Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) entregaron los cuerpos de cinco víctimas de ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzada que se encontraban en el cementerio de San Juan del Cesar, La Guajira. Las víctimas habían sido presentadas como bajas en combate por integrantes del Ejército Nacional, según establecieron las investigaciones.
Las víctimas, identificadas como Rafael Mejía, Alejandro Durán, Óscar Bocanegra, Harold Pérez y Antonio Tobías, fueron entregadas de manera digna a sus familias después de años de búsqueda. “Ya descansamos. Ya uno sabe dónde lo va a tener. Es un alivio para uno”, dijo Antonio Tobías Macea, padre de Antonio Tobías Yance, uno de los fallecidos.
De acuerdo con el comunicado de las entidades, los cinco hombres no residían en San Juan del Cesar y todos habían aceptado ofertas laborales para mejorar sus condiciones económicas. Las investigaciones realizadas por la JEP, bajo el despacho del magistrado Alejandro Ramelli, se desarrollaron en el marco del Caso 03, que prioriza los asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate.
La identificación y entrega de los cuerpos fue posible gracias a un proceso forense liderado por la JEP y la UBPD, con el apoyo de la Fiscalía General de la Nación y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. En abril de 2024, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP decretó medidas cautelares para proteger el cementerio de San Juan del Cesar.
Así, los trabajos de exhumación comenzaron en mayo de 2024 y permitieron la identificación de 71 puntos de interés forense. Fueron recuperados 38 cuerpos con señales de violencia atribuibles al conflicto armado.
Los mismos patrones criminales registrados en el cementerio de San Juan del Cesar (La Guajira) también se presentaron en el cementerio de Dabeiba (Antioquia), en el de El Copey (Cesar), en el cementerio Jardines de la Misericordia, en Ituango, y en Carepa (Antioquia).
Los cuerpos fueron entregados en diferentes lugares del país: el de Rafael Mejía, en Guamal, Magdalena; Alejandro Durán, en Codazzi, Cesar; Óscar Bocanegra, en Villavicencio; Harold Pérez, en Barranquilla; y Antonio Tobías, en Fundación, Magdalena. El padre de Antonio Tobías, por ejemplo, recordó que su hijo fue visto por última vez el 26 de mayo de 2006, cuando se dirigió a Riohacha para recibir un pago. “Una persona lo vio montado en una camioneta con cuatro muchachos más. No supimos más nada”, relató.
Óscar Bocanegra y Harold Pérez murieron el 4 de octubre de 2006 en un presunto combate registrado en el corregimiento El Tablazo, de San Juan del Cesar. Óscar Bocanegra, hijo del vendedor ambulante, señaló: “Es muy gratificante porque ya sé dónde voy a llevarle flores”.
Por su parte, Rafael Mejía y Alejandro Durán, amigos residentes en Valledupar, desaparecieron el 28 de febrero de 2008 después de aceptar una oferta laboral para limpiar lotes en La Guajira. “Nos sentimos más tranquilos. Ya se confirmó todo. Se hizo lo que se tenía que hacer”, manifestó Osnaider Durán Vásquez, sobrino de Alejandro.
La entrega de estos cuerpos representa un avance en el esclarecimiento de la verdad y en la reparación de las víctimas en el marco del conflicto armado colombiano. La JEP y la UBPD reiteraron su compromiso de continuar con las investigaciones y la búsqueda de personas desaparecidas, reconociendo que estos hallazgos no solo dignifican la memoria de las víctimas, sino que también permiten a las familias cerrar un ciclo de incertidumbre que, en algunos casos, ha durado décadas.
¿Sabe qué es la justicia centrada en las personas? Visite Justicia Inclusiva de El Espectador