. Las autoridades serán las que determinen las situaciones de tiempo, modo y lugar del crimen. Por ahora, solo se sabe que fue baleado por otro recluso y que su historial judicial lo situaba como uno de los objetivos de alto valor de la justicia nacional.
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