De la comunidad a la noticia: la formación a comunicadores en Cauca y Valle
Más de 27 personas pertenecientes a 11 colectivos de comunicaciones se formaron en escritura para prensa, radio y presentación para televisión. Algunos de ellos son nuevos en la materia y se han adentrado en el mundo de las redes para contar las realidades más complejas de ambos departamentos. Otros, con más experiencia, buscan hablar de temas hasta ahora desconocidos.
“A mí me gustaba rapear desde chiquito. Fui a Bogotá y me dieron un curso de edición, y a raíz de eso me enamoré de la producción y las cámaras”. Así se resume la pasión de Luis Carlos Caicedo, de 24 años, camarógrafo de la Alcaldía de Buenaventura (Valle del Cauca), por el mundo audiovisual. Él ha aprendido por su cuenta a manejar las cámaras de video, ha participado en varios cursos sobre lenguaje audiovisual y ha recibido el apoyo de un lugar que considera su casa y del cual hace parte: Jóvenes Emprendedores de Paz, una asociación que centra sus esfuerzos en el desarrollo del liderazgo de niños, niñas y adolescentes para que puedan adentrarse en el mundo del emprendimiento. Mediante esta labor, Luis Carlos se ha dado a la tarea de contar las realidades de su municipio, que muchas veces no llegan a oídos de todos.
Al ser parte de la asociación, Luis Carlos, de la mano de algunos de sus miembros, ven la creación de contenidos como una forma alternativa de llegar a los rincones del municipio, donde, asegura, los grandes medios de comunicación no se asoman. Desde hace cinco años, Jóvenes Emprendedores de Paz ha ejercido esta labor y se ha enfocado en contarle a la ciudadanía lo que sucede respecto a la situación de inseguridad, la falta de oportunidades para la juventud y hasta los problemas de escasez de agua potable. También buscan darle visibilidad al territorio: “que no todo sea malo, sino mostrar lo bueno que hay en Buenaventura”. Por eso, Luis Carlos es un convencido de que el primer peldaño para hablar sobre lo positivo de su municipio es que sean los mismos jóvenes quienes cuenten esa realidad, pues “pueden desarrollar sus habilidades para contar historias e informar”.
Así como Luis Carlos, fueron 27 personas, pertenecientes a 11 colectivos de comunicaciones en el Cauca y Valle del Cauca, quienes participaron en un proceso de fortalecimiento y formación en herramientas de comunicación como la escritura para prensa, radio y video. Con un enfoque en el desarrollo y partiendo desde una base de hablar sobre el acceso a la justicia con historias de alto impacto, el proceso de fortalecimiento también tuvo sus cimientos en facilitar la confianza en las instituciones del Estado, abriendo la puerta a la sensibilización sobre una manera diferente de contar y representar la justicia en los medios de comunicación.
(Más información: Jóvenes en Chocó se forman en comunicaciones para contar historias de justicia)
Este proceso de formación, realizado por la Fundación Tengo Ganas, una organización que busca visibilizar los liderazgos juveniles en los departamentos del Cauca y Valle, y que contó con el apoyo del programa Justicia Inclusiva de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), reunió a los colectivos para la realización de diferentes talleres y módulos formativos en el ámbito de las comunicaciones, los cuales fueron impartidos por docentes de la Universidad del Cauca. Esta orientación fue para Luis Carlos “una oportunidad única”, la cual busca replicar con los jóvenes que ven en el periodismo y la comunicación una alternativa para hablar sobre los problemas cotidianos de su territorio. Pero hacerlo también tiene algunos desafíos.
“Informar y comunicar lo que sucede en el territorio puede traer muchos problemas, pero también es necesario. El reto que tenemos es aprender a comunicar con fuerza y que sepamos cómo llegarle a la comunidad”, señala Luis Carlos, quien también considera imperativo emprender una lucha contra la desinformación y las fake news que, dice, son constantes en los barrios de Buenaventura. En su experiencia como comunicador se ha dado cuenta de que las redes sociales son una herramienta fundamental para transmitir información, pero muchas veces se encuentra con la barrera de que son utilizadas, en su mayoría, para consumir contenidos de influencers. “A través de las redes podemos enviar un mensaje potente para que la gente se pueda concientizar en diferentes temas”, señala.
Para el camarógrafo y comunicador, los obstáculos también tienen que ver, en ocasiones, con la falta de apoyo para colectivos como Jóvenes Emprendedores de Paz. Prueba de ello es la falta de equipos como cámaras, trípodes, micrófonos, computadores, y otros elementos que son necesarios en las labores de los comunicadores sociales. “En la organización tenemos tan solo dos cámaras y más de 30 alumnos, por lo que muchas veces no nos da para todos y es complejo”. Aún así, han logrado salir adelante construyendo un estudio de grabación para la realización de un podcast informativo sobre el territorio y donde también han incursionado en el mundo de la música, con canciones de concientización que hablan sobre la paz, la equidad y la justicia social.
(Le puede interesar: En medio del conflicto, jóvenes en Chocó documentan la situación de inseguridad)
El proceso de formación para comunicadores y periodistas si bien tuvo una alta participación para los más jóvenes, también tuvo espacio para los más experimentados. Ese es el caso de Víctor Villa Galviz, comunicador social y periodista, quien cuenta con más de 15 años de experiencia en el área de la comunicación en el Cauca, principalmente en el municipio de Caloto, su tierra natal. Allí fue director general del canal local Señal Caloto y trabajó como director de comunicaciones de varias entidades del municipio. Actualmente es el director CNC Tv Caloto y, además, hace parte del departamento de comunicaciones de la Cruz Roja de ese municipio.
Víctor reconoce que Caloto, durante décadas, ha sido un territorio con varias complicaciones en materia de seguridad y orden público hasta hoy, pues en las últimas semanas se han conocido casos de amenazas de muerte a concejales elegidos por voto popular e incluso masacres, como la ocurrida en el corregimiento del Huasano, donde cuatro personas fueron asesinadas. No obstante, para él es prioridad otro tipo de noticias que generen un impacto positivo. “Nos gusta hablar sobre la cultura y el arte; mostrar la verdadera cara que tiene esta región para que tengamos sentido de pertenencia por nuestro municipio”, precisa.
En sus más de 15 años en el mundo periodístico también ha trabajado en lo que él llama periodismo de inclusión, mediante el cual ha contado historias de resiliencia de personas en condición de discapacidad y mujeres que han superado diferentes escenarios de violencia. No ha abandonado esa forma de enfocar sus historias, pues se ha venido capacitando con la Fundación Tengo Ganas en temas de comunicaciones durante tres años, donde, a pesar de su amplia carrera, dice que aún sigue aprendiendo. “Nos hemos dedicado a contar historias sobre las comunidades indígenas que habitan el territorio y también nos hemos metido en el mundo deportivo, pues tenemos casos de deportistas, incluso algunos con discapacidad, que han dejado en alto el nombre del departamento”, agrega.
Víctor también ve varios desafíos por delante al hablar sobre las labores de los comunicadores. Uno de ellos es “entender la cultura como un proyecto de vida”. Para él, este es uno de los más importantes temas para posicionar a Caloto como un centro de noticias de carácter positivo, en lugar de verlo como un lugar donde “solo pasan cosas malas”. “Queremos que, cuando una persona busque sobre Caloto, no solo encuentre noticias negativas, sino también que sea la misma comunidad la que dé las noticias positivas. Por ejemplo, en este momento nuestro municipio se está posicionando como gran productor de café y eso es algo que hay contar”, agrega el periodista.
(Le recomendamos: El colectivo Sinergia y los retos para comunicar sobre la justicia)
El arte como una forma de comunicación
Maira Gironsa, experta en artes escénicas y quien hace parte del colectivo de comunicaciones de la Fundación Tengo Ganas, también ve en el arte una forma alternativa de comunicar varios asuntos que se viven en los municipios del Cauca. Para ella, la labor principal se ha centrado en aprender a comunicar temas cruciales como la justicia especial indígena y la mediación intercultural, puntos que serán el eje central de un cortometraje próximamente. “Para hablar sobre esos temas comenzamos a fortalecer nuestros conocimientos para entender la justicia como una construcción en conjunto, pues al venir de diferentes lugares todos tenemos percepciones diferentes”, dice.
Durante el proceso de formación, a pesar de que ella no es comunicadora, vio en herramientas como la poesía un camino para contar historias. De hecho, Maira es consciente de las complicaciones de orden público que se viven en el departamento, y algo que la sorprendió fue que varios de los colectivos que asistieron a la formación, incluso algunos desde el Valle del Cauca, aseguraron sentirse en un espacio seguro y tranquilo al llegar a Santander de Quilichao, epicentro de este ejercicio de formación. “No nos costó absolutamente nada, solo las ganas de aprender y lo que vimos fue una explosión de conocimiento”, asegura.
(Puede leer: Mujeres que buscan justicia: historias que desafían la violencia de género)
Maira también subraya algunos canales que para ella han sido vitales en la formación de nuevos talentos tanto en las artes como en la comunicación. Uno de ellos es el muralismo, una forma de expresión artística que busca contar historias de resiliencia a través de la pintura en algunos muros del municipio y sobre sucesos que han marcado la historia del territorio. Así mismo, habla de la importancia de los cine foros, que para ella han sido un camino para que las personas aprendan sobre diversos temas de justicia que luego puedan replicar a la comunidad.
Si bien aún hay desafíos en el ámbito de las comunicaciones en algunos municipios del Cauca y el Valle, la esperanza de conocer lo que sucede en estas zonas está puesta sobre los periodistas y comunicadores locales, que ven en las redes sociales y en espacios de formación como los que ofrece la Fundación Tengo Ganas, una oportunidad para hablar a la ciudadanía sobre las realidades a las que no todo el mundo tiene acceso, sin dejar de lado las historias que enaltecen al territorio como un lugar diverso, multicultural y que va mucho más allá de la violencia.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
“A mí me gustaba rapear desde chiquito. Fui a Bogotá y me dieron un curso de edición, y a raíz de eso me enamoré de la producción y las cámaras”. Así se resume la pasión de Luis Carlos Caicedo, de 24 años, camarógrafo de la Alcaldía de Buenaventura (Valle del Cauca), por el mundo audiovisual. Él ha aprendido por su cuenta a manejar las cámaras de video, ha participado en varios cursos sobre lenguaje audiovisual y ha recibido el apoyo de un lugar que considera su casa y del cual hace parte: Jóvenes Emprendedores de Paz, una asociación que centra sus esfuerzos en el desarrollo del liderazgo de niños, niñas y adolescentes para que puedan adentrarse en el mundo del emprendimiento. Mediante esta labor, Luis Carlos se ha dado a la tarea de contar las realidades de su municipio, que muchas veces no llegan a oídos de todos.
Al ser parte de la asociación, Luis Carlos, de la mano de algunos de sus miembros, ven la creación de contenidos como una forma alternativa de llegar a los rincones del municipio, donde, asegura, los grandes medios de comunicación no se asoman. Desde hace cinco años, Jóvenes Emprendedores de Paz ha ejercido esta labor y se ha enfocado en contarle a la ciudadanía lo que sucede respecto a la situación de inseguridad, la falta de oportunidades para la juventud y hasta los problemas de escasez de agua potable. También buscan darle visibilidad al territorio: “que no todo sea malo, sino mostrar lo bueno que hay en Buenaventura”. Por eso, Luis Carlos es un convencido de que el primer peldaño para hablar sobre lo positivo de su municipio es que sean los mismos jóvenes quienes cuenten esa realidad, pues “pueden desarrollar sus habilidades para contar historias e informar”.
Así como Luis Carlos, fueron 27 personas, pertenecientes a 11 colectivos de comunicaciones en el Cauca y Valle del Cauca, quienes participaron en un proceso de fortalecimiento y formación en herramientas de comunicación como la escritura para prensa, radio y video. Con un enfoque en el desarrollo y partiendo desde una base de hablar sobre el acceso a la justicia con historias de alto impacto, el proceso de fortalecimiento también tuvo sus cimientos en facilitar la confianza en las instituciones del Estado, abriendo la puerta a la sensibilización sobre una manera diferente de contar y representar la justicia en los medios de comunicación.
(Más información: Jóvenes en Chocó se forman en comunicaciones para contar historias de justicia)
Este proceso de formación, realizado por la Fundación Tengo Ganas, una organización que busca visibilizar los liderazgos juveniles en los departamentos del Cauca y Valle, y que contó con el apoyo del programa Justicia Inclusiva de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), reunió a los colectivos para la realización de diferentes talleres y módulos formativos en el ámbito de las comunicaciones, los cuales fueron impartidos por docentes de la Universidad del Cauca. Esta orientación fue para Luis Carlos “una oportunidad única”, la cual busca replicar con los jóvenes que ven en el periodismo y la comunicación una alternativa para hablar sobre los problemas cotidianos de su territorio. Pero hacerlo también tiene algunos desafíos.
“Informar y comunicar lo que sucede en el territorio puede traer muchos problemas, pero también es necesario. El reto que tenemos es aprender a comunicar con fuerza y que sepamos cómo llegarle a la comunidad”, señala Luis Carlos, quien también considera imperativo emprender una lucha contra la desinformación y las fake news que, dice, son constantes en los barrios de Buenaventura. En su experiencia como comunicador se ha dado cuenta de que las redes sociales son una herramienta fundamental para transmitir información, pero muchas veces se encuentra con la barrera de que son utilizadas, en su mayoría, para consumir contenidos de influencers. “A través de las redes podemos enviar un mensaje potente para que la gente se pueda concientizar en diferentes temas”, señala.
Para el camarógrafo y comunicador, los obstáculos también tienen que ver, en ocasiones, con la falta de apoyo para colectivos como Jóvenes Emprendedores de Paz. Prueba de ello es la falta de equipos como cámaras, trípodes, micrófonos, computadores, y otros elementos que son necesarios en las labores de los comunicadores sociales. “En la organización tenemos tan solo dos cámaras y más de 30 alumnos, por lo que muchas veces no nos da para todos y es complejo”. Aún así, han logrado salir adelante construyendo un estudio de grabación para la realización de un podcast informativo sobre el territorio y donde también han incursionado en el mundo de la música, con canciones de concientización que hablan sobre la paz, la equidad y la justicia social.
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El proceso de formación para comunicadores y periodistas si bien tuvo una alta participación para los más jóvenes, también tuvo espacio para los más experimentados. Ese es el caso de Víctor Villa Galviz, comunicador social y periodista, quien cuenta con más de 15 años de experiencia en el área de la comunicación en el Cauca, principalmente en el municipio de Caloto, su tierra natal. Allí fue director general del canal local Señal Caloto y trabajó como director de comunicaciones de varias entidades del municipio. Actualmente es el director CNC Tv Caloto y, además, hace parte del departamento de comunicaciones de la Cruz Roja de ese municipio.
Víctor reconoce que Caloto, durante décadas, ha sido un territorio con varias complicaciones en materia de seguridad y orden público hasta hoy, pues en las últimas semanas se han conocido casos de amenazas de muerte a concejales elegidos por voto popular e incluso masacres, como la ocurrida en el corregimiento del Huasano, donde cuatro personas fueron asesinadas. No obstante, para él es prioridad otro tipo de noticias que generen un impacto positivo. “Nos gusta hablar sobre la cultura y el arte; mostrar la verdadera cara que tiene esta región para que tengamos sentido de pertenencia por nuestro municipio”, precisa.
En sus más de 15 años en el mundo periodístico también ha trabajado en lo que él llama periodismo de inclusión, mediante el cual ha contado historias de resiliencia de personas en condición de discapacidad y mujeres que han superado diferentes escenarios de violencia. No ha abandonado esa forma de enfocar sus historias, pues se ha venido capacitando con la Fundación Tengo Ganas en temas de comunicaciones durante tres años, donde, a pesar de su amplia carrera, dice que aún sigue aprendiendo. “Nos hemos dedicado a contar historias sobre las comunidades indígenas que habitan el territorio y también nos hemos metido en el mundo deportivo, pues tenemos casos de deportistas, incluso algunos con discapacidad, que han dejado en alto el nombre del departamento”, agrega.
Víctor también ve varios desafíos por delante al hablar sobre las labores de los comunicadores. Uno de ellos es “entender la cultura como un proyecto de vida”. Para él, este es uno de los más importantes temas para posicionar a Caloto como un centro de noticias de carácter positivo, en lugar de verlo como un lugar donde “solo pasan cosas malas”. “Queremos que, cuando una persona busque sobre Caloto, no solo encuentre noticias negativas, sino también que sea la misma comunidad la que dé las noticias positivas. Por ejemplo, en este momento nuestro municipio se está posicionando como gran productor de café y eso es algo que hay contar”, agrega el periodista.
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El arte como una forma de comunicación
Maira Gironsa, experta en artes escénicas y quien hace parte del colectivo de comunicaciones de la Fundación Tengo Ganas, también ve en el arte una forma alternativa de comunicar varios asuntos que se viven en los municipios del Cauca. Para ella, la labor principal se ha centrado en aprender a comunicar temas cruciales como la justicia especial indígena y la mediación intercultural, puntos que serán el eje central de un cortometraje próximamente. “Para hablar sobre esos temas comenzamos a fortalecer nuestros conocimientos para entender la justicia como una construcción en conjunto, pues al venir de diferentes lugares todos tenemos percepciones diferentes”, dice.
Durante el proceso de formación, a pesar de que ella no es comunicadora, vio en herramientas como la poesía un camino para contar historias. De hecho, Maira es consciente de las complicaciones de orden público que se viven en el departamento, y algo que la sorprendió fue que varios de los colectivos que asistieron a la formación, incluso algunos desde el Valle del Cauca, aseguraron sentirse en un espacio seguro y tranquilo al llegar a Santander de Quilichao, epicentro de este ejercicio de formación. “No nos costó absolutamente nada, solo las ganas de aprender y lo que vimos fue una explosión de conocimiento”, asegura.
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Maira también subraya algunos canales que para ella han sido vitales en la formación de nuevos talentos tanto en las artes como en la comunicación. Uno de ellos es el muralismo, una forma de expresión artística que busca contar historias de resiliencia a través de la pintura en algunos muros del municipio y sobre sucesos que han marcado la historia del territorio. Así mismo, habla de la importancia de los cine foros, que para ella han sido un camino para que las personas aprendan sobre diversos temas de justicia que luego puedan replicar a la comunidad.
Si bien aún hay desafíos en el ámbito de las comunicaciones en algunos municipios del Cauca y el Valle, la esperanza de conocer lo que sucede en estas zonas está puesta sobre los periodistas y comunicadores locales, que ven en las redes sociales y en espacios de formación como los que ofrece la Fundación Tengo Ganas, una oportunidad para hablar a la ciudadanía sobre las realidades a las que no todo el mundo tiene acceso, sin dejar de lado las historias que enaltecen al territorio como un lugar diverso, multicultural y que va mucho más allá de la violencia.
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