JEP entrega cuerpo de una víctima de reclutamiento que duró 22 años desaparecida
En Huila, la JEP y la Unidad de Búsqueda entregaron el cuerpo de un niño a sus seres queridos. Fue reclutado a los 16 años por las extintas Farc-EP y murió seis meses después en medio de un enfrentamiento con la fuerza pública.
Dayana Herrera Valbuena
Después de 22 años de búsqueda insaciable, una familia pudo despedirse dignamente de su hijo, que fue reclutado cuando tenía 16 años. Gracias a la labor conjunta de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), el pasado 2 y 3 de mayo, la familia, ubicada en Huila, recibió el cuerpo de su hijo que murió en medio de un enfrentamiento con la fuerza pública, tras haber sido reclutado por las extintas Farc-EP.
En 2021, la Sala de Reconocimiento de la JEP, tomó medidas cautelares sobre el cementerio del corregimiento de La Unión Peneya en el municipio de La Montañita, Caquetá, luego de qué comparecientes de las ex Farc declararan que en el territorio estaban enterrados los cuerpos de víctimas desaparecidas durante el conflicto armado. La investigación también arrojó que en los hallazgos forenses hay niñas y niños víctimas de reclutamiento.
“Uno lo recuerda jugar, ver muñequitos, hacer cosas de niños y después ver a mi mamá llorando, buscándolo. Para ella fue duro no verlo. No poder hacerle un velorio, ni llevarlo a una iglesia. Mamá sufrió mucho”, contó la hermana de la víctima durante la diligencia de entrega que, para la familia, significó un cierre a ese capítulo de incertidumbre y dolor.
En el proceso de identificación del cuerpo, la familia le contó al despacho relator que hace unos años, integrantes de las Farc les informaron sobre la inhumación del cuerpo del menor de edad en el cementerio de La Unión Peneya. Sin embargo, para esa época no les permitieron ver el cuerpo y había testimonios de algunos habitantes de la zona que les relataron haber visto con vida al niño, lo que aumentó la esperanza en la familia de tenerlo de nuevo en casa.
También estuvo el Instituto de Medicina Legal, que reveló que la identificación del cuerpo se hizo a través de pruebas de ADN que coincidieron con el perfil genético de su madre. Además, el despacho entregó a la madre de la víctima una planta de bambú, como símbolo de resiliencia, fortaleza y lucha por haber buscado a su hijo por 22 años. La planta de bambú honra el proceso de búsqueda y exigencia de justicia que emprenden las víctimas, cuyas raíces sólidas y robustas preparan su tallo y sus hojas para enfrentar las adversidades que se presentan en el camino.
Medicina Legal informó que han logrado recuperar 47 cuerpos en el marco de la medida cautelar en el cementerio La Unión Pelaya. De estos, 26 cuerpos corresponden a personas que murieron siendo adultos y cuatro a personas que murieron siendo menores de 17 años. A la fecha, se han identificado y entregado de manera digna cuatro cuerpos de menores que fueron reclutados por las antiguas Farc.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador
Después de 22 años de búsqueda insaciable, una familia pudo despedirse dignamente de su hijo, que fue reclutado cuando tenía 16 años. Gracias a la labor conjunta de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), el pasado 2 y 3 de mayo, la familia, ubicada en Huila, recibió el cuerpo de su hijo que murió en medio de un enfrentamiento con la fuerza pública, tras haber sido reclutado por las extintas Farc-EP.
En 2021, la Sala de Reconocimiento de la JEP, tomó medidas cautelares sobre el cementerio del corregimiento de La Unión Peneya en el municipio de La Montañita, Caquetá, luego de qué comparecientes de las ex Farc declararan que en el territorio estaban enterrados los cuerpos de víctimas desaparecidas durante el conflicto armado. La investigación también arrojó que en los hallazgos forenses hay niñas y niños víctimas de reclutamiento.
“Uno lo recuerda jugar, ver muñequitos, hacer cosas de niños y después ver a mi mamá llorando, buscándolo. Para ella fue duro no verlo. No poder hacerle un velorio, ni llevarlo a una iglesia. Mamá sufrió mucho”, contó la hermana de la víctima durante la diligencia de entrega que, para la familia, significó un cierre a ese capítulo de incertidumbre y dolor.
En el proceso de identificación del cuerpo, la familia le contó al despacho relator que hace unos años, integrantes de las Farc les informaron sobre la inhumación del cuerpo del menor de edad en el cementerio de La Unión Peneya. Sin embargo, para esa época no les permitieron ver el cuerpo y había testimonios de algunos habitantes de la zona que les relataron haber visto con vida al niño, lo que aumentó la esperanza en la familia de tenerlo de nuevo en casa.
También estuvo el Instituto de Medicina Legal, que reveló que la identificación del cuerpo se hizo a través de pruebas de ADN que coincidieron con el perfil genético de su madre. Además, el despacho entregó a la madre de la víctima una planta de bambú, como símbolo de resiliencia, fortaleza y lucha por haber buscado a su hijo por 22 años. La planta de bambú honra el proceso de búsqueda y exigencia de justicia que emprenden las víctimas, cuyas raíces sólidas y robustas preparan su tallo y sus hojas para enfrentar las adversidades que se presentan en el camino.
Medicina Legal informó que han logrado recuperar 47 cuerpos en el marco de la medida cautelar en el cementerio La Unión Pelaya. De estos, 26 cuerpos corresponden a personas que murieron siendo adultos y cuatro a personas que murieron siendo menores de 17 años. A la fecha, se han identificado y entregado de manera digna cuatro cuerpos de menores que fueron reclutados por las antiguas Farc.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador