Zozobra, tensión y temor: las bases del cese al fuego del Eln

El primer ciclo de diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (Eln) concluyó sin grandes anuncios, más allá de unos “alivios humanitarios” sobre los que poco se ahondó. La situación se agudizó cuando la guerrilla declaró un paro armado en Chocó y Valle del Cauca, aduciendo presencia de paramilitares en ese territorio. Sin embargo, como una muestra de compromiso con el proceso, que tendrá su segunda ronda de conversaciones en enero del otro año en México, el Eln anunció un cese al fuego durante Navidad y Año Nuevo.

El primer ciclo de diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (Eln) concluyó sin grandes anuncios, más allá de unos “alivios humanitarios” sobre los que poco se ahondó. La situación se agudizó cuando la guerrilla declaró un paro armado en Chocó y Valle del Cauca, aduciendo presencia de paramilitares en ese territorio. Sin embargo, como una muestra de compromiso con el proceso, que tendrá su segunda ronda de conversaciones en enero del otro año en México, el Eln anunció un cese al fuego durante Navidad y Año Nuevo.

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Sobre la declaratoria, un poco ambigua, porque según el grupo guerrillero, solo cubre a las Fuerzas Militares y a la Policía y manifiestan que se reservan el derecho a la defensa “en caso de ser atacados”, hay varias lecturas, pues no es la primera vez que se hacen este tipo de anuncios por esta época. Sin embargo, desde el Gobierno de Gustavo Petro se destacó el anuncio como un gesto de confianza en favor de las comunidades que sufren el conflicto en zonas apartadas del país.

“El Eln ha escuchado a la comunidad que apoya la paz total y que reclama un desescalamiento”, dijo el ministro del Interior, Alfonso Prada, quien aprovechó para pedirle a otros grupos violentos que “ojalá recojan este clamor de la ciudadanía” y hagan anuncios en sintonía con la necesidad de restarle fuerza al conflicto mediante ceses unilaterales al fuego. En la misma vía, congresistas que acompañan la mesa de diálogos con el Eln saludaron el cese al fuego para que “las acciones humanitarias se profundicen y abran el camino para la construcción de la Paz total”, explicó María José Pizarro, senadora del Pacto Histórico.

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Entre tanto, su copartidario Iván Cepeda describió la tregua como una “muestra de buena voluntad” y coincidió en que es una contribución de la guerrilla para cimentar las bases de la “Paz total” que abandera el presidente Gustavo Petro. En las declaraciones del Gobierno no se barajó siquiera un cese bilateral como respuesta al gesto del Eln que, si fue una posibilidad que mencionó Pablo Beltrán, jefe de la delegación de la guerrilla, al concluir el primer ciclo del proceso.

No obstante, analistas concuerdan en que la tregua es un guiño para darle estabilidad al proceso de paz en curso y que está encaminado a buscar “una respuesta contundente” del Gobierno respecto a la presencia de otros grupos armados. Así lo mencionó María Camila Moreno, directora del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), quien indicó que es frecuente que el Eln declare cese al fuego por estas épocas, pero en este caso hay que leer el anuncio teniendo en cuenta otras acciones como el paro armado en el Pacífico.

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“Hace parte de las señales de construcción de confianza. Era paradójico que se acordaran alivios humanitarios y días después anunciaran paro armado”, resaltó Moreno. La directora explicó que pactar un cese bilateral puede traer consigo varios tropiezos y tenía que ser acordado en la mesa de diálogos, pues para ello hay que establecer mecanismos de monitoreo y seguimiento, su conclusión es que este tipo de ceses unilaterales suelen conllevar una respuesta de reciprocidad, sin necesidad de anunciar un cese bilateral.

“No es solamente anunciar el cese y ya. Tiene todo un andamiaje técnico detrás y por eso muchas veces las partes prefieren tener una negociación antes de embarcarse en esto. Conlleva a tomar con mucho rigor ese tipo de medidas y ni el Eln ni el Gobierno están pensando en algo así”, expresó Moreno.

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La tregua del Eln tras el paro armado

En materia de orden público, el anuncio del Eln se conoce en medio de momentos tensos que el mismo grupo ha ocasionado en algunas partes del país. Desde temor hasta confinamiento es lo que han dejado las acciones armadas que han perpetrado en los últimos días. El suceso más reciente ocurrió en la noche de este domingo cuando hombres uniformados y portando logos alusivos a la estructura guerrillera, al parecer, miembros del Frente Manuel Vásquez Castaño patrullaron el municipio de Caldono, en el Cauca.

La situación generó zozobra y temor porque, además, de que requisaron a unas personas que departían en un evento, fueron los que emitieron un panfleto en el que amenazaban al alcalde del municipio José Vicente Otero y unos líderes sociales. Otra situación que generó pánico en la comunidad ocurrió durante la semana pasada en cuatro municipios de Chocó: Istmina, Medio San Juan, Sipí y Nóvita, por cuenta del paro armado que dejó más de 9.800 personas confinadas, según alertó la Defensoría del Pueblo.

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Según el reporte, la restricción de la movilidad a cargo del Frente Occidental “Omar Gómez” afectó a más de 64 comunidades respecto de servicios de salud, transporte de alimentos y actividades que desarrollan en su cotidianidad. Para las autoridades está claro que el confinamiento, las extorsiones y el desplazamiento forzado que deja a su paso el Eln se registran en su mayoría de veces por los enfrentamientos con el Clan del Golfo o la fuerza pública. Esa situación deja a la población en medio.

Para Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz, la disputa por el control del territorio y las rutas del narcotráfico es algo que no culminará porque el grupo guerrillero fue enfático en anunciar que el cese al fuego es únicamente con miembros de las Fuerzas Militares y la Policía. “Lo que uno ve es que el Eln está librando varias guerras lo que quiere decir es que su cese no significa que paren todas las actuaciones bélicas de su parte”, explicó el experto.

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No obstante, Rosanía considera que el cese es una muestra de confianza en el proceso de negociación que se adelanta en territorio venezolano y considera que es un reto para la misma organización ya que deben verificar si las unidades guerrilleras atenderán las órdenes que se emiten desde el Comando Central, puesto que se ha demostrado que manejan autonomía financiera y militar.

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