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Durante 20 años de búsqueda, la familia de Juan Rafael Giraldo, un campesino de Granada (Antioquia), ha guardado la esperanza de encontrarlo en el cementerio de Cocorná, al oriente del mismo departamento. El 15 de abril de 2004 lo vieron por última vez, y según la información que recopilaron fue sepultado como cuerpo no identificado en ese campo santo.
La esperanza creció cuando a mediados de abril de 2024, durante la segunda fase de intervención al cementerio, en la cual, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó 34 cuerpos que ahora están en proceso de identificación genética por parte de Medicina Legal. A la fecha, en este cementerio, la UBPD ha recuperado 68 cuerpos que podrían ser de personas desaparecidas. El de Cocorná es el segundo cementerio del Oriente de Antioquia con mayor número de cuerpos no identificados, después del de Rionegro, con 152.
En esta intervención, Maribel Giraldo, nieta de Juan Rafael, acompañó a la Unidad y descubrió que el cuerpo de su abuelo estaba extraviado. En la bóveda que esperaban encontrarlo había otro hombre. “Veníamos con todo el positivismo. Las pruebas apuntaban a que era la bóveda, pero no era mi abuelito, era otra persona”, expresó con frustración Maribel. Tras nuevas indagaciones, la entidad recuperó el que sería el cuerpo de Juan Rafael en una bóveda marcada con otro nombre.
De acuerdo con información de la Unidad, Juan Rafael era campesino. Tenía una esposa y siete hijas, con quienes vivía en la vereda El Empalme, corregimiento Santa Ana, en Granada. Allí cultivaba café, yuca, plátano y caña. En la mañana del 15 de abril de 2004, cuando iniciaba la molienda de caña en el trapiche de su finca, hombres armados se lo llevaron. “A mi mamá y a mí nos tuvieron retenidas apuntándonos con un fusil, se llevaron a mi papá para arriba, para la carretera, donde estaban mis otros sobrinitos”, recordó Diana Giraldo, tía de Maribel. Esa fue la última vez que vio a su papá.
No volvieron a saber de él hasta que en las noticias lo mostraron como un guerrillero, pero él no pertenecía a ningún grupo armado. Tras ese hecho, la familia tuvo que desplazarse. Abandonaron todo. Maribel abandonó su pueblo, dejando en vilo la búsqueda de su abuelo y, además, la de su padre, Luis José Montes, quien también había desaparecido el 14 de marzo de 2004, un mes antes de la desaparición de Juan Rafael. En el desarraigo, la familia dejó de buscar a sus parientes, hasta que Maribel esperó a cumplir la mayoría de edad para retomar la búsqueda.
Con apoyo de la Fiscalía, la mujer encontró el cuerpo de su padre en el cementerio de Cocorná, que le fue entregado el 12 de octubre de 2018. Pero aún no encontraba el de su abuelo. Por eso, con la Corporación Región y el Grupo Jurídico de Antioquia contactó a la Unidad de Búsqueda. Solo en Granada y San Rafael, el proyecto Memorias de la Ausencia, liderado por esa Corporación, documentó 105 casos de desaparición, entre ellos el de Juan Rafael y otros tres miembros de la familia Giraldo: Mauricio, Álvaro y John Jairo, dos tíos y el hermano de Maribel, respectivamente.
Entre el 15 y el 29 de abril de 2024, la Unidad de Búsqueda realizó la segunda fase de intervención al cementerio de Cocorná. Uno de los cuerpos recuperados sería el de Juan Rafael. El pasado 18 de mayo de 2024, la entidad intervino la bóveda 64 con la presencia de Diana y Maribel. En esta, los forenses encontraron el cuerpo de un hombre de más de 50 años, con una prótesis dental en los caninos superiores, características que coincidían con la descripción morfológica que orientó la búsqueda del abuelo de Maribel.
Luego de que la familia Giraldo aportara una muestra biológica y de que los profesionales de la Unidad de Búsqueda tomaran una muestra genética del cuerpo recuperado, le corresponde a Medicina Legal confirmar la identidad de Juan Rafael, mediante prueba de ADN. Si resulta positiva, Diana y Maribel podrán recibir a su pariente y devolverle la dignidad que la desaparición le arrebató. “Siento una alegría porque ya sé dónde está mi papá, a quien le llevo flores. Y si encontramos a mi abuelo, también, ya sabré a dónde llevarle flores y rezarle el Día del Padre”, dijo Maribel.
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