Emprendimiento: una estrategia para combatir las violencias basadas en género
Estudios internacionales y expertos han concluído que la falta de independencia monetaria de las mujeres es una carta más de la baraja de violencias basadas en género (VBG). En Colombia, el Fondo Mujer Emprende busca a través de emprendimientos y apoyos económicos que se cierre el abismo entre hombres y mujeres existente en el mundo financiero y con ello se erradique poco a poco las violencias de género.
Tras meses de estudiar la brecha que separa a hombres y mujeres en el mundo de las finanzas, la Vicepresidencia creó el Fondo Mujer Emprende, una iniciativa para solucionar la falta de autonomía económica que, en muchos casos, se vuelve una causal más que perpetúa las violencias basadas en género.
Argelia Londoño, subdirectora del Fondo, le explicó a El Espectador cómo funciona el programa, cuáles han sido sus logros y de qué manera esta estrategia de empoderamiento acerca a las mujeres a acceder a una justicia que en el pasado era borrosa y de difícil acceso para ellas.
Aunque esforzarse por erradicar las VGB depende de otros factores aparte de lo económico, el Fondo Mujer Emprende se concentra en apoyar a un grupo de colombianas capaces de emprender, liderar empresas y acceder a oportunidades laborales.
Recomendado: Los jueces que abren el camino a una justicia con enfoque de género
Según explica Londoño “es necesario que las mujeres tengan autonomía. No es suficiente para erradicar las violencias basadas en género, pero es necesario. Cuando una mujer es empoderada en lo económico, tiene capacidad para tomar decisiones, dispone de tiempo para capacitarse, desarrollarse profesional y personalmente y como último punto, acceder al mercado laboral”, explica Londoño.
La idea del Fondo se divide en tres ejes principales, explica Londoño. El primero, mejorar la calidad del emprendimiento femenino. El segundo es empoderar a las mujeres emprendedoras para que generen ingresos propios de una manera digna. Finalmente, está el objetivo de fortalecer la asociatividad.
Más autonomía, menos violencias
Colombia ha sido escenario de un gran espectro de violencias en contra de las mujeres. En 2022, por ejemplo, Medicina Legal concluyó que cada tres horas, una mujer fue víctima de violencia intrafamiliar; eso significa que el año pasado las denuncias por agresiones de este tipo superaron los 47.000 registros.
Pero la violencia económica es, en muchos casos, un tipo de maltrato invisible, como asegura Londoño. “Hay una tesis que dice que, si se incrementa la autonomía económica de las mujeres se contribuye al empoderamiento y con eso pueden tener más elementos a la hora de enfrentar casos de agresión sexual, física o psicológica”, explica Londoño. Como subdirectora del programa, Londoño ha asistido a algunos de los departamentos con más violencia en contra de las mujeres.
Como parte del programa de Justicia Inclusiva de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), Londoño fue invitada a Chocó para ofrecer estrategias de emprendimiento a las mujeres del Chocó, que según la Defensoría del Pueblo es el quinto departamento más registros de agresiones basadas en género.
Léase también: En Córdoba, justicia afro y ordinaria firmaron pacto para entenderse
El objetivo del Fondo Mujer Emprende, más allá de buscar “erradicar las VBG” en el país, es ofrecer alternativas a las mujeres que han sido o pueden ser víctimas de violencia y abusos. En su ponencia en Quibdó, Londoño explicó que las agresiones de las mujeres pueden empezar a notarse en el plano económico.
“Se aspira no solamente a mejorar la calidad de vida, sino que las mujeres al tener más empoderamiento, es decir más capacidad de negociación, más control sobre su vida, podrían disminuir la violencia basada en género. (...) Esto es lo que llamamos una ruta integral de intervención”, asegura la subdirectora.
Para que los emprendimientos y apoyos que el Fondo ha llevado a cabo con las beneficiarias puedan realmente disminuir las violencias de género, Londoño argumenta que desde el proyecto se entrega herramientas y conocimientos a la población femenina. “Se entrega maquinaria, asistencia técnica y planes de formación a las mujeres”, dice Londoño, pero también se brindan técnicas de empoderamiento, negociación, liderazgo, negociación de conflictos y prevención de violencias basadas en género”.
Hasta el momento, más de 15.000 mujeres han logrado beneficiarse del proyecto, ya sea accediendo a proyectos productivos, mediar para acceder a empleos o servir de consejeros para poder optar a un crédito. Es importante aclarar que el Fondo funciona a través de convocatorias públicas para las mujeres de sectores vulnerables que puedan beneficiarse de los apoyos. Por ejemplo, desde su creación se ha dirigido una especial atención a mujeres pertenecientes a grupos étnicos, madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto armado, o población que haga parte de grupos minoritarios, como la comunidad LGTBIQ+ o población discapacitada.
Las mujeres, ya sea que tengan un emprendimiento o desee iniciar desde cero su proyecto productivo, aspira a las convocatorias que se dan cada cierto tiempo en varias regiones de Colombia. Londoño explica que solo en la actualidad, hay aspiraciones en el pacífico, el caribe para que la población femenina presente propuestas y si aplican a los requisitos que pide el Fondo, les sea aprobada una ayuda económica o técnica.
Si bien el Fondo ha logrado impulsar y apoyar más de 700 proyectos liderados por mujeres, Londoño aún reconoce que hay camino por recorrer. Para la subdirectora, esta estrategia tendrá impacto cuando las instituciones y la cultura empiecen a hacer activismo para erradicar las violencias de género.
Recomendado: La madre de un soldado que estudia derecho para ayudar a otras víctimas
Por ejemplo, Londoño reconoce que la violencia de género es un fenómeno muy “estructural”, es decir, hace parte en muchas ocasiones de los territorios en donde se presentan y son prácticas normalizadas. Por esta razón, el programa es invitado a eventos en los que se tratan temas de concientización sobre violencia de género y también espacios en los que se busca que las mujeres puedan acceder a la justicia una vez son víctimas de estas agresiones.
Un impacto macro
Para el Fondo, ayudar a las mujeres a emprender y a tener autonomía económica es un esfuerzo que podría llegar a tener repercusiones a nivel nacional. Por ejemplo, Londoño asegura que “existe una relación entre desarrollo económico de los países y la disminución de la violencia. ¿Qué quiere decir? Si se disminuyen las tasas de violencia contra las mujeres, mejora el producto interno bruto (PIB), el crecimiento del país se potencia”.
“Todo incide en la vida familiar y en la vida colectiva de las mujeres, incluso hasta en el pequeño negocio”, explica Londoño. La subdirectora del Foro asegura que si las mujeres pueden ser más autónomas e intentar tomar decisiones que reduzcan las violencias basadas en género, se verían cambios en la economía del país. “Si incapacitan a una mujer tras sufrir una agresión, esto tiene un costo en el sistema de salud, también tiene un costo en el sistema de justicia. Incluso se han hecho estudios en que si hay espacios de trabajo seguros para las mujeres se aumenta la productividad”, acota Londoño.
La subdirectora del Fondo reconoce que el emprendimiento es solo un paso más hacia la erradicación de violencias basadas en género. Sin embargo, se muestra optimista frente a los resultados que se han tenido en las últimas semanas. “El enfoque de género no solo significa reconocer que hay brechas para las mujeres”, adoptar esta perspectiva requiere de “acompañamiento y procesos de formación” para que las mujeres, una vez logren sus objetivos económicos, puedan hacer frente a las violencias.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
Tras meses de estudiar la brecha que separa a hombres y mujeres en el mundo de las finanzas, la Vicepresidencia creó el Fondo Mujer Emprende, una iniciativa para solucionar la falta de autonomía económica que, en muchos casos, se vuelve una causal más que perpetúa las violencias basadas en género.
Argelia Londoño, subdirectora del Fondo, le explicó a El Espectador cómo funciona el programa, cuáles han sido sus logros y de qué manera esta estrategia de empoderamiento acerca a las mujeres a acceder a una justicia que en el pasado era borrosa y de difícil acceso para ellas.
Aunque esforzarse por erradicar las VGB depende de otros factores aparte de lo económico, el Fondo Mujer Emprende se concentra en apoyar a un grupo de colombianas capaces de emprender, liderar empresas y acceder a oportunidades laborales.
Recomendado: Los jueces que abren el camino a una justicia con enfoque de género
Según explica Londoño “es necesario que las mujeres tengan autonomía. No es suficiente para erradicar las violencias basadas en género, pero es necesario. Cuando una mujer es empoderada en lo económico, tiene capacidad para tomar decisiones, dispone de tiempo para capacitarse, desarrollarse profesional y personalmente y como último punto, acceder al mercado laboral”, explica Londoño.
La idea del Fondo se divide en tres ejes principales, explica Londoño. El primero, mejorar la calidad del emprendimiento femenino. El segundo es empoderar a las mujeres emprendedoras para que generen ingresos propios de una manera digna. Finalmente, está el objetivo de fortalecer la asociatividad.
Más autonomía, menos violencias
Colombia ha sido escenario de un gran espectro de violencias en contra de las mujeres. En 2022, por ejemplo, Medicina Legal concluyó que cada tres horas, una mujer fue víctima de violencia intrafamiliar; eso significa que el año pasado las denuncias por agresiones de este tipo superaron los 47.000 registros.
Pero la violencia económica es, en muchos casos, un tipo de maltrato invisible, como asegura Londoño. “Hay una tesis que dice que, si se incrementa la autonomía económica de las mujeres se contribuye al empoderamiento y con eso pueden tener más elementos a la hora de enfrentar casos de agresión sexual, física o psicológica”, explica Londoño. Como subdirectora del programa, Londoño ha asistido a algunos de los departamentos con más violencia en contra de las mujeres.
Como parte del programa de Justicia Inclusiva de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid), Londoño fue invitada a Chocó para ofrecer estrategias de emprendimiento a las mujeres del Chocó, que según la Defensoría del Pueblo es el quinto departamento más registros de agresiones basadas en género.
Léase también: En Córdoba, justicia afro y ordinaria firmaron pacto para entenderse
El objetivo del Fondo Mujer Emprende, más allá de buscar “erradicar las VBG” en el país, es ofrecer alternativas a las mujeres que han sido o pueden ser víctimas de violencia y abusos. En su ponencia en Quibdó, Londoño explicó que las agresiones de las mujeres pueden empezar a notarse en el plano económico.
“Se aspira no solamente a mejorar la calidad de vida, sino que las mujeres al tener más empoderamiento, es decir más capacidad de negociación, más control sobre su vida, podrían disminuir la violencia basada en género. (...) Esto es lo que llamamos una ruta integral de intervención”, asegura la subdirectora.
Para que los emprendimientos y apoyos que el Fondo ha llevado a cabo con las beneficiarias puedan realmente disminuir las violencias de género, Londoño argumenta que desde el proyecto se entrega herramientas y conocimientos a la población femenina. “Se entrega maquinaria, asistencia técnica y planes de formación a las mujeres”, dice Londoño, pero también se brindan técnicas de empoderamiento, negociación, liderazgo, negociación de conflictos y prevención de violencias basadas en género”.
Hasta el momento, más de 15.000 mujeres han logrado beneficiarse del proyecto, ya sea accediendo a proyectos productivos, mediar para acceder a empleos o servir de consejeros para poder optar a un crédito. Es importante aclarar que el Fondo funciona a través de convocatorias públicas para las mujeres de sectores vulnerables que puedan beneficiarse de los apoyos. Por ejemplo, desde su creación se ha dirigido una especial atención a mujeres pertenecientes a grupos étnicos, madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto armado, o población que haga parte de grupos minoritarios, como la comunidad LGTBIQ+ o población discapacitada.
Las mujeres, ya sea que tengan un emprendimiento o desee iniciar desde cero su proyecto productivo, aspira a las convocatorias que se dan cada cierto tiempo en varias regiones de Colombia. Londoño explica que solo en la actualidad, hay aspiraciones en el pacífico, el caribe para que la población femenina presente propuestas y si aplican a los requisitos que pide el Fondo, les sea aprobada una ayuda económica o técnica.
Si bien el Fondo ha logrado impulsar y apoyar más de 700 proyectos liderados por mujeres, Londoño aún reconoce que hay camino por recorrer. Para la subdirectora, esta estrategia tendrá impacto cuando las instituciones y la cultura empiecen a hacer activismo para erradicar las violencias de género.
Recomendado: La madre de un soldado que estudia derecho para ayudar a otras víctimas
Por ejemplo, Londoño reconoce que la violencia de género es un fenómeno muy “estructural”, es decir, hace parte en muchas ocasiones de los territorios en donde se presentan y son prácticas normalizadas. Por esta razón, el programa es invitado a eventos en los que se tratan temas de concientización sobre violencia de género y también espacios en los que se busca que las mujeres puedan acceder a la justicia una vez son víctimas de estas agresiones.
Un impacto macro
Para el Fondo, ayudar a las mujeres a emprender y a tener autonomía económica es un esfuerzo que podría llegar a tener repercusiones a nivel nacional. Por ejemplo, Londoño asegura que “existe una relación entre desarrollo económico de los países y la disminución de la violencia. ¿Qué quiere decir? Si se disminuyen las tasas de violencia contra las mujeres, mejora el producto interno bruto (PIB), el crecimiento del país se potencia”.
“Todo incide en la vida familiar y en la vida colectiva de las mujeres, incluso hasta en el pequeño negocio”, explica Londoño. La subdirectora del Foro asegura que si las mujeres pueden ser más autónomas e intentar tomar decisiones que reduzcan las violencias basadas en género, se verían cambios en la economía del país. “Si incapacitan a una mujer tras sufrir una agresión, esto tiene un costo en el sistema de salud, también tiene un costo en el sistema de justicia. Incluso se han hecho estudios en que si hay espacios de trabajo seguros para las mujeres se aumenta la productividad”, acota Londoño.
La subdirectora del Fondo reconoce que el emprendimiento es solo un paso más hacia la erradicación de violencias basadas en género. Sin embargo, se muestra optimista frente a los resultados que se han tenido en las últimas semanas. “El enfoque de género no solo significa reconocer que hay brechas para las mujeres”, adoptar esta perspectiva requiere de “acompañamiento y procesos de formación” para que las mujeres, una vez logren sus objetivos económicos, puedan hacer frente a las violencias.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador