El colectivo Sinergia y los retos para comunicar sobre la justicia
Desde hace ocho años, el colectivo de comunicaciones Sinergia cuenta las historias que, más allá de la violencia, fortalecen a los actores de la cultura y el arte en el Sur de Córdoba, el Bajo Cauca y Norte de Antioquia.
Valentina Arango Correa
Sobre una pared cuelgan las fotos de una ciudad asiática en un restaurante de arroz chino. “Así es Montelíbano”, dice alguno de los integrantes del colectivo Sinergia. Todos los presentes se ríen porque justo hace un rato hablaban de cómo era ese pueblo del Sur de Córdoba, bordeado por el río San Jorge. Esa risa colectiva parece definir lo que es el trabajo conjunto, uno donde el humor y la energía fluye entre los integrantes de un equipo que aporta y habla con pasión del periodismo, la publicidad y la producción audiovisual.
El colectivo Sinergia lo conforman un grupo de unos 10 jóvenes que, desde 2015, nacieron en el marco de un programa para la creación de colectivos de comunicación que lideró el proyecto Colombia Responde de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). Desde ese momento, se reunieron y surgieron con el objetivo de reivindicar la labor periodística en las subregiones del Bajo Cauca, Norte de Antioquia y sur de Córdoba. El ejercicio de contar historias lo aprendieron a realizar ante la falta de oportunidades en ese territorio. Su camino ha sido entonces irse informando y aprendiendo. “No podemos dejar caer esto que no solo nos beneficia a nosotros, sino a otras personas”, dicen los miembros de Sinergia como una consigna.
Deiver Conde, Daniela Ospina, Andy Núñez, Roberto Conde y Lucy Quiñones son algunos de los jóvenes que unen sus energías para resaltar a líderes y a personas que hacen diferentes aportes a la comunidad. Aunque son habitantes de un territorio permeado por la violencia, donde ejercen control territorial grupos armados como el Clan del Golfo. Su trabajo consiste, entonces, en mostrar que la realidad no es solo esa, que hay un grupo de muchachos que le quieren aportar al desarrollo de su región a través del arte y de contar historias.
Aunque la comunicación no tiene tanta fuerza en su municipio, ellos han logrado mantenerse. No ha sido una tarea fácil, pero han sacado provecho de que allí operan empresas del sector minero-energético, las cuales contratan sus servicios, no solo de producción audiovisual, sino también de publicidad. Esa fuente principal de ingresos en la comunidad permite dinamizar otros sectores económicos, tales como el comercio y la agricultura. Con este conocimiento del sector, los muchachos de Sinergia le han impregnado de todo su empeño en aportar al desarrollo desde su qué hacer periodístico.
Antes eran un colectivo, ya son una empresa que apoya a otros grupos que apenas inician como ellos y les enseñan desde su experiencia. No solo conocer las problemáticas ni las formas de la economía en el territorio son las que permiten que Sinergia se conserve, la motivación de sus integrantes es un ingrediente importante. A Deiver Conde, representante legal de la Corporación Sinergia Comunicaciones, como se nombra el colectivo del que es integrante desde su fundación, lo moviliza a seguir creando, “saber que está de pie, algo que costó al inicio, ya ve frutos de un trabajo, de un esfuerzo”.
Pues, con el tiempo, han ido adquiriendo compromisos y proyección, como colectivo y como empresa. Ya no es solo ese grupo que comenzó, es un proyecto con sus propias vidas, en el cual él, por ejemplo, pudo pagar su carrera de Derecho en la universidad. Desde la capital del eterno sol, como le dice Andy Núñez a Montelíbano, se reúnen en Sinergia. Históricamente, su territorio, según recuerdan, se habían contado en medios de comunicación más grandes solamente a través la violencia. Masacres y enfrentamientos eran la información que se difundía.
“Sin dejar de contar las realidades, sin omitirlas, buscamos mostrar la otra cara del municipio, la otra cara de la región”, dice Núñez. Por esto, su trabajo ha consistido en resaltar a líderes y a personas que aportan a la sociedad civil. “La realidad de nuestro territorio no es solo violencia, somos un grupo de jóvenes que le quisimos aportar a un proyecto”, dice Conde.
“Hay una nueva forma de contar historias”, relata Núñez, auxiliar de producción de Sinergia. Según cuenta, antes los jóvenes no veían que sus conocimientos pudieran ser más que un pasatiempo, sino que ellos les ayudan a entenderlo como una forma de generar ingresos también, de proyectarse y desarrollarlo en otro lado. Él, por su parte, acompaña a artistas urbanos para reconocer y mostrar sus necesidades y llevar mensajes valiosos para la comunidad. Pues, el vallenato y el fútbol han sido característicos en la región y su labor resalta que hay pelados que también aportan al desarrollo cultural del municipio con otras manifestaciones culturales. “Esa ha sido la lucha y ha sido una cuestión dura, pero no nos vamos a cansar por ahora”, añade.
En esta zona se encontraron con que, desde los niños más pequeños hasta la mujer más sabia, les daba consejos, y les mostraba los rituales específicos sobre justicia en su comunidad. Al productor Andy Núñez le sorprendieron y lo sobrecogieron las formas de solucionar conflictos propias de este pueblo, como la importancia del llamado de atención ante el error. Desde ese momento, recuerda, su pasión despierta y el trabajo desarrollado con Sinergia. Por su parte, Daniela Ospina, auxiliar administrativa de Sinergia, narra lo que pasó en el último cineforo. Ese día proyectaron los documentales sobre justicia indígena que ellos mismos produjeron, los de la anécdota de Núñez. Para todos han sido experiencias bastante enriquecedoras: “La gente nota la dedicación y el esmero que ponemos en nuestros trabajos”.
Aunque la logística de los cineforos ha ido cambiado, ya que generalmente los hacían en zona rural y de noche, ahora los hacen de día por cuestiones de seguridad. Esto se suma el hecho de que al preguntarles si su trabajo se ha visto amenazado por los grupos ilegales que interfieren en la región, responden que “ellos (en referencia a los paramilitares y guerrilleros) siempre han sido supervisores del trabajo que hacemos”. Con esto definen que la principal dificultad para llegar al campo es encontrarse con el control territorial en disputa armada. A veces se desplazan en medio del miedo que dejan los recurrentes asesinatos.
Contar la justicia en imágenes
Hablar de Sinergia para sus integrantes, es recordar también las anécdotas que representan su papel en los territorios. Crean, por ejemplo, contenidos en formato de pódcast sobre justicia, en el marco del programa Justicia Inclusiva de Usaid y programan cineforos de películas que evidencian diversas problemáticas del país. En una ocasión, recuerdan, cuando visitaron una comunidad indígena del pueblo Embera. En una lancha, recorrieron por horas el embalse de Urrá en Tierralta (Córdoba). Allí se enfrentaron a varios retos, como que los indígenas no dominaban el español, por ello una persona les traducía.
La actividad del pasado miércoles 26 de julio de 2023 fue la tercera exposición fotográfica sobre justicia inclusiva y tuvo lugar en la casa de justicia de Caucasia (Antioquia). Con esta le dicen a la ciudadanía con qué servicios cuenta y cuál es la ruta de acceso para exigir garantizar sus derechos. “Las exposiciones son una manera de llevarle a la gente imágenes para verse. Las comunidades, incluso, nos piden la foto, porque se sienten representados y visibilizados”, explica el líder Deiver Conde sobre esta actividad.
La visión de Sinergia es la de los mismos habitantes del territorio, se encargan de narrar el trabajo que hacen otras personas del mismo lugar, su razón de ser es también la horizontalidad con aquellos coterráneos de quienes cuentan sus historias. Por ello, otra de sus iniciativas es hacer murales con la temática de la justicia. Llegan a barrios y veredas, hablan con ellos y la misma gente es la que decide qué va a decir esa pintura. Ese día involucran a niños y adultos, pintando. A la fecha ya hicieron uno en Montelíbano y otro en Jardín, un corregimiento de Cáceres (Antioquia).
Con la novedad de ahora informar y hacer pedagogía sobre el acceso a la justicia, contando cuáles servicios existen y como pueden acceder a ellos, el colectivo Sinergia sigue encontrando las formas de llegar a la población de esos dos departamentos y ver cuáles son sus necesidades reales para comunicarlas. Como djo uno de ellos: “Es un reto comunicar la justicia, es muy intangible, es un concepto que en el territorio está asociado a la captura y el asesinato. Lo que hacemos en Sinergia es ir un poco más allá y contar lo que hacen con relación a la justicia los líderes comunitarios, conciliadores, mujeres”.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
Sobre una pared cuelgan las fotos de una ciudad asiática en un restaurante de arroz chino. “Así es Montelíbano”, dice alguno de los integrantes del colectivo Sinergia. Todos los presentes se ríen porque justo hace un rato hablaban de cómo era ese pueblo del Sur de Córdoba, bordeado por el río San Jorge. Esa risa colectiva parece definir lo que es el trabajo conjunto, uno donde el humor y la energía fluye entre los integrantes de un equipo que aporta y habla con pasión del periodismo, la publicidad y la producción audiovisual.
El colectivo Sinergia lo conforman un grupo de unos 10 jóvenes que, desde 2015, nacieron en el marco de un programa para la creación de colectivos de comunicación que lideró el proyecto Colombia Responde de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). Desde ese momento, se reunieron y surgieron con el objetivo de reivindicar la labor periodística en las subregiones del Bajo Cauca, Norte de Antioquia y sur de Córdoba. El ejercicio de contar historias lo aprendieron a realizar ante la falta de oportunidades en ese territorio. Su camino ha sido entonces irse informando y aprendiendo. “No podemos dejar caer esto que no solo nos beneficia a nosotros, sino a otras personas”, dicen los miembros de Sinergia como una consigna.
Deiver Conde, Daniela Ospina, Andy Núñez, Roberto Conde y Lucy Quiñones son algunos de los jóvenes que unen sus energías para resaltar a líderes y a personas que hacen diferentes aportes a la comunidad. Aunque son habitantes de un territorio permeado por la violencia, donde ejercen control territorial grupos armados como el Clan del Golfo. Su trabajo consiste, entonces, en mostrar que la realidad no es solo esa, que hay un grupo de muchachos que le quieren aportar al desarrollo de su región a través del arte y de contar historias.
Aunque la comunicación no tiene tanta fuerza en su municipio, ellos han logrado mantenerse. No ha sido una tarea fácil, pero han sacado provecho de que allí operan empresas del sector minero-energético, las cuales contratan sus servicios, no solo de producción audiovisual, sino también de publicidad. Esa fuente principal de ingresos en la comunidad permite dinamizar otros sectores económicos, tales como el comercio y la agricultura. Con este conocimiento del sector, los muchachos de Sinergia le han impregnado de todo su empeño en aportar al desarrollo desde su qué hacer periodístico.
Antes eran un colectivo, ya son una empresa que apoya a otros grupos que apenas inician como ellos y les enseñan desde su experiencia. No solo conocer las problemáticas ni las formas de la economía en el territorio son las que permiten que Sinergia se conserve, la motivación de sus integrantes es un ingrediente importante. A Deiver Conde, representante legal de la Corporación Sinergia Comunicaciones, como se nombra el colectivo del que es integrante desde su fundación, lo moviliza a seguir creando, “saber que está de pie, algo que costó al inicio, ya ve frutos de un trabajo, de un esfuerzo”.
Pues, con el tiempo, han ido adquiriendo compromisos y proyección, como colectivo y como empresa. Ya no es solo ese grupo que comenzó, es un proyecto con sus propias vidas, en el cual él, por ejemplo, pudo pagar su carrera de Derecho en la universidad. Desde la capital del eterno sol, como le dice Andy Núñez a Montelíbano, se reúnen en Sinergia. Históricamente, su territorio, según recuerdan, se habían contado en medios de comunicación más grandes solamente a través la violencia. Masacres y enfrentamientos eran la información que se difundía.
“Sin dejar de contar las realidades, sin omitirlas, buscamos mostrar la otra cara del municipio, la otra cara de la región”, dice Núñez. Por esto, su trabajo ha consistido en resaltar a líderes y a personas que aportan a la sociedad civil. “La realidad de nuestro territorio no es solo violencia, somos un grupo de jóvenes que le quisimos aportar a un proyecto”, dice Conde.
“Hay una nueva forma de contar historias”, relata Núñez, auxiliar de producción de Sinergia. Según cuenta, antes los jóvenes no veían que sus conocimientos pudieran ser más que un pasatiempo, sino que ellos les ayudan a entenderlo como una forma de generar ingresos también, de proyectarse y desarrollarlo en otro lado. Él, por su parte, acompaña a artistas urbanos para reconocer y mostrar sus necesidades y llevar mensajes valiosos para la comunidad. Pues, el vallenato y el fútbol han sido característicos en la región y su labor resalta que hay pelados que también aportan al desarrollo cultural del municipio con otras manifestaciones culturales. “Esa ha sido la lucha y ha sido una cuestión dura, pero no nos vamos a cansar por ahora”, añade.
En esta zona se encontraron con que, desde los niños más pequeños hasta la mujer más sabia, les daba consejos, y les mostraba los rituales específicos sobre justicia en su comunidad. Al productor Andy Núñez le sorprendieron y lo sobrecogieron las formas de solucionar conflictos propias de este pueblo, como la importancia del llamado de atención ante el error. Desde ese momento, recuerda, su pasión despierta y el trabajo desarrollado con Sinergia. Por su parte, Daniela Ospina, auxiliar administrativa de Sinergia, narra lo que pasó en el último cineforo. Ese día proyectaron los documentales sobre justicia indígena que ellos mismos produjeron, los de la anécdota de Núñez. Para todos han sido experiencias bastante enriquecedoras: “La gente nota la dedicación y el esmero que ponemos en nuestros trabajos”.
Aunque la logística de los cineforos ha ido cambiado, ya que generalmente los hacían en zona rural y de noche, ahora los hacen de día por cuestiones de seguridad. Esto se suma el hecho de que al preguntarles si su trabajo se ha visto amenazado por los grupos ilegales que interfieren en la región, responden que “ellos (en referencia a los paramilitares y guerrilleros) siempre han sido supervisores del trabajo que hacemos”. Con esto definen que la principal dificultad para llegar al campo es encontrarse con el control territorial en disputa armada. A veces se desplazan en medio del miedo que dejan los recurrentes asesinatos.
Contar la justicia en imágenes
Hablar de Sinergia para sus integrantes, es recordar también las anécdotas que representan su papel en los territorios. Crean, por ejemplo, contenidos en formato de pódcast sobre justicia, en el marco del programa Justicia Inclusiva de Usaid y programan cineforos de películas que evidencian diversas problemáticas del país. En una ocasión, recuerdan, cuando visitaron una comunidad indígena del pueblo Embera. En una lancha, recorrieron por horas el embalse de Urrá en Tierralta (Córdoba). Allí se enfrentaron a varios retos, como que los indígenas no dominaban el español, por ello una persona les traducía.
La actividad del pasado miércoles 26 de julio de 2023 fue la tercera exposición fotográfica sobre justicia inclusiva y tuvo lugar en la casa de justicia de Caucasia (Antioquia). Con esta le dicen a la ciudadanía con qué servicios cuenta y cuál es la ruta de acceso para exigir garantizar sus derechos. “Las exposiciones son una manera de llevarle a la gente imágenes para verse. Las comunidades, incluso, nos piden la foto, porque se sienten representados y visibilizados”, explica el líder Deiver Conde sobre esta actividad.
La visión de Sinergia es la de los mismos habitantes del territorio, se encargan de narrar el trabajo que hacen otras personas del mismo lugar, su razón de ser es también la horizontalidad con aquellos coterráneos de quienes cuentan sus historias. Por ello, otra de sus iniciativas es hacer murales con la temática de la justicia. Llegan a barrios y veredas, hablan con ellos y la misma gente es la que decide qué va a decir esa pintura. Ese día involucran a niños y adultos, pintando. A la fecha ya hicieron uno en Montelíbano y otro en Jardín, un corregimiento de Cáceres (Antioquia).
Con la novedad de ahora informar y hacer pedagogía sobre el acceso a la justicia, contando cuáles servicios existen y como pueden acceder a ellos, el colectivo Sinergia sigue encontrando las formas de llegar a la población de esos dos departamentos y ver cuáles son sus necesidades reales para comunicarlas. Como djo uno de ellos: “Es un reto comunicar la justicia, es muy intangible, es un concepto que en el territorio está asociado a la captura y el asesinato. Lo que hacemos en Sinergia es ir un poco más allá y contar lo que hacen con relación a la justicia los líderes comunitarios, conciliadores, mujeres”.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador