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El cuerpo de Martín Carvajal recibió su último adiós luego de 35 años desaparecido

La familia Carvajal Villa duró más de tres décadas buscando alguna pista de “el mocho Martín”, como le decían de cariño. Ahora, con la entrega y sepultura de sus restos, cierran un capítulo doloroso consecuencia del conflicto armado. Esta entrega es la primera que acompaña la Unidad de Búsqueda en Barrancabermeja.

19 de junio de 2024 - 04:34 p. m.
Se trata de la primera entrega que dirige la Unidad de Búsqueda en Barrancabermeja.
Se trata de la primera entrega que dirige la Unidad de Búsqueda en Barrancabermeja.
Foto: Archivo Particular

En 1989 la familia Carvajal Villa, conformada por 14 hermanos, vivió la desaparición de Martín. La búsqueda, dicen sus familiares, siempre estuvo acompañada por algunas canciones de Diomedes Diaz, música que a él le gustaba y que lo representaba con versos como “yo soy el hombre que aprecia a sus amigos, yo soy el hombre que quiere a sus hermanos, yo soy el hombre que estima a sus vecinos y ayuda al que de mí esté necesitado”. Este año, finalmente, pudieron darle digna sepultura.

Es como una mezcla entre alegría, tristeza y nostalgia que no puedo describir, pero veo esto como una oportunidad de encontrar lo que tanto buscaron mi mamá, mi papá y mis hermanos que se fueron sin lograr esto. Yo le doy las gracias a Dios porque no se perdieron estos 35 años de búsqueda”, dijo Delfida Carvajal, hermana de Martín.

La búsqueda de Martín empezó pronto, cuentan sus hermanos que era un hijo muy presente, con lo que su ausencia se sintió rápido. Sin embargo, las pistas que fueron compilando eran muy pocas y las respuestas casi nulas. En 2023 la Fundación Hasta Encontrarlos, con el apoyo de la Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación Distrital de Bogotá, documentó el caso de la familia que se encontraba en la localidad de Usme, en Bogotá, a más de 450 kilómetros de distancia del cuerpo de Martín.

Entre septiembre y noviembre de 2023 se recopilaron archivos, relatos y bases de datos para dar con la posible ubicación de Martín y cinco meses después, un equipo forense de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) fue hasta ese punto identificado y luego de hacer contraste con algunos relatos adicionales logró la recuperación del cuerpo.

“Estamos hoy en un momento muy importante para la familia, pero al mismo tiempo con una serie de preguntas sobre dónde están los demás familiares desaparecidos, entre los que están dos hermanos, la pareja de Delfida y amigos que estaban con los hermanos desaparecidos. La fundación Hasta Encontrarlos y sus familias les seguiremos buscando hasta encontrarles”, expresó el defensor de derechos humanos y representante de la fundación, Pablo Cala.

Martín era un hombre de raíces afrodescendientes y había nacido y crecido en una familia de pescadores y agricultores, labor que compartía con su padre y hermanos. Sus primeros años vivió en un corregimiento llamado La Felicidad que hoy no existe, pues fue arrasado por el río Magdalena. A cuenta del conflicto armado, tuvo que desplazarse junto a su familia a Barrancabermeja, en donde los 14 hijos tomaron caminos diferentes. Martín, por ejemplo, luego se mudó a Puerto Wilches a seguir con su trabajo de pescador y constantemente visitaba a su madre Flor de María Villa.

El cuerpo de Martín Eduardo fue inhumado bajo la cosmovisión de la familia en término de sus creencias y costumbres. Continuamos en este proceso de buscar las demás personas desaparecidas, esta entrega nos permitirá seguir iluminando el camino de la búsqueda en el Magdalena Medio”, expresó Daladier Jaramillo Rueda, coordinador de la Unidad de Búsqueda para el Magdalena Medio, durante la ceremonia de entrega digna.

Durante este espacio, la familia dispuso varios elementos a modo de altar como una atarraya y alimentos para recordar la labor de Martín y no faltó, claro, la música vallenata con la que lo recordaron todos estos años. Durante el tributo entonaron a los hermanos Zuleta en medio de lágrimas y abrazos de esperanza.

“Hace tiempo que en mi mente existía un viejo compromiso de componer un son. Se trataba de hacer una melodía con unos cuantos versos, con todo el corazón. Pero el tiempo no es corto todavía y ya llegó el momento para poder cantar. Con una nota linda, con una voz sentida y ganas de llorar. Con una nota linda, con una voz sentida y ganas de llorar”.

Esta acción humanitaria comprende la primera entrega digna realizada por la Unidad de Búsqueda en desarrollo de acciones del Plan Regional de Búsqueda de Barranca – Región, el cual comprende los municipios de Barrancabermeja, Sabana de Torres y Puerto Wilches, en Santander.

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