Al menos 63 personas están esperando hoy que aparezca algún familiar que durante décadas lleva buscándolo para despedirse dignamente de él. Este jueves, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) lanzó una nueva herramienta para intentar ofrecer alivio a los más de 111.000 casos de desaparición forzada que hay registrados en el país.
Si bien la desaparición ha sido un fenómeno en el que las familias, especialmente las mujeres, dedican décadas de su vida a encontrar a quien la guerra se llevó, hay otro escenario. Según explicó la Unidad, hay casos en los que se encontraron los restos de algunas víctimas en camposantos, fosas comunes o ríos, no hay rastro alguno sobre los familiares para poder hacer una entrega digna.
María del Pilar Valencia, magistrada de la JEP, aplaudió la creación de la búsqueda inversa y recordó la importancia de que familias enteras que, luego del desplazamiento han sido revictimizadas y silenciadas mientras buscan justicia, logren encontrar a su allegado.
“Las entregas dignas no son únicamente un trámite administrativo o judicial. Con las víctimas se diseñaron metodologías que se ajustan a su diversidad cultural para que dignifiquen la memoria (de sus desaparecidos) y esto tenga un valor simbólico que alivie el dolor”, explicó.
La herramienta nace junto a Medicina Legal y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que aunaron esfuerzos para poder hacer justicia frente a los casos de desaparición forzada y lograr entregar los restos de quienes han hallado conforme avanzan para encontrar a los desaparecidos.
“Quisiéramos encontrarlos a todos y muy rápido, más cuando las familias llevan, casi que solos, buscando por 20 o 30 años. Pero hoy tenemos 63 personas desaparecidas que están buscando a sus familias y creemos que podrían ser 7.000 los casos”, dijo en el evento, realizado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, Luz Janeth Forero, directora de la UBPD.
La herramienta adquiere una importancia extrema para ofrecer justicia a las víctimas de la guerra, pues, en casi todos los macrocasos que maneja la JEP (secuestros, reclutamiento, violencia sexual, “falsos positivos”, entre otros) hay indicios de que hubo desaparición forzada y cientos de casos en que los grupos armados utilizaron esta táctica como estrategia de guerra.
“Estas acciones forman parte de las medidas cautelares ordenadas por la JEP hace cinco años y son el resultado de un exitoso trabajo de articulación institucional que ha permitido más de 1.500 exhumaciones en diferentes territorios del país. Sin embargo, esto no es suficiente; es imperativo ampliar la búsqueda desde nuevas perspectivas para acelerar la entrega de quienes hemos encontrado o ya han sido identificados”, afirmó Raúl Eduardo Sánchez Sánchez, magistrado de la Sección de Ausencia de Reconocimiento, de la JEP.
Ideas para encontrarlos
La herramienta de búsqueda inversa es solo otra de las creaciones del Sistema Integral para la Paz para ofrecer alivio y justicia a las víctimas de la guerra. La Unidad de Búsqueda, por ejemplo, entendió que una de las principales trabas para encontrar a los desaparecidos por parte de las familias son las barreras geográficas y la ausencia del Estado en los territorios. Por esa razón, diseñó una estrategia en la que sea el Estado el que llegue a las víctimas a ofrecer respuestas y no viceversa.
La búsqueda inversa, sin embargo, se suma a la baraja de herramientas para que las familias puedan reunirse después de años de guerra y desaparición forzada. En la mayoría de los casos han sido las familias las que, frente a la falta de respuestas del Estado, han emprendido la búsqueda por su parte.
Paulina Mahecha es un caso de ella. Desde hace 20 años, esta madre se despidió de su hija en Guaviare y nunca más volvió a verla. Ella misma fue a los campamentos paramilitares de la región para obtener respuestas y denunció en la Fiscalía sus hallazgos. Al ver que no había una respuesta institucional, Paulina compró una pala y junto con otras mujeres buscadoras de los Llanos Orientales, empezó a cavar socavones en trochas y selvas para intentar encontrar a su hija, Maria Cristina Cobo.
“Como entidades del Estado estamos obligadas a encontrar las formas para que las personas desaparecidas, con identificación forense, estén con sus familias y allegados. Generalmente son los seres queridos quienes se acercan y hacen la solicitud de búsqueda a las instituciones. Sin embargo, en esta oportunidad, ocurre lo contrario: es a los seres queridos a quienes se buscan”, afirmó Forero, de la UBPD.
¿Cómo acceder?
La Unidad de Búsqueda diseñó una plataforma digital en la cual está la base de datos de cuerpos hallados que buscan a sus familiares. En la plataforma está toda la información que, gracias a la articulación con otras entidades del Estado, han logrado recoger sobre esa persona desaparecida forzadamente, como estatura, nombre, edad y lugar donde fueron encontrados sus restos.
Este sistema permite que no sean únicamente los familiares de las víctimas las que participen en el proceso de búsqueda, sino que cualquier ciudadano interesado en contribuir a la justicia puede ingresar al portal.
“Este es el mejor momento para la búsqueda en la historia de nuestro país y esta es la respuesta que el Estado le tiene que dar a las víctimas, no queremos que sea una estrategia más, sino que contribuya a aliviar el dolor de miles de familias y allegados”, indicó Carlos Antonio Murillo, subdirector Medicina Legal.
A través de este enlace puede ingresar al portal y consultar cuáles son las personas que, luego de décadas de preguntas sin responder, están listos para ser recibidos y enterrados dignamente por sus familiares.
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