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Jhonatan, el campesino indígena Awá que una familia buscó por casi una década

El 3 de julio de 2015, Jhonatan le pidió a su madre que lo llevara en moto hasta cierto punto de Samaniego, en Nariño, porque debía hacer un trabajo con unos compañeros. Su familia, desde entonces, no volvió a saber de él y nueve años después pudo dar sepultura a su cuerpo.

13 de junio de 2024 - 04:25 p. m.
El 3 de julio de 2015, Jhonatan le pidió a su madre que lo llevara en moto hasta cierto punto de Samaniego, en Nariño, porque debía hacer un trabajo. Su familia, desde entonces, no volvió a saber de él.
El 3 de julio de 2015, Jhonatan le pidió a su madre que lo llevara en moto hasta cierto punto de Samaniego, en Nariño, porque debía hacer un trabajo. Su familia, desde entonces, no volvió a saber de él.
Foto: Cortesía UBPD

Pasaron nueve años para que la familia de Jhonatan Smith Montenegro Cadena, gracias a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), recuperará su cuerpo y le diera una digna sepultura. Su familia, de origen campesino y pertenecientes al resguardo indígena Awá El Sande de Santacruz de Guachavés, en Samaniego (Nariño), tuvo que desplazarse en 2015 a causa de su extraña desaparición y la violencia del conflicto armado.

A Jonathan o “Piqui” como cariñosamente le decían, desde muy pequeño le gustó trabajar con la agricultura, su pasión y sus orígenes campesinos e indígenas lo motivaron a buscar la conexión con la madre tierra, que sus ancestros le decían que existía. Sus padres le contaron a la UBPD, que el 3 de julio de 2015, a sus 19 años, le pidió a su madre que lo llevara en moto hasta cierto punto de Samaniego porque debían encontrarse con unos compañeros para hacer un trabajo que duraba dos días. Pasaron esos dos días y su familia nunca más volvió a saber de él.

Según relatos de la UBPD, en medio del temor y la angustia, la familia de Jonathan se vio obligada a huir del resguardo, en sus maletas se llevaron la poca ropa que les cabía y la esperanza de que su hijo volvería. Pero esa esperanza con el tiempo se fue diluyendo, no había rastros de Piqui y nadie daba respuesta de él

Al momento de su desaparición, Jhonatan era estudiante de bachillerato, le gustaban las motos y el campo, tenía un perro que también sintió el vacío cuando no volvió. Su madre, junto al resguardo, inició una búsqueda que se extendió por nueve años. A este proceso se unió la Asociación de Víctimas de Desaparición en Samaniego (AVISUV), la Corporación del Resguardo Indígena Awá El Sande, el Consejo Municipal de Paz, Reconciliación y Convivencia y del CICR, y solo hasta el 2019 la UBPD recibió la solicitud de búsqueda de Jhonatan Smith.

La entidad comenzó a escuchar los relatos de la madre, tíos y amigos de Jonathan, y gracias a esto se inició la investigación humanitaria y extrajudicial para dar con su paradero en Nariño. A este camino de búsqueda, según la UBPD, se sumaron los testimonios de excombatientes que para esta época militaban en el territorio y, finalmente, con la ayuda de la Corporación Humanitaria Reencuentros hallaron el cuerpo del joven.

En julio de 2023, la familia volvió a tener esperanza. La UBPD recuperó el cuerpo y lo entregó a Medicina Legal para qué realizarán los análisis pertinentes que posteriormente confirmaron su identidad. Y un año después, en el mes de junio de 2024, su madre volvió a ver a su hijo para darle dignidad a su partida.

En las instalaciones de la Universidad para la Paz de Samaniego, la UBPD y la Corporación del Resguardo Indígena Awá el Sande, realizaron la entrega del cuerpo de Jhonatan a la familia Montenegro Cadena. En medio de un ritual, su familia cerró el capítulo de búsqueda y desesperanza que los acompañó desde su desaparición. “El campo necesita de oportunidades, de preservación y agricultura. El campo no necesita de la guerra”, dijo uno de sus familiares en el ritual de despedida.

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