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Víctimas de masacre de Mondoñedo fueron quemadas vivas y ultimadas con tiros

Una de los familiares de los jóvenes asesinados aseguró que ha recibido amenazas contra su vida.

El Espectador
24 de abril de 2012 - 11:30 a. m.
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Ante el juez séptimo especializado de Cundinamarca, uno de los familiares de los jóvenes asesinados en la denominada masacre de Mondoñedo, registrada en septiembre de 1996 aseguró que el cadáver de su hermano y de las otras personas indicaban serias señas de tortura.

En este caso aseguró que incluso los mismos policías de Mosquera que llegaron al lugar de los hechos para levantar los cadáveres indicaron que los cuerpos habían sido arrastrados hasta el basurero municipal y allí fueron incinerados.

Quedaron desfigurados, mostrando señas de tortura. Esto se permite inferir por las posiciones en que fueron encontradas en las cuales tenían las manos atadas, los pies juntos, la boca abierta, totalmente calcinados. Se les veían los huesos”, precisó el hombre ante las preguntas de la defensa del mayor de la Policía, Héctor Castro, procesado por su presunta participación en el asesinato de seis jóvenes acusados de ser guerrilleros.

Según el testigo, los mismos exámenes y análisis hechos a los cuerpos indicaban que los cadáveres fueron arrastrados 30 o 40 metros desde la vía principal hasta el lugar “donde agentes de la Policía y de la Dijín” los quemaron y los ultimaron con un disparo de gracia.

Para este hombre, quien en los últimos días ha recibido amenazas contra su vida, su hermano sí partencia a la red urbana Antonio Nariño de las Farc, precisando que desconocía cuál era su participación en esa fracción subversiva.

“Él era miembro, sin embargo lo que uno espera es que los capturaran y los presentarán ante la justicia. No que los masacraran. Eso era lo que debía hacer la policía pues los encontraron sin armas”, precisó a su salida de los juzgados.

El mayor Castro fue señalado por el suboficial William Nicolás Chitiva de participar en el crimen en el que seis jóvenes fueron secuestrados, torturados y posteriormente asesinados acúsanoslos se pertenecer al frente urbano de las Farc, el cual había hecho un atentado contra las estación de policía del barrio Kennedy en el sur de la capital de la República.

Este testimonio fue clave para que en 2001 la Corte Suprema de Justicia ordenara reabrir la investigación en contra del oficial, el cual, según el testimonio de Chitiva, hizo las tareas de investigación para señalar que aquellos seis jóvenes eras subversivos, informe que fue entregado a sus superiores quienes ordenaron el asesinato.

El suboficial Chitiva fue asesinado en Cúcuta en el 2007, poco después de que presentará una ampliación sobre su acusación en contra de otro grupo de uniformados por estos mismos hechos.

La Masacre de Mondoñedo

En mayo de 1995 un frente de las Farc atacó la estación de Policía de Kennedy, donde murieron y resultaron heridos varios agentes de la institución.

El Policía que decidió confesar los pormenores de lo ocurrido, dijo que el teniente en cuestión le había pedido que encontrara a los culpables, delegándole esa función junto a otro agente.

Como pasaban los días y no lo había logrado, el Policía le contó a su teniente sobre unos agentes de la Sijín que había conocido, y que tenían un informante y un infiltrado dentro de las Farc. Esas personas fueron trasladadas al grupo de la Dijín que buscaba a los culpables del atentado.

De esta forma fue como el teniente empezó a hablar con Carlos Chaparro, militante de las Farc, "quien le manifestó que el atentado contra la Estación de Kennedy había sido ordenado por Marbel Zamora Pérez, uno de los jefes de la red urbana de la guerrilla, así mismo, para dar credibilidad a su dicho, le dijo al oficial que destinara varias unidades para que estuvieran pendientes de las citas que él iba a tener con varios integrantes", reseñó la Corte.

El agente confesó también que aunque había llegado a la Dijín otro teniente que había buscado vincular a la Fiscalía en el proceso para conseguir las órdenes de captura, el que ahora será investigado lo hizo a un lado en el proceso y buscó por sus propios medios "arreglar" el problema con las Farc.

Posteriormente los policiales secuestraron a los miembros de las Farc, los asesinaron e incineraron, para evitar que sus cuerpos fueran reconocidos y ellos vinculados en la investigación de su muerte.

Por El Espectador

 

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