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Valencia Copete y Yesid Ramírez, el fin de un ciclo

Los magistrados de la Corte Suprema más perseguidos por el DAS dejaron sus cargos.

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El Espectador
01 de octubre de 2010 - 08:28 p. m.
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Los ex presidentes de la Corte Suprema de Justicia, magistrados César Julio Valencia Copete y Yesid Ramírez Bastidas, protagonistas de agrios enfrentamientos públicos con el ex presidente Álvaro Uribe que derivaron en demandas ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representes; “blanco de blancos” del DAS en desarrollo del burdo espionaje desatado para hurgar la vida, obra y milagros de los juristas en notarías, entidades de crédito o estatales, “con fines de desprestigio”; los abogados considerados del ala radical del alto tribunal, dejaron ayer, por período cumplido, sus cargos.

Fue en 2006 cuando el entonces gobierno Uribe y la Corte se empezaron a mostrar los dientes. El magistrado Ramírez dijo que Uribe faltó a su palabra de respaldar a esa corporación sobre la controversia por el alcance de tutelas contra sentencias judiciales. Ramírez sugirió que el Jefe de Estado se había puesto del lado de la Corte Constitucional por el fallo favorable a la reelección presidencial que le permitió seguir de largo. Y fue Troya. Uribe indignado llamó a retarlo y la discusión terminó con Ramírez tirándole el teléfono al mandatario. Luego estalló la parapolítica y, en cascada, aliados uribistas fueron detenidos por orden de la Corte. Muchos de esos fallos fueron criticados por el Ejecutivo.

Después trascendió que el italiano Giorgio Sale, testaferro de Salvatore Mancuso y quien se movía como Pedro por su casa por las altas cortes, le regaló un Rólex al magistrado Ramírez y el escándalo se volvió costumbre; la Comisión de Acusación lo investigó por dos años, pero archivó el expediente. Entretanto, la Corte condenó en 2008 a Yidis Medina y descalificó la reelección presidencial. Uribe contestó sugiriendo que algunos magistrados “eran unos nostálgicos del terrorismo”. Después se inició la cacería del DAS: los seguimientos, las infiltraciones y las grabaciones ilegales a la Corte. En una de ellas, publicada por El Espectador, Yesid Ramírez dice que está seguro de que detrás de las amenazas en su contra estaba Uribe.

Paralelamente el magistrado Ramírez pidió a la Fiscalía que se investigara a Tomás Uribe, hijo del Presidente, por el carrusel de las notarías. Álvaro Uribe montó en cólera y dijo: “Le pido a magistrados como Yesid Ramírez que no sigan acabando la justicia, suplantándola por el odio”. Y añadió que el jurista “le había hecho mucho daño a Colombia”. Tomás, por su parte, anunció que su padre había denunciado a Ramírez por prevaricato y agregó: “El mismo juez que manifiesta que mi padre es un asesino, es el que me investigó sin tener competencia”. De inmediato la Corte expidió un comunicado, firmado por los 22 magistrados, en el que rechazaba las descalificaciones a Ramírez.

Las peleas con el magistrado Valencia Copete merecen punto aparte. Uribe lo denunció porque Valencia reveló en este diario que el día en que la Corte vinculó a su primo Mario Uribe al escándalo de la parapolítica, desde Nueva York lo llamó para interceder por su familiar. El magistrado reiteró su versión y se negó a rectificar. Y además fue perseguido por el DAS; sus propiedades y cuentas husmeadas, sus teléfonos chuzados, su familia protagonizaba informes ilegales de inteligencia. Hoy los dos magistrados se retiran de sus cargos, después de ocho años y muchas polémicas con Álvaro Uribe Vélez.

Por El Espectador

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