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                                                                                                                                  Fabiola Lalinde: la “sirirí” buscadora que murió sin ser reconocida por el Estado

                                                                                                                                  Este miércoles se celebra el primer día de las mujeres buscadoras en la historia de Colombia. Aunque reconoce la labor que madres y hermanas emprendieron por buscar los desaparecidos, hubo quienes murieron sin que sus luchas contra la impunidad fuesen reconocidas por el Estado, como Fabiola Lalinde.

                                                                                                                                  Por más de tres décadas Fabiola Lalinde abanderó la búsqueda de justicia para los familiares víctimas de desaparición forzada. Su lucha, aunque aplaudida, no fue reconocida por el Estado, pues murió antes de que su labor fuera exaltada.
                                                                                                                                  Foto: Jonathan Bejarano
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Este 23 de octubre se conmemora por primera vez en la historia de Colombia el Día de la Mujer Buscadora de Desaparecidos: una fecha que exalta la lucha que hermanas, madres, esposas e hijas han emprendido por años para buscar pistas sobre el paradero de sus familiares desaparecidos en la guerra.

                                                                                                                                  Aunque la fecha busca redimir décadas de violencia y estigmas que recayeron sobre estas mujeres mientras hacían sus pesquisas, hay quienes murieron sin que su labor fuese reconocida y aplaudida, como Fabiola Lalinde, una mujer que dedicó su vejez, tiempo e ideas a encontrar a su hijo desaparecido a manos del Batallón Ayacucho.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  “Las (mujeres) buscadoras son portadoras de la memoria de sus muertos y desaparecidos y evitan que el resto de la sociedad caiga anestesiada por el olvido”, detalló la Comisión de la Verdad al reconocer la tarea tan importante que Fabiola y las demás buscadoras han emprendido por encontrar justicia.

                                                                                                                                  Fabiola logró, según recuerdan sus colegas y conocidas, algunos de los primeros pasos de justicia para las mujeres buscadoras de desaparecidos. Hizo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos encontrara responsable al Estado por la desaparición de Luis Fernando; ayudó a crear organizaciones de víctimas para luchar por sus derechos “y demostró que aun con 81 años, edad en la que seguía ayudando a las demás mujeres a buscar a sus familiares, nada es imposible cuando se trata de buscar justicia. Cuando murió nos sentimos huérfanos, porque ella nos ayudó a consolidar unos lazos indestructibles y dejó un legado”, aseguran Martha Soto y otras de sus compañeras buscadoras en Antioquia.

                                                                                                                                  Lalinde fue una de las cabezas visibles del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), que durante 20 años han hecho activismo para lograr que llegue la justicia y la verdad a las familias afectadas por el conflicto.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Luis Fernando, que estaba a pocos meses de graduarse como sociólogo, fue detenido mientras prestaba ayuda humanitaria a un grupo de guerrilleros del EPL en la Operación Cuervos. Lo apresaron, torturaron en Jardín (Antioquia) y según documentó el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, “fue expuesto frente a los niños de la escuela del municipio para luego ser asesinado y desaparecido”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Mientras continuó indagando, preguntando sobre posibles pistas, Fabiola inició a hacer su propia “inteligencia” sobre la desaparición de Luis Fernando. En pequeñas libretas escolares anotaba todas las pistas, elaboró mapas y pegaba los recortes de prensa que empezaron a hablar de su búsqueda. Estos archivos fueron declarados en 2015 un patrimonio de la humanidad por la Unesco.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  La “Operación Sirirí”

                                                                                                                                  “Un día estábamos algunas familias de desaparecidos en Medellín y Fabiola llegó. Nos dijo: ´si ellos pudieron crear operaciones militares para desaparecer a nuestra gente, pues nosotras diseñemos una operación para buscarlos´. Así nació la Operación Sirirí, que hace alusión a ese pequeño pajarito que pelea contra los gavilanes que se llevan a sus polluelos y, a veces, logra recuperarlos”, recuerda Martha Soto.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Mientras Fabiola recorría las montañas antioqueñas en la búsqueda de su hijo, empezó a sufrir de amenazas y estigmas. La etiqueta de “loca” ya la tenía desde hacía años. Pero en los 90, llegó una violencia mayor. Mientras estaba en su casa, un escuadrón de la Fuerza Pública allanó su vivienda, la arrestó e inició un proceso judicial en su contra por ser “auxiliar de la guerrilla” e intentaron imputarla con cargos falsos de narcotráfico.

                                                                                                                                  Fabiola fue trasladada a la cárcel de mujeres El Buen Pastor, de Medellín y aunque “fue una reclusión corta, tuvo daños graves. En ese entonces venía el grupo de la ONU sobre desaparecidos, y todas las otras buscadoras decidimos que fueran a la cárcel para solo escuchar a Fabiola y ver lo que le estaban haciendo”, comenta Martha.

                                                                                                                                  Los pendientes de la búsqueda

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Después de 12 años de peleas, el alivio llegó para Fabiola. El 18 de noviembre de 1996, ella estaba recorriendo una montaña más junto con forenses, peritos y otras buscadoras en busca de su hijo. En esos terrenos empinados, los forenses encontraron algunas vértebras bajo la tierra, pero Fabiola sabía que no era suficiente para identificar plenamente a su hijo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Celebrar el primer Día de las Mujeres Buscadoras es algo nuevo para nosotros, pues en nuestros casos llevamos 30 o 40 años peleando contra el silencio. Pero gracias a Fabiola, ese reconocimiento llegó, aunque ella no lo pudiera vivir directamente”, explica Martha.

                                                                                                                                  ¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador

                                                                                                                                  Por más de tres décadas Fabiola Lalinde abanderó la búsqueda de justicia para los familiares víctimas de desaparición forzada. Su lucha, aunque aplaudida, no fue reconocida por el Estado, pues murió antes de que su labor fuera exaltada.
                                                                                                                                  Foto: Jonathan Bejarano
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Este 23 de octubre se conmemora por primera vez en la historia de Colombia el Día de la Mujer Buscadora de Desaparecidos: una fecha que exalta la lucha que hermanas, madres, esposas e hijas han emprendido por años para buscar pistas sobre el paradero de sus familiares desaparecidos en la guerra.

                                                                                                                                  Aunque la fecha busca redimir décadas de violencia y estigmas que recayeron sobre estas mujeres mientras hacían sus pesquisas, hay quienes murieron sin que su labor fuese reconocida y aplaudida, como Fabiola Lalinde, una mujer que dedicó su vejez, tiempo e ideas a encontrar a su hijo desaparecido a manos del Batallón Ayacucho.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  “Las (mujeres) buscadoras son portadoras de la memoria de sus muertos y desaparecidos y evitan que el resto de la sociedad caiga anestesiada por el olvido”, detalló la Comisión de la Verdad al reconocer la tarea tan importante que Fabiola y las demás buscadoras han emprendido por encontrar justicia.

                                                                                                                                  Fabiola logró, según recuerdan sus colegas y conocidas, algunos de los primeros pasos de justicia para las mujeres buscadoras de desaparecidos. Hizo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos encontrara responsable al Estado por la desaparición de Luis Fernando; ayudó a crear organizaciones de víctimas para luchar por sus derechos “y demostró que aun con 81 años, edad en la que seguía ayudando a las demás mujeres a buscar a sus familiares, nada es imposible cuando se trata de buscar justicia. Cuando murió nos sentimos huérfanos, porque ella nos ayudó a consolidar unos lazos indestructibles y dejó un legado”, aseguran Martha Soto y otras de sus compañeras buscadoras en Antioquia.

                                                                                                                                  Lalinde fue una de las cabezas visibles del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), que durante 20 años han hecho activismo para lograr que llegue la justicia y la verdad a las familias afectadas por el conflicto.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Luis Fernando, que estaba a pocos meses de graduarse como sociólogo, fue detenido mientras prestaba ayuda humanitaria a un grupo de guerrilleros del EPL en la Operación Cuervos. Lo apresaron, torturaron en Jardín (Antioquia) y según documentó el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, “fue expuesto frente a los niños de la escuela del municipio para luego ser asesinado y desaparecido”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Mientras continuó indagando, preguntando sobre posibles pistas, Fabiola inició a hacer su propia “inteligencia” sobre la desaparición de Luis Fernando. En pequeñas libretas escolares anotaba todas las pistas, elaboró mapas y pegaba los recortes de prensa que empezaron a hablar de su búsqueda. Estos archivos fueron declarados en 2015 un patrimonio de la humanidad por la Unesco.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  La “Operación Sirirí”

                                                                                                                                  “Un día estábamos algunas familias de desaparecidos en Medellín y Fabiola llegó. Nos dijo: ´si ellos pudieron crear operaciones militares para desaparecer a nuestra gente, pues nosotras diseñemos una operación para buscarlos´. Así nació la Operación Sirirí, que hace alusión a ese pequeño pajarito que pelea contra los gavilanes que se llevan a sus polluelos y, a veces, logra recuperarlos”, recuerda Martha Soto.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Mientras Fabiola recorría las montañas antioqueñas en la búsqueda de su hijo, empezó a sufrir de amenazas y estigmas. La etiqueta de “loca” ya la tenía desde hacía años. Pero en los 90, llegó una violencia mayor. Mientras estaba en su casa, un escuadrón de la Fuerza Pública allanó su vivienda, la arrestó e inició un proceso judicial en su contra por ser “auxiliar de la guerrilla” e intentaron imputarla con cargos falsos de narcotráfico.

                                                                                                                                  Fabiola fue trasladada a la cárcel de mujeres El Buen Pastor, de Medellín y aunque “fue una reclusión corta, tuvo daños graves. En ese entonces venía el grupo de la ONU sobre desaparecidos, y todas las otras buscadoras decidimos que fueran a la cárcel para solo escuchar a Fabiola y ver lo que le estaban haciendo”, comenta Martha.

                                                                                                                                  Los pendientes de la búsqueda

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Después de 12 años de peleas, el alivio llegó para Fabiola. El 18 de noviembre de 1996, ella estaba recorriendo una montaña más junto con forenses, peritos y otras buscadoras en busca de su hijo. En esos terrenos empinados, los forenses encontraron algunas vértebras bajo la tierra, pero Fabiola sabía que no era suficiente para identificar plenamente a su hijo.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Todo el equipo estaba a punto de desistir de la búsqueda y ella, gracias a una “corazonada” y unos instantes pidiéndole a Dios, les dijo a los encargados que siguieran subiendo, algunos de ellos incluso argumentaron que no tenía sentido seguir buscando cuesta arriba, pero ella contestó que “las leyes de la impunidad van incluso en contra de las leyes de la gravedad”, y los convenció de continuar buscando. “Vi un rayo de sol entre los pinos que iluminó el lugar. Cerca estaba la antropóloga forense y allí, al levantar la tierra, encontramos la ropa y algunos otros restos de Luis Fernando”, comentó Fabiola antes de morir.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Celebrar el primer Día de las Mujeres Buscadoras es algo nuevo para nosotros, pues en nuestros casos llevamos 30 o 40 años peleando contra el silencio. Pero gracias a Fabiola, ese reconocimiento llegó, aunque ella no lo pudiera vivir directamente”, explica Martha.

                                                                                                                                  ¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador

                                                                                                                                  Por Tomás Tarazona Ramírez

                                                                                                                                  Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com
                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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