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El aumento de la violencia de género en el país es alarmante, y los esfuerzos jurídicos y de política pública no han logrado reducir sus índices. Cada año, las cifras de feminicidios y violencias feminicidas aumentan. Además, persisten enormes obstáculos para que las víctimas accedan a la justicia: el miedo a las retaliaciones de los agresores, la falta de debida diligencia en las investigaciones y en el otorgamiento de medidas de protección, y la falta de reparación integral, que refuerza la dependencia emocional y económica de las víctimas. Todos estos factores contribuyen a la impunidad.
En este contexto, el litigio estratégico para acompañar jurídica y psicosocialmente a las víctimas de violencias basadas en género es una herramienta vital para salvar vidas.
“A pesar de que la Comisaría de Familia no me ha dado la respuesta que esperaba y que los procesos aún no terminan, me siento diferente a como era cuando todo empezó. Ya no estoy preocupada por si él [su expareja] está bien o mal, lo que quiero es que pague y que el proceso penal termine bien”, expresó una mujer representada por la Corporación Humanas en Urabá
El litigio estratégico que realizan organizaciones de mujeres y feministas va más allá de su acepción tradicional. Se convierte en una oportunidad para que las víctimas dejen de sentir miedo, confíen en la justicia y puedan transmitir a otras mujeres la importancia de exigir el derecho a vivir una vida libre de violencias.
“Ya no siento tanto miedo. Todo el proceso, con sus altos y bajos, me ha dado fuerza para continuar, sobre todo por el bienestar de mis hijos. Gracias a ustedes”, dijo una mujer de Córdoba, de las más de 100 mujeres que han sido acompañadas con el apoyo del programa Justicia Inclusiva de Usaid.
Los caminos del litigio estratégico son tan difíciles como las carreteras que llevan a Tumaco, Puerto Asís, Montelíbano o María la Baja, pero litigar estratégicamente casos de violencia sexual, intrafamiliar o feminicidio ayuda a superar prejuicios y estereotipos de género. Este tipo de litigio no solo busca justicia para las víctimas, sino que impulsa a las instituciones a actuar con un enfoque de derechos humanos, salvando así la vida de más mujeres y niñas a través de acciones de litigio estratégico que hacen realidad una justicia inclusiva.
“Ahora puedo seguir con mi vida. Voy a hacer mis cosas y seguir adelante. Ya tengo justicia, y aprendí que no debo tener contacto con el agresor”, dice una mujer acompañada por la Corporación Humanas en Montes de María.
Adriana Benjumea - Abogada y experta en derechos humanos de la Corporación Humanas
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