Ungrd: Las pruebas contra otro alto exfuncionario y el director de Función Pública
El Espectador conoció los detalles del llamado “plan 100 mil”, mediante el cual, presuntamente, se desviaron $100 mil millones de un convenio para direccionar contratos en La Guajira a cambio de millonarias coimas. Olmedo López y Sneyder Pinilla señalaron a César Manrique y a Luis Carlos Barreto como los dueños de estos contratos.
Juan David Laverde Palma
Uno de los capítulos más delicados del escándalo de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo (Ungrd) tiene que ver con el presunto desvío de $100 mil millones de un convenio con la Agencia Nacional de Tierras (ANT) para amañar contratos en La Guajira a cambio de millonarias coimas. Los confesos delincuentes Olmedo López y Sneyder Pinilla, entonces director y subdirector para el Manejo de Desastres, respectivamente, le narraron a la Fiscalía los detalles de este entramado de corrupción que vincula a otro alto exfuncionario de esa entidad: Luis Carlos Barreto Gantiva, exsubdirector para el Conocimiento del Riesgo. Según los testigos, Barreto Gantiva manejó esos contratos y direccionó los procesos junto con César Manrique Soacha, director de la Función Pública y supuesto jefe político de él. López y Pinilla aseguraron que el dueño de esos negocios era Manrique Soacha y que se pactaron coimas del 7%, es decir, $7.000 millones.
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Uno de los capítulos más delicados del escándalo de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo (Ungrd) tiene que ver con el presunto desvío de $100 mil millones de un convenio con la Agencia Nacional de Tierras (ANT) para amañar contratos en La Guajira a cambio de millonarias coimas. Los confesos delincuentes Olmedo López y Sneyder Pinilla, entonces director y subdirector para el Manejo de Desastres, respectivamente, le narraron a la Fiscalía los detalles de este entramado de corrupción que vincula a otro alto exfuncionario de esa entidad: Luis Carlos Barreto Gantiva, exsubdirector para el Conocimiento del Riesgo. Según los testigos, Barreto Gantiva manejó esos contratos y direccionó los procesos junto con César Manrique Soacha, director de la Función Pública y supuesto jefe político de él. López y Pinilla aseguraron que el dueño de esos negocios era Manrique Soacha y que se pactaron coimas del 7%, es decir, $7.000 millones.
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El Espectador investigó y obtuvo los documentos claves del convenio entre la Ungrd y la ANT, las actas que definieron su modificación para liberar los $100 mil millones que necesitaban Olmedo López y compañía para direccionar esos negocios, así como informes judiciales y los comprometedores chats entre Sneyder Pinilla y Luis Carlos Barreto. Esa trazabilidad de tiempos y contratos, además de las delaciones de López y Pinilla, han sido fundamentales para que la Fiscalía hoy sostenga que Barreto y Manrique hicieron parte del saqueo a la Ungrd. Todo empezó el 19 de enero de 2023 cuando la Ungrd y la ANT suscribieron un convenio por $201 mil millones para atender a damnificados de desastres. Olmedo López y Sneyder Pinilla declararon que necesitaban $100 mil millones de allí para poder echar a andar el llamado “plan 100 mil” que coordinaría Luis Carlos Barreto para amañar ocho contratos en La Guajira por $100 mil millones.
Olmedo López contó que para organizar dicho plan tuvo varias reuniones con César Manrique y que fue él quien le mandó la hoja de vida de Luis Carlos Barreto, quien se posesionó como subdirector para el Conocimiento del Riesgo el 30 de junio de 2023. Barreto de inmediato empezó gestiones en varios frentes. El 5 de julio de ese año Olmedo López lo designó como supervisor del convenio con la ANT. Documentos y actas en poder de este diario revelan que apenas cinco semanas después, el 14 de agosto, el comité técnico de ese convenio, integrado por Barreto, determinó su reducción en $100 mil millones a través de un otrosí. Así se liberó ese monto para que la Ungrd pudiera desarrollar los contratos para atender la emergencia en La Guajira. Barreto también había sido encargado por Olmedo López para que hiciera parte de las mesas técnicas de seguimiento a la tutela de la Corte Constitucional que ordenó en 2017 resolver el problema del agua en esa región.
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Estos documentos concuerdan con los relatos de Olmedo López y Sneyder Pinilla en la Fiscalía. Ambos contaron que en esa época Barreto y Manrique supuestamente les dijeron que estaban en capacidad de hacer las gestiones correspondientes ante la ANT, entonces dirigida por Gerardo Vega, para liberar esos $100 mil millones, tal como ocurrió. Además, están los chats de Barreto con Pinilla que coinciden con esta línea de tiempo. El 6 de septiembre pasado, por ejemplo, Barreto le escribió a Pinilla: “Manito, mañana le muestro lo de Guajira para arrancar. Es que ya aprobaron la reducción de ANT en acta, falta la fidu (la Fiduprevisora), pero mientras podemos avanzar en Guajira”. La Fiduprevisora es la encargada del manejo del dinero en la Ungrd y, efectivamente, solo hasta el 4 de octubre firmó el otrosí con la ANT para liberar los $100 mil millones, tal como lo había pedido Luis Carlos Barreto como supervisor del convenio.
Sneyder Pinilla lo ha contado sin rodeos: Luis Carlos Barreto –dijo– fue quien estructuró los ocho contratos del “plan 100 mil”, entre los que había uno por $29 mil millones para la compra de 40 carrotanques sencillos para La Guajira. La Ungrd le entregó ese contrato en noviembre pasado a la Corporación Yapurutu. Los chats que Barreto se cruzó con Pinilla entre septiembre de 2023 y febrero de 2024 revelan los detalles de esta negociación en la trasescena. Barreto necesitaba que Pinilla le aprobara estos negocios, pues debían tramitarse por la subdirección de Desastres para que salieran a dedo y más rápido. Olmedo López, según sus confesiones, avaló este direccionamiento de contratos en cabeza de Barreto. El 28 de septiembre, en otro chat, Barreto le escribió a Pinilla: “Manito, me regala un espacio. Es para mirar los recursos de la ANT”. Parte de estos chats fueron revelados por Cambio hace dos semanas, pero El Espectador conoció el contexto de cada dialogo.
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El 2 de octubre, en un audio que le envió Barreto a Pinilla, éste le reiteró que necesitaba verlo para agilizar los trámites mientras la Fiduprevisora firmaba el otrosí para liberar los $100 mil millones. “Con eso ya (que) tengamos todo listo mañana a ver si firman ese hijueputa otrosí, mano”. Pinilla le contestó que no tenía de qué preocuparse porque “eso está todo ya cocinado”. También le comentó que si quería acelerar la firma del otrosí debía ir a la Fiduprevisora para presionar ese trámite. El 4 de octubre, como ya se contó aquí, la Fiduprevisora firmó la modificación al convenio con la ANT, pero el 5 de octubre aún no se había liberado el dinero. Por eso, ese día, Barreto le escribió a Pinilla preocupado por los Certificados de Disponibilidad Presupuestal (CDP): “¿Qué hacemos? Paramos o solicitamos CDP mientras”. Pinilla le dijo a la Fiscalía que estos chats demostraban que Barreto quería que él le hiciera el trabajo, aunque el “dueño” de los contratos era Barreto.
El 9 de octubre, ya con los $100 mil millones liberados, Barreto le envió otro audio a Pinilla en el que le contó que necesitaba su firma original para los CDP de los contratos. Pinilla explicó a los fiscales que como se la pasaba fuera de Bogotá atendiendo emergencias le había puesto un sello a esos CDP. Barreto le dijo que así no se los tramitaban en la Ungrd. “Toca con firma original, usted me dirá si lo busco mañana temprano”. Pinilla le dijo a la justicia que le firmó todas las solicitudes que Barreto le pasó porque su jefe, Olmedo López, le había dado la orden de que se entregaran rápido los contratos del “plan 100 mil”. El 13 de octubre Barreto volvió a escribirle a Pinilla preguntándole si Olmedo López había firmado las órdenes de proveeduría de esos negocios. Ese día Pinilla estaba en otra vuelta clave: entregarle a la Consejera Presidencial para las Regiones Sandra Ortiz el segundo paquete de $1.500 millones del soborno para el entonces presidente del Senado Iván Name.
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El 20 de octubre de 2023, Barreto buscó nuevamente a Pinilla, quien le comentó que estaría por fuera de Bogotá hasta el 6 de noviembre. Pinilla le dijo: “Pero qué hace falta, papi, ya todo lo suyo está casi listo, lo que necesite firma ya está organizado, me pasa lo que necesite firma del director que yo se la buscó acá con él”. Un mes después, el 22 de noviembre, Pinilla le contó a Barreto que Olmedo López estaba preguntando por la entrega de esos 40 carrotanques sencillos, y fue específico al escribirle: “Tus amigos”. Barreto le respondió: “Sí, manito, nosotros estamos esperando el alcance que hablamos el otro día”. Pinilla le contó a la Fiscalía que cuando Barreto le habló del “alcance” se refería a que a ese contrato le habían puesto un anticipo del 80%. La Fiduprevisora, sin embargo, no autorizó ese anticipo sino el pago por entregas parciales. Barreto le escribió a Pinilla, en relación con la urgencia de los carrotanques: “El tema es que están solo los chasis”.
El 18 de diciembre fue otro día clave. Según Pinilla, ese día Olmedo López le dijo que le urgían esos carrotanques y que Barreto no tenía plata para entregarlos, entonces que le recibiera ficticiamente 20 de ellos como si hubieran llegado a La Guajira. Así podrían desembolsarle a Barreto $14.500 millones, es decir, la mitad del pago de ese negocio. “Si no nunca va a entregar esos carrotanques”, le dijo a Pinilla. Acatando la instrucción Pinilla aprobó esos documentos para que Barreto supuestamente tuviera flujo de caja para armar los carrotanques. Con ese aval, a las 7:56 de la noche Olmedo López le mandó a Sneyder Pinilla la autorización del desembolso firmada por él. “Pagar a favor de Corpomixta Integral Yapurutu”, se lee en el documento. Pinilla le narró a los investigadores que hubo que simular esta operación porque Barreto le había dicho a Olmedo López que no tenía plata para pagar el ensamblaje de los tanques, ni las mangueras ni las matrículas de los vehículos.
Los chats continuaron. El 19 de diciembre Barreto le escribió a Pinilla: “Manito, eso de carrotanques no va a salir”. Pinilla le respondió: “Ya estamos solucionando. Estamos buscando la plata”. Pinilla explicó a la Fiscalía que lo que ocurría era que en esa época, por temas presupuestales, la Ungrd no tenía plata para pagarles a proveedores y contratistas. El 26 de diciembre Barreto volvió a enviarle un audio a Pinilla con el mismo tema: “Esos pagos están enredados, los de los carrotanques. ¿El de ustedes ya salió? El de nosotros lo enredaron. Si no se hace eso hoy, graves, ya no sale este año, marica (…) No hay plata en la Fiduprevisora y no quiere pagar”. Pinilla contó que Barreto se refería a que todavía no le habían pagado al contratista suyo los $14.500 millones. Y añadió que esta trazabilidad de mensajes evidenciaba que el más interesado en ese negocio era Luis Carlos Barreto. Poco después el pago se dio, pero ahora la urgencia era que se entregaran los carrotanques.
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El 5 de enero Pinilla le escribió a Barreto: “El jefe está preguntando por los 20 carrotanques sencillos, que si ya se pueden llevar a La Guajira”. Barreto le contestó: “Desde la otra semana se pueden llevar. 10 una semana y 10 la otra por logística. Los están matriculando en Cundinamarca”. Pero se acabó enero y los carrotanques nada que llegaban a La Guajira. El 1 de febrero Barreto le envió a Pinilla un video de 31 segundos donde se ve uno de los carrotanques ensamblado. Y le dijo: “Los que vamos a entregar (los carrotanques) los entregamos completos”. Y añadió: “Mañana salen todas las tarjetas, entonces a ver si sumercé me ayuda pa firmar la cuenta pa que quede eso completo y salimos de esa vaina, con eso salen los otros 20″. Barreto, según Pinilla, se refería a los otros 20 carrotanques que aún faltaban por entregar en este negocio. Pero los líos de plata de Barreto persistían, agregó Sneyder Pinilla. El tiempo seguía pasando y esos otros carrotanques no aparecían.
El 16 de febrero Olmedo López le dijo a Pinilla que le recibiera ficticiamente otros 15 carrotanques a Barreto para poder pagarle $10.875 millones más a él y a sus contratistas. A Olmedo le urgían los carrotanques porque la W Radio y El Tiempo habían empezado a destapar las primeras denuncias de corrupción en la Ungrd. Pinilla le envió a Barreto esa orden firmada a las 6:09 de la tarde de ese día y luego en una llamada de 24 segundos le hizo saber a Barreto que necesitaba que se pusiera al frente de esas entregas porque Olmedo López lo estaba presionando por los carrotanques. Pero ya entonces todos estaban con el agua al cuello. Las denuncias se multiplicaron, el congresista Jota Pe Hernández hizo nuevos hallazgos y Pinilla le dijo a Barreto el 28 de febrero que le enviara con urgencia un cuadro para justificar ese contrato de $29 mil millones. “No olvide ese cuadro, con sus carros, papá, para el soporte hoy”. “Manito, ya lo tengo”, le contestó Barreto.
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El escándalo no dio tregua y el 29 de febrero Olmedo López renunció. El 5 de marzo lo hizo Sneyder Pinilla. Hoy ambos son los protagonistas y delatores del más grave escándalo de corrupción del gobierno de Gustavo Petro. Curiosamente tras la salida de Pinilla, a quien encargaron de esa subdirección de Desastres fue a Luis Carlos Barreto. En ese cargo estuvo hasta el pasado 14 de mayo, cuando renunció a la entidad luego de que su nombre empezara a ventilarse en la Fiscalía. Según Pinilla, Barreto quedó a cargo de los ocho contratos que había direccionado. Además del de carrotanques estaba uno para la construcción de tres plantas desalinizadoras por casi $46 mil millones, otro de $11.200 millones para el mantenimiento de esas plantas, otro por $5.000 millones para la adquisición de tanques de reserva y uno más para la adecuación y puesta en marcha de unos pozos subterráneos. Todo sumaba, con interventorías, los $100 mil millones del “plan 100 mil”.
El Espectador habló con Luis Carlos Barreto para conocer su versión sobre estas denuncias. “Me presenté a la Fiscalía cuando Sneyder Pinilla me puso en la matriz de colaboración. Estamos esperando a que el proceso comience para esclarecer los hechos de forma técnica y administrativa. Ni siquiera he sido llamado a interrogatorio. Soy inocente”. Por su parte el director del Departamento de la Función Pública César Manrique Soacha no quiso pronunciarse y refirió que su defensa está consignada en un comunicado del pasado 25 de julio: “Con el fin de aclarar estos hechos y demostrar mi inocencia solicitaré a la Fiscalía que se me escuche y se pueda demostrar que no participé ni tengo ningún tipo de responsabilidad sobre las acusaciones hechas en mi contra”. Este 7 de agosto un juez resolverá si les dicta medida de aseguramiento a Olmedo López y Sneyder Pinilla por este escándalo. Hoy, como delatores, solo piden que se protejan sus vidas y las de sus familias.
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