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“El objetivo es una vida libre de violencias”, cuenta Argelia Londoño tras recordar su última visita a Chocó. De cabello canoso, acento antioqueño y buenas intenciones, la subdirectora del Foro Mujer Emprende, recordó cómo su asistencia hace pocos días a Quibdó fue un paso más para lograr que la justicia sea algo cercano y tangible para las mujeres del departamento.
El pasado 8 de junio se celebró en la capital chocoana una “juntanza”: espacio en que colectivos, autoridades e instituciones de Antioquia y Chocó se reunieron para que las mujeres puedan acceder en el futuro a la justicia cuando de violencias basadas en género (VGB) se trata. La idea del evento se basó en que Antioquia compartiera con Chocó algunos de los aprendizajes que ha tenido sobre cómo mejorar el acceso a la justicia a sus mujeres.
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Antioquia, por ejemplo, lleva más de seis años implementando estrategias desde las instituciones para ayudar, atender y proteger a la población femenina de su territorio. Londoño aseguró que los conocimientos pueden ser aprovechados, pues estos mecanismos para acceder a la justicia son “referentes de género”. Tras el evento, tanto colectivos civiles como las instituciones de justicia firmaron el “Pacto por el derecho a una vida libre de violencias para las mujeres chocoanas”.
Organizado por el programa Justicia Inclusiva de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el evento sirvió como plataforma para que el departamento del Chocó pueda fortalecer el trabajo entre instituciones y de esta manera haya respuestas más rápidas y efectivas a las mujeres víctimas de VGB. “Se han encontrado unas brechas grandes en la atención a los temas que afectan a las mujeres. Por ejemplo, feminicidio, abuso y acoso sexual, violaciones”, aseguró Londoño.
La subdirectora del Foro Mujer Emprende explicó que Chocó aún tiene retos en el camino para ofrecer justicia y canales de acceso a sus mujeres. En 2022, la Defensoría del Pueblo encontró que Chocó era el quinto departamento con más casos registrados de VGB del país. Esto, según se aseguró en el evento, es un problema que puede ser solucionado a través de instituciones más conectadas y fuertes. Chocó, a diferencia de Antioquia, no tiene dentro de su división territorial una Secretaría de la Mujer.
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Es decir, que todos los asuntos relacionados con vulneraciones a los derechos femeninos son asumidos por la oficina de Inclusión Social, que en ocasiones se ve maniatada, pues debe atender también casos de personas discapacitadas, temas étnicos e incluso territoriales.
Solo en abril de este año, cerca de 500 mujeres de la comunidad indígena Embera tuvieron que viajar hasta Bogotá para que sus denuncias de violencias fueran atendidas por la Fiscalía General. “En el pasado las mujeres eran respetadas por sus compañeros (en la comunidad), ahora el trato que nos dan es excesivamente violento y machista”, dijo Astrid, una de las mujeres que integraron el grupo, a Cambio.
Para Londoño, el evento tuvo varios puntos positivos. Entre ellos, que mujeres como Astrid puedan acceder a la justicia dentro de sus propios territorios y sin necesidad de revictimización.
Departamentos “hermanos”
“Asistieron cerca de 60 mujeres y los responsables de las instituciones (comisarios de familia, inspectores de Policía) para firmar un compromiso de que se va a mejorar la articulación interinstitucional y enfrentar adecuadamente los temas de acceso a la justicia por parte de las mujeres”, explicó Londoño. Pero antes de ofrecer soluciones al problema, el evento tuvo un espacio para encontrar cuáles son los puntos débiles que Chocó tiene a la hora de ofrecer justicia a sus mujeres.
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Londoño señaló que, “en el caso de los feminicidios, las mujeres que son víctimas, previamente asistieron varias veces a las instituciones de justicia como Fiscalía o Comisarías de Familia. Allí se desestiman sus denuncias y terminan siendo asesinadas. Pero el proyecto busca que quienes tienen competencia para atender las leyes se comprometan”.
Con la firma del pacto, Chocó aseguró que aprendería de Antioquia las estrategias de éxito para erradicar las VGB en ese departamento. Londoño indicó que hay muchos ejemplos que se podrían imitar. Por ejemplo, en el departamento vecino “hay líneas de atención para llamar frente a inquietudes relacionadas con violencia, hay mesas institucionales para la prevención de VGB, hay refugios para mujeres víctimas, hay un sistema de psicología que atiende en los territorios y orienta a poner denuncias”, contó Londoño.
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“Es interesante mostrar ese modelo para que el Chocó vea que hay muchas formas, y muy imaginativas, de poner la justicia más cercana a las mujeres”, concluyó.
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