“El silenciamiento ha sido un gran actor del conflicto”: experto
Un proyecto del Banco de la República busca construir paz a través de podcasts. El Espectador habló con Luis Carlos Sotelo, artista y académico que abre la temporada de episodios sonoros, sobre cómo escuchar las narraciones sobre el conflicto puede generar mayor empatía con las víctimas.
Tomás Tarazona Ramírez
“Mi papá mandó a abrir la puerta. Cuando abro, están los manes apuntando (...) Me disparan ocasionando heridas en la cara, que me parten la lengua y las muelas (...) Pero lo más triste de mi historia es que perdí todas mis cosas: parte de mi vida, parte de mi infancia, de mi adolescencia, y tuve que madurar a la fuerza; y para nadie es un secreto que eso es horroroso”.
Este es uno de los miles de fragmentos que la Comisión de la Verdad recogió sobre la guerra en Colombia en su Informe Final. Este recuerdo de un hombre que a sus 14 años fue agredido por hombres armados en Colosó, Sucre, hace parte de las más de 15.000 entrevistas, entre grupales e individuales, recopiladas por la comisión durante sus años de funcionamiento. Sin embargo, expertos en temas de conflicto, como Luis Carlos Sotelo, artista y académico, se han dado cuenta que, aunque existe una amplia cantidad de material sobre el tema, hay muy poca gente que lo escucha.
Desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, la Comisión de la Verdad entrevistó a 28.580 personas entre políticos, campesinos, militares, excombatientes, víctimas y periodistas para intentar descifrar la cronología y las aristas del conflicto, pero muchos de esos testimonios se han quedado guardados en el baúl de los recuerdos.
(Recomendado: Las apuestas por difundir los hallazgos de la Comisión de la Verdad)
Con el fin de sacarlos a la luz, el Banco de la República publicó este mes La Paz se Escucha, una serie de podcasts que buscan impulsar la construcción de paz en el país a través de testimonios que se creían olvidados. De acuerdo con la entidad y los expertos que participan en la iniciativa, los podcast tienen “la labor de crear espacios seguros de escucha para construir paz”.
Aunque han sido varios los espacios donde se difunde el informe, expertos coinciden en que, debido a la extensión de los hallazgos y su poco conocimiento,, conocer el Informe Final de la Comisión (que contiene esas entrevistas y audios transcritos) es difícil.
Diego Herrera, director de Viva la Ciudadanía, una organización que reúne varias oenegés para difundir el Informe a través de caricaturas y arte, explicó: “La gente no va a leer las más de 800 páginas del Informe, porque algunas no tienen conocimiento siquiera de que se haya publicado o porque no tienen conectividad para acceder a él”.
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¿Para qué escuchamos?
Para Sotelo, que fundó el Laboratorio de Actos de Escucha, de la Universidad de Concordia (Canadá), escuchar es un acto distinto a oír, y, a su vez, puede construir paz. El experto asegura que es distinto recibir información automáticamente, sin controlarla y de forma pasiva (como lo es oír) a dedicarse a entender, procesar y empatizar con lo que se escucha.
“Escuchar construye relaciones. Por ejemplo, si una persona que uno quiere demuestra que no lo escucha, eso nos afecta. Eso mismo sucede para construir paz: las historias de personas impactadas por la violencia crean condiciones entre quien escucha y quien la cuenta, eso nos hace reflexionar, conocer experiencias de dolor, desmontar estigmas y asumir una oportunidad para aprender y cambiar”, le dijo el académico a El Espectador.
De acuerdo con Saúl Franco, médico y comisionado de la Comisión de la Verdad, las heridas y lesiones físicas deben desinfectarse para poder cicatrizar, y eso mismo sucede con las heridas que se llevan en el corazón: se debe soltar el dolor contándolo para que puedan sanar.
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“Esa escucha tiene un poder curativo supremamente grande, porque al compartir se ayuda significativamente y al mismo tiempo se van aclarando cosas. Por eso la importancia de los espacios de escucha, para entender y ayudar a esclarecer qué fue lo que sucedió en el conflicto armado”, señaló Franco.
¿Cómo escuchar puede construir paz? Sotelo asegura que escuchar, sin prejuicios, cuestionamientos o discursos políticos, crea una conexión y una responsabilidad entre el que oye y el que habla. “No quiere decir que se esté de acuerdo con los relatos de quienes hablan, pero hay una identificación con el otro, y eso construye paz”.
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Menos silencio, más esfuerzos de paz
La primera apuesta para construir paz por parte de Sotelo fue en la Universidad Javeriana, hace 21 años. El artista reunió un grupo de personas desplazadas forzosamente de sus hogares, les puso la camisa de la Selección Colombia, e inició un “juego” en el cual los desplazados, algunos sin noticias de sus terrenos desde hace años, empezaron a contar sus historias.
“Incluso en Canadá, que es donde me encuentro, hago estos ejercicios de escucha con colombianos que residen acá. Recuerdo que luego de haber escuchado estos testimonios, uno me dijo: ´me he desconectado de Colombia, ahora quiero conectarme otra vez´. Mientras que un adulto, de unos 40 años, me comentó que siempre evitó haber escuchado esas cosas del conflicto, ahora se da cuenta que fue un error, que fue indiferente y quiere conectarse y hacer algo”, explica Sotelo.
Tanto Sotelo como el proyecto de podcasts del Banco de la República coinciden en que escuchar, tras tantos años de ignorar las voces de todos los actores del conflicto, es una alternativa de paz. El artista, por su parte, opina que “hubo muchos protagonistas en el conflicto armado: víctimas, militares, grupos armados. Pero hubo uno del que no se habla mucho, y es el silenciamiento. El silenciamiento, antes que el silencio, ha sido principal actor en el conflicto: hace que se tenga miedo a hablar, crea temor y obliga a que solo se pueda hablar en círculos secretos”.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
“Mi papá mandó a abrir la puerta. Cuando abro, están los manes apuntando (...) Me disparan ocasionando heridas en la cara, que me parten la lengua y las muelas (...) Pero lo más triste de mi historia es que perdí todas mis cosas: parte de mi vida, parte de mi infancia, de mi adolescencia, y tuve que madurar a la fuerza; y para nadie es un secreto que eso es horroroso”.
Este es uno de los miles de fragmentos que la Comisión de la Verdad recogió sobre la guerra en Colombia en su Informe Final. Este recuerdo de un hombre que a sus 14 años fue agredido por hombres armados en Colosó, Sucre, hace parte de las más de 15.000 entrevistas, entre grupales e individuales, recopiladas por la comisión durante sus años de funcionamiento. Sin embargo, expertos en temas de conflicto, como Luis Carlos Sotelo, artista y académico, se han dado cuenta que, aunque existe una amplia cantidad de material sobre el tema, hay muy poca gente que lo escucha.
Desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, la Comisión de la Verdad entrevistó a 28.580 personas entre políticos, campesinos, militares, excombatientes, víctimas y periodistas para intentar descifrar la cronología y las aristas del conflicto, pero muchos de esos testimonios se han quedado guardados en el baúl de los recuerdos.
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Con el fin de sacarlos a la luz, el Banco de la República publicó este mes La Paz se Escucha, una serie de podcasts que buscan impulsar la construcción de paz en el país a través de testimonios que se creían olvidados. De acuerdo con la entidad y los expertos que participan en la iniciativa, los podcast tienen “la labor de crear espacios seguros de escucha para construir paz”.
Aunque han sido varios los espacios donde se difunde el informe, expertos coinciden en que, debido a la extensión de los hallazgos y su poco conocimiento,, conocer el Informe Final de la Comisión (que contiene esas entrevistas y audios transcritos) es difícil.
Diego Herrera, director de Viva la Ciudadanía, una organización que reúne varias oenegés para difundir el Informe a través de caricaturas y arte, explicó: “La gente no va a leer las más de 800 páginas del Informe, porque algunas no tienen conocimiento siquiera de que se haya publicado o porque no tienen conectividad para acceder a él”.
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¿Para qué escuchamos?
Para Sotelo, que fundó el Laboratorio de Actos de Escucha, de la Universidad de Concordia (Canadá), escuchar es un acto distinto a oír, y, a su vez, puede construir paz. El experto asegura que es distinto recibir información automáticamente, sin controlarla y de forma pasiva (como lo es oír) a dedicarse a entender, procesar y empatizar con lo que se escucha.
“Escuchar construye relaciones. Por ejemplo, si una persona que uno quiere demuestra que no lo escucha, eso nos afecta. Eso mismo sucede para construir paz: las historias de personas impactadas por la violencia crean condiciones entre quien escucha y quien la cuenta, eso nos hace reflexionar, conocer experiencias de dolor, desmontar estigmas y asumir una oportunidad para aprender y cambiar”, le dijo el académico a El Espectador.
De acuerdo con Saúl Franco, médico y comisionado de la Comisión de la Verdad, las heridas y lesiones físicas deben desinfectarse para poder cicatrizar, y eso mismo sucede con las heridas que se llevan en el corazón: se debe soltar el dolor contándolo para que puedan sanar.
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“Esa escucha tiene un poder curativo supremamente grande, porque al compartir se ayuda significativamente y al mismo tiempo se van aclarando cosas. Por eso la importancia de los espacios de escucha, para entender y ayudar a esclarecer qué fue lo que sucedió en el conflicto armado”, señaló Franco.
¿Cómo escuchar puede construir paz? Sotelo asegura que escuchar, sin prejuicios, cuestionamientos o discursos políticos, crea una conexión y una responsabilidad entre el que oye y el que habla. “No quiere decir que se esté de acuerdo con los relatos de quienes hablan, pero hay una identificación con el otro, y eso construye paz”.
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Menos silencio, más esfuerzos de paz
La primera apuesta para construir paz por parte de Sotelo fue en la Universidad Javeriana, hace 21 años. El artista reunió un grupo de personas desplazadas forzosamente de sus hogares, les puso la camisa de la Selección Colombia, e inició un “juego” en el cual los desplazados, algunos sin noticias de sus terrenos desde hace años, empezaron a contar sus historias.
“Incluso en Canadá, que es donde me encuentro, hago estos ejercicios de escucha con colombianos que residen acá. Recuerdo que luego de haber escuchado estos testimonios, uno me dijo: ´me he desconectado de Colombia, ahora quiero conectarme otra vez´. Mientras que un adulto, de unos 40 años, me comentó que siempre evitó haber escuchado esas cosas del conflicto, ahora se da cuenta que fue un error, que fue indiferente y quiere conectarse y hacer algo”, explica Sotelo.
Tanto Sotelo como el proyecto de podcasts del Banco de la República coinciden en que escuchar, tras tantos años de ignorar las voces de todos los actores del conflicto, es una alternativa de paz. El artista, por su parte, opina que “hubo muchos protagonistas en el conflicto armado: víctimas, militares, grupos armados. Pero hubo uno del que no se habla mucho, y es el silenciamiento. El silenciamiento, antes que el silencio, ha sido principal actor en el conflicto: hace que se tenga miedo a hablar, crea temor y obliga a que solo se pueda hablar en círculos secretos”.
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