Empresarios y académicos se reunieron para fortalecer la inclusión social
Este miércoles 25 de octubre se realizó un foro entre empresarios, académicos y entidades del Estado para diseñar estrategias que mejoren la participación en diferentes frentes de las mujeres, personas en condición de discapacidad y miembros de grupos étnicos, quienes han sido rezagados de la vida laboral y social.
¿Contratar una persona en condición de discapacidad o no? ¿Qué tan diverso es un equipo de trabajo dentro de las empresas más grandes de Colombia? Esas fueron algunas de las preguntas que se debatieron en Bogotá en un foro que trató sobre inclusión social y el papel que tienen las empresas privadas a la hora de incluir dentro de su personal a mujeres, personas de pertenencia étnica o comunidad LGTBIQ+.
Este miércoles la capital fue escenario de la conmemoración de los cinco años de incidencia que la oenegé ACDI/VOCA en Latinoamérica (FAVLA) ha tenido en Colombia. Este año, la organización puso el lente sobre las empresas y cómo hacer que estas adopten responsabilidades para que la inclusión sea una prioridad en el ámbito laboral.
Compañías como Nestlé, Grupo Aval, PepsiCo, entre otras, asistieron al evento para reflexionar sobre las oportunidades y beneficios que tiene conformar equipos de trabajo diversos dentro de los grupos de trabajo. El tema, aunque ya existe en la legislación colombiana y cuenta con varias directrices del Ministerio de Trabajo, aún sigue siendo un pendiente dentro de la agenda de empresas -públicas y privadas- y entidades estatales.
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En Bogotá, por ejemplo, han quedado durante años en evidencia las altas brechas de exclusión laboral y discriminación. Así lo manifestó en enero de este año Rolando González, concejal de Cambio Radical, que explicó que el 92% de personas en condición de discapacidad en la capital no tienen acceso a un empleo formal. Además, cerca de la mitad de esta población en Bogotá se enfrenta a diversas barreras para acceder a educación.
Los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) también son ejemplo de este problema. En su segundo informe de ocupación nacional, la entidad recogió que la población indígena es la más expuesta al desempleo, pues más del 60 % no tiene acceso a trabajos formales.
El equipo de panelistas estuvo conformado por la periodista Mabel Lara; María Paula Cano, representante de PepsiCo; Juanita García, directora corporativa del Grupo de Energía de Bogotá y Ricardo Becerra, consultor y catedrático sobre temas de personas en condición de discapacidad.
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Al evento también asistieron entidades estatales, como representantes del Departamento de Prosperidad Social; y también contó con participación de la Universidad EAN y voceros de empresas de varios sectores, como Tigo y Enel.
“Hablar de ser inclusivo no es únicamente referirse a las personas como ´ella´ o ´elle´. El lenguaje y las acciones deben ser inclusivas y transformadoras en todo su conjunto”, aseguró Lara.
“Colombia tiene unos índices de desigualdad altísimos: de la región más desigual del mundo, que es Latinoamérica, Colombia es uno de los países con mayor índice GINI. Adicionalmente tenemos cerca de 40 % de población en pobreza. Cuando uno pone lupa de esas poblaciones que están en pobreza es evidente que son las poblaciones afro, indígenas, víctimas de conflicto armado, migrantes, jóvenes y en muchas ocasiones las mujeres. Ellos se enfrentan a mayores brechas y desafíos de inclusión; por eso en un contexto así se debe ver la diversidad de nuestra población como una oportunidad y no como un desafío”, Carolina Blackburn Cardona, directora ejecutiva de la Fundación ACDI/VOCA Latinoamérica
(Lea también: Emprendimiento: una estrategia para combatir las violencias basadas en género)
Cambios de fondo
El Espectador habló con representantes de empresas, como PepsiCo, sobre la importancia de aplicar estas estrategias de inclusión dentro de las corporaciones y los equipos de trabajo. Las opiniones, tanto en el foro como en lo mencionado a este diario, coinciden en que la inclusión no puede ser únicamente una acción “que solo esté presente en las fechas conmemorativas, sino que debe ser constante”, según dijo Juliana Chacón, investigadora de la Universidad EAFIT sobre asuntos de género.
Para Chacón, los cambios deben ir desde capacitaciones al personal de la empresa hasta la forma en cómo se comunican internamente dentro de cualquier organización. La investigadora menciona que los empleados, empleadores, proveedores e incluso los clientes deben ser educados para recibir y ofrecer tratos incluyentes. “Todo parte de una comunicación asertiva. Debemos preguntarnos qué tan diverso es un equipo de trabajo. Diverso en todas sus formas: religioso, étnico, en discapacidad o diversidad sexual”, explicó.
Juanita García, directora corporativa del Grupo de Energía de Bogotá, hizo énfasis en la importancia que la inclusión esté presente desde los mismos procesos de contratación. Para la directora, muchas veces hay un sesgo en el proceso e incluso hay cargos que excluyen a un gran porcentaje de la población desde que son propuestos. Por ejemplo, García aseguró que hay vacantes en muchas empresas en las cuales solo se buscan hombres de edad avanzada y con experiencia profesional, dejando de lado a mujeres, personas en condición de discapacidad u otros grupos sociales que, según ella, sí serían aptos.
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Ante este problema, García propuso que se hagan contrataciones con “hojas de vida anónimas”. Es decir, que las postulaciones no incluyan información que podría o no determinar la decisión de los empleadores, tales como raza, ciudad donde se hicieron los estudios académicos, entre otras cosas.
Ricardo Becerra, que estuvo presente en el foro y que tiene una discapacidad en sus piernas, hizo una reflexión sobre las capacidades que como trabajador puede ofrecer a una empresa. Para Becerra, “la única diferencia entre personas con discapacidad como yo y los demás es que ellos se mueven a pie y yo en silla de ruedas”.
Becerra aclaró que desde su juventud ha tenido dificultades para entrar en las dinámicas sociales “normales”, como lo es acceder a una universidad y conseguir una vacante laboral. “Solo el 1 % de los discapacitados consiguen entrar a la universidad”, anotó.
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Apostarle a la inclusión
Para Carolina Blackburn, directora ejecutiva de la Fundación ACDI/VOCA Latinoamérica, son muchos los beneficios que puede tener Colombia si se le apuesta a la inclusión social. La directora hace énfasis en que “es muy importante que empresas privadas, el Estado, la sociedad civil y la academia le apuesten a la inclusión por que estamos directamente apostándole al desarrollo sostenible: se reduce la pobreza y desigualdad y se crea más trabajo decente”.
Blackburn le dijo a este diario que la inclusión dentro del mundo laboral es una oferta a demandas de exclusión social que han existido durante décadas. “Cuando se generan entornos y relaciones abiertos, respetuosos y seguros con todos se contribuye a la competitividad, creatividad, productividad y a la generación de oportunidades de esos territorios que han estado tradicionalmente marginados del desarrollo”, amplió.
PepsiCo, por ejemplo, tiene una postura similar a la de Blackburn. María Paula Cano, directora corporativa de la empresa, señaló que la tarea de inclusión social “no es solo responsabilidad del Gobierno, sino de las organizaciones que den el ejemplo en su cadena de valor”.
“Hablar de inclusión no solo trae beneficios para las empresas, sino también para la sociedad y las personas. Es una responsabilidad de la sociedad en general y todos tenemos un rol importante para hablar de inclusión. (…) Trabajamos por implementar y generar diversidad en toda la cadena de valor”, explicó García.
En los cinco años que ACDI/VOCA ha trabajado en Colombia, ha habido más de 53.000 personas beneficiadas del programa dentro de 1.300 organizaciones o empresas. La organización, asegura Blackburn, ha logrado tener incidencia en más de 204 municipios.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
¿Contratar una persona en condición de discapacidad o no? ¿Qué tan diverso es un equipo de trabajo dentro de las empresas más grandes de Colombia? Esas fueron algunas de las preguntas que se debatieron en Bogotá en un foro que trató sobre inclusión social y el papel que tienen las empresas privadas a la hora de incluir dentro de su personal a mujeres, personas de pertenencia étnica o comunidad LGTBIQ+.
Este miércoles la capital fue escenario de la conmemoración de los cinco años de incidencia que la oenegé ACDI/VOCA en Latinoamérica (FAVLA) ha tenido en Colombia. Este año, la organización puso el lente sobre las empresas y cómo hacer que estas adopten responsabilidades para que la inclusión sea una prioridad en el ámbito laboral.
Compañías como Nestlé, Grupo Aval, PepsiCo, entre otras, asistieron al evento para reflexionar sobre las oportunidades y beneficios que tiene conformar equipos de trabajo diversos dentro de los grupos de trabajo. El tema, aunque ya existe en la legislación colombiana y cuenta con varias directrices del Ministerio de Trabajo, aún sigue siendo un pendiente dentro de la agenda de empresas -públicas y privadas- y entidades estatales.
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En Bogotá, por ejemplo, han quedado durante años en evidencia las altas brechas de exclusión laboral y discriminación. Así lo manifestó en enero de este año Rolando González, concejal de Cambio Radical, que explicó que el 92% de personas en condición de discapacidad en la capital no tienen acceso a un empleo formal. Además, cerca de la mitad de esta población en Bogotá se enfrenta a diversas barreras para acceder a educación.
Los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) también son ejemplo de este problema. En su segundo informe de ocupación nacional, la entidad recogió que la población indígena es la más expuesta al desempleo, pues más del 60 % no tiene acceso a trabajos formales.
El equipo de panelistas estuvo conformado por la periodista Mabel Lara; María Paula Cano, representante de PepsiCo; Juanita García, directora corporativa del Grupo de Energía de Bogotá y Ricardo Becerra, consultor y catedrático sobre temas de personas en condición de discapacidad.
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Al evento también asistieron entidades estatales, como representantes del Departamento de Prosperidad Social; y también contó con participación de la Universidad EAN y voceros de empresas de varios sectores, como Tigo y Enel.
“Hablar de ser inclusivo no es únicamente referirse a las personas como ´ella´ o ´elle´. El lenguaje y las acciones deben ser inclusivas y transformadoras en todo su conjunto”, aseguró Lara.
“Colombia tiene unos índices de desigualdad altísimos: de la región más desigual del mundo, que es Latinoamérica, Colombia es uno de los países con mayor índice GINI. Adicionalmente tenemos cerca de 40 % de población en pobreza. Cuando uno pone lupa de esas poblaciones que están en pobreza es evidente que son las poblaciones afro, indígenas, víctimas de conflicto armado, migrantes, jóvenes y en muchas ocasiones las mujeres. Ellos se enfrentan a mayores brechas y desafíos de inclusión; por eso en un contexto así se debe ver la diversidad de nuestra población como una oportunidad y no como un desafío”, Carolina Blackburn Cardona, directora ejecutiva de la Fundación ACDI/VOCA Latinoamérica
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Para Chacón, los cambios deben ir desde capacitaciones al personal de la empresa hasta la forma en cómo se comunican internamente dentro de cualquier organización. La investigadora menciona que los empleados, empleadores, proveedores e incluso los clientes deben ser educados para recibir y ofrecer tratos incluyentes. “Todo parte de una comunicación asertiva. Debemos preguntarnos qué tan diverso es un equipo de trabajo. Diverso en todas sus formas: religioso, étnico, en discapacidad o diversidad sexual”, explicó.
Juanita García, directora corporativa del Grupo de Energía de Bogotá, hizo énfasis en la importancia que la inclusión esté presente desde los mismos procesos de contratación. Para la directora, muchas veces hay un sesgo en el proceso e incluso hay cargos que excluyen a un gran porcentaje de la población desde que son propuestos. Por ejemplo, García aseguró que hay vacantes en muchas empresas en las cuales solo se buscan hombres de edad avanzada y con experiencia profesional, dejando de lado a mujeres, personas en condición de discapacidad u otros grupos sociales que, según ella, sí serían aptos.
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Ante este problema, García propuso que se hagan contrataciones con “hojas de vida anónimas”. Es decir, que las postulaciones no incluyan información que podría o no determinar la decisión de los empleadores, tales como raza, ciudad donde se hicieron los estudios académicos, entre otras cosas.
Ricardo Becerra, que estuvo presente en el foro y que tiene una discapacidad en sus piernas, hizo una reflexión sobre las capacidades que como trabajador puede ofrecer a una empresa. Para Becerra, “la única diferencia entre personas con discapacidad como yo y los demás es que ellos se mueven a pie y yo en silla de ruedas”.
Becerra aclaró que desde su juventud ha tenido dificultades para entrar en las dinámicas sociales “normales”, como lo es acceder a una universidad y conseguir una vacante laboral. “Solo el 1 % de los discapacitados consiguen entrar a la universidad”, anotó.
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Apostarle a la inclusión
Para Carolina Blackburn, directora ejecutiva de la Fundación ACDI/VOCA Latinoamérica, son muchos los beneficios que puede tener Colombia si se le apuesta a la inclusión social. La directora hace énfasis en que “es muy importante que empresas privadas, el Estado, la sociedad civil y la academia le apuesten a la inclusión por que estamos directamente apostándole al desarrollo sostenible: se reduce la pobreza y desigualdad y se crea más trabajo decente”.
Blackburn le dijo a este diario que la inclusión dentro del mundo laboral es una oferta a demandas de exclusión social que han existido durante décadas. “Cuando se generan entornos y relaciones abiertos, respetuosos y seguros con todos se contribuye a la competitividad, creatividad, productividad y a la generación de oportunidades de esos territorios que han estado tradicionalmente marginados del desarrollo”, amplió.
PepsiCo, por ejemplo, tiene una postura similar a la de Blackburn. María Paula Cano, directora corporativa de la empresa, señaló que la tarea de inclusión social “no es solo responsabilidad del Gobierno, sino de las organizaciones que den el ejemplo en su cadena de valor”.
“Hablar de inclusión no solo trae beneficios para las empresas, sino también para la sociedad y las personas. Es una responsabilidad de la sociedad en general y todos tenemos un rol importante para hablar de inclusión. (…) Trabajamos por implementar y generar diversidad en toda la cadena de valor”, explicó García.
En los cinco años que ACDI/VOCA ha trabajado en Colombia, ha habido más de 53.000 personas beneficiadas del programa dentro de 1.300 organizaciones o empresas. La organización, asegura Blackburn, ha logrado tener incidencia en más de 204 municipios.
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