Construyendo juntos una sociedad más justa | Opinión
En el Cauca, hablar de justicia es enfrentarse a una realidad compleja, marcada por años de conflicto armado y una herida profunda en el tejido social. Sin embargo, en medio de la adversidad, surge un esfuerzo significativo: la colaboración entre la Jurisdicción Especial Indígena (JEI) y la Fiscalía General de la Nación (FGN). Esta unión no solo es un puente entre dos sistemas de justicia, sino una filigrana que combina espiritualidad, derechos humanos y ciencia para alcanzar algo más que verdad y justicia: un equilibrio y armonía necesarios para sanar a una sociedad afectada por la violencia.
Albeiro Tobar - Fiscal especializado en DD.HH del Cauca
La Justicia Ordinaria ha encontrado en la JEI un universo profundo, anclado en el Derecho Propio y la Ley de Origen, valores que los mayores espirituales han preservado a través del tiempo. Lugares sagrados como el cerro, el árbol y la laguna guardan historias de valentía y resistencia de los pueblos indígenas, relatos que las dos jurisdicciones ahora comparten y respetan, construyendo juntos un camino para reducir la impunidad y dar respuesta a las víctimas.
Esta coordinación entre la JEI y la FGN, lejos de ser una tarea sencilla, ha demostrado avances significativos en la protección de los derechos humanos y en la integración de técnicas modernas de investigación con la justicia milenaria indígena. A pesar de ser el Cauca uno de los departamentos con mayor número de asesinatos de líderes sociales y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, el trabajo conjunto continúa avanzando, motivado por la convicción de que solo a través de esta alianza será posible proteger a las comunidades indígenas y brindar a los menores una oportunidad de paz.
El respeto mutuo es la base de esta alianza. La FGN y el Instituto de Medicina Legal colaboran con la JEI en acciones técnicas como necropsias, experticias de armas, y análisis de datos cuando una autoridad indígena lo solicita. En casos específicos, como el de la capacitación de la Guardia Indígena en actos urgentes, esta colaboración ha recibido el apoyo de programas como Justicia Inclusiva de Usaid, fortaleciendo las capacidades locales para enfrentar los desafíos de seguridad y justicia en sus territorios. Todo esto en el marco del artículo 246 de la Constitución, el Convenio 169 de la OIT, y el Decreto 1953 de 2014.
Uno de los logros más relevantes ha sido la firma de un protocolo para activar el Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) en casos de reclutamiento forzado de menores. Este protocolo permite a las autoridades indígenas, en su rol de jueces constitucionales, solicitar directamente la activación del MBU. Con el respaldo de la FGN, la comunidad ahora cuenta con una herramienta adicional para proteger a sus jóvenes, manteniéndolos fuera del alcance de los grupos armados y permitiéndoles crecer en un ambiente seguro y respetuoso.
Narrar las justicias en el Cauca va más allá de los números y estadísticas; implica destacar estos logros y avances en derechos humanos, en medio de un escenario de violencia. Es enfrentar las amenazas con la fuerza de la tradición indígena y la protección de los ancestros, quienes desde la Tulpa nos enseñan a sostenernos en paz y esperanza.
Claro, este camino no está libre de desafíos y diferencias. Sin embargo, transitar juntos, superando obstáculos, entre la JEI y la FGN, es un recordatorio de que la justicia es un concepto plural. Es una lucha constante por construir, desde la diversidad, una sociedad más justa. En el Cauca, estamos cimentando las bases de la paz a través de esta colaboración que busca, a su manera, traer equilibrio y sanar las heridas que han marcado nuestra historia.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
La Justicia Ordinaria ha encontrado en la JEI un universo profundo, anclado en el Derecho Propio y la Ley de Origen, valores que los mayores espirituales han preservado a través del tiempo. Lugares sagrados como el cerro, el árbol y la laguna guardan historias de valentía y resistencia de los pueblos indígenas, relatos que las dos jurisdicciones ahora comparten y respetan, construyendo juntos un camino para reducir la impunidad y dar respuesta a las víctimas.
Esta coordinación entre la JEI y la FGN, lejos de ser una tarea sencilla, ha demostrado avances significativos en la protección de los derechos humanos y en la integración de técnicas modernas de investigación con la justicia milenaria indígena. A pesar de ser el Cauca uno de los departamentos con mayor número de asesinatos de líderes sociales y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, el trabajo conjunto continúa avanzando, motivado por la convicción de que solo a través de esta alianza será posible proteger a las comunidades indígenas y brindar a los menores una oportunidad de paz.
El respeto mutuo es la base de esta alianza. La FGN y el Instituto de Medicina Legal colaboran con la JEI en acciones técnicas como necropsias, experticias de armas, y análisis de datos cuando una autoridad indígena lo solicita. En casos específicos, como el de la capacitación de la Guardia Indígena en actos urgentes, esta colaboración ha recibido el apoyo de programas como Justicia Inclusiva de Usaid, fortaleciendo las capacidades locales para enfrentar los desafíos de seguridad y justicia en sus territorios. Todo esto en el marco del artículo 246 de la Constitución, el Convenio 169 de la OIT, y el Decreto 1953 de 2014.
Uno de los logros más relevantes ha sido la firma de un protocolo para activar el Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) en casos de reclutamiento forzado de menores. Este protocolo permite a las autoridades indígenas, en su rol de jueces constitucionales, solicitar directamente la activación del MBU. Con el respaldo de la FGN, la comunidad ahora cuenta con una herramienta adicional para proteger a sus jóvenes, manteniéndolos fuera del alcance de los grupos armados y permitiéndoles crecer en un ambiente seguro y respetuoso.
Narrar las justicias en el Cauca va más allá de los números y estadísticas; implica destacar estos logros y avances en derechos humanos, en medio de un escenario de violencia. Es enfrentar las amenazas con la fuerza de la tradición indígena y la protección de los ancestros, quienes desde la Tulpa nos enseñan a sostenernos en paz y esperanza.
Claro, este camino no está libre de desafíos y diferencias. Sin embargo, transitar juntos, superando obstáculos, entre la JEI y la FGN, es un recordatorio de que la justicia es un concepto plural. Es una lucha constante por construir, desde la diversidad, una sociedad más justa. En el Cauca, estamos cimentando las bases de la paz a través de esta colaboración que busca, a su manera, traer equilibrio y sanar las heridas que han marcado nuestra historia.
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