Joven indígena awá es entregada a su familia tras 11 años de desaparición
Desde el 12 de septiembre de 2012, la joven de 15 años desapareció junto con dos de sus primos en Nariño. Tras 11 años de búsqueda, su cuerpo fue encontrado inhumado en el cementerio de Tumaco.
Cuando la vieron por última vez, María* tenía 15 años. Justo había conocido el mar por su cumpleaños, pero ese 12 de septiembre de 2012 no regresó a casa, tampoco se sabe si volvió a ver el mar. Junto con dos de sus primos salió ese día a recoger guabas, una fruta típica de la subregión del Piedemonte Costero de Nariño. Pero ninguno de los tres regresó a casa. Sus familias, pertenecientes al pueblo indígena Awá, salieron a buscar información, pero fue apenas a finales de 2022 cuando lograron establecer su paradero.
En aquel 2012, cuando los familiares salieron a buscar información sobre sus niños en medio de aquella zona que por años ha estado marcada por la violencia y el conflicto, alguien les informó que María y sus dos primos fueron vistos atravesando un camino rural junto con unos hombres armados. En su angustia, cuenta la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la madre de María fue hasta el punto en donde se presumía que estaba su hija con el fin de hablar con integrantes del grupo armado. Allí se enteró que los tres jóvenes habían sido reclutados.
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En 2022, la familia se acercó a la UBPD. “En este proceso se pudo esclarecer que tres meses después de la desaparición en zona rural del piedemonte costero nariñense, las Fuerzas Militares colombianas llevaron a cabo un operativo en el cual se supo pudo haber fallecido María”, escribe la entidad.
Por su parte, los testimonios de excombatientes con el apoyo de la Corporación Reencuentros permitieron establecer que luego del enfrentamiento, los cuerpos de los fallecidos fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicinal Legal e inhumados en el cementerio de Tumaco sin poder establecer su identidad. Asimismo, se supo que uno de los dos primos de la joven falleció en hechos distintos y se continúa con su búsqueda, mientras que el otro está con vida y se convirtió en testigo para la búsqueda de María.
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Al cruzar toda la información disponible y el acompañamiento incansable de la familia, la Unidad pudo establecer el sitio exacto en el cual se podría encontrar el cuerpo de María. Además, tuvieron conocimiento que la Fiscalía 227 del Grupo Interno de Trabajo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (GRUBE) había adelantado la intervención en el cementerio de Tumaco, en la que habría recuperado un cuerpo que podría ser el de María. De este modo, la UBPD adelantó acciones para impulsar la identificación de dicho cuerpo y junto con la Fiscalía realizar la entrega digna a sus familiares.
En un trabajo colaborativo entre el GRUBE y la UBPD, se logró adelantar la entrega digna de María a sus familiares en su territorio Awá. Tambien, contaron con el apoyo de la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas y del Colectivo Orlando Fals Borda, y la articulación con la Organización Indígena Camawari como autoridad territorial.
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La entrega se dio con un digno homenaje, donde el cuerpo de María fue entregado a su familia y al territorio. María fue sembrada de acuerdo con las costumbres de su comunidad con un ritual que la llevó en a retornar a la Madre Tierra. “Pensamos que esto es bueno para que descanse el familiar, ya que no se le ha podido dar una cristiana sepultura”, relató una prima de María para la UBPD.
Una lideresa de la comunidad mencionó que “desde la sabiduría empírica que tenemos, contribuimos a la búsqueda de nuestro ser querido y de otros desaparecidos. Para nosotros es importante vivir en armonía con el territorio, caminar sin miedo, defendiendo los derechos de las personas, defendiendo su dignidad”. La misión de la UBPD no para aquí. “Seguimos con la búsqueda incansable de aquellas personas a las que el conflicto armado les arrebató su libertad y sus vidas. Nuestro compromiso es con ellos, con ellas y con las familias que se suman a las labores para encontrar a sus seres queridos”, detalla la entidad.
*El nombre fue modificado por seguridad de la familia.
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Cuando la vieron por última vez, María* tenía 15 años. Justo había conocido el mar por su cumpleaños, pero ese 12 de septiembre de 2012 no regresó a casa, tampoco se sabe si volvió a ver el mar. Junto con dos de sus primos salió ese día a recoger guabas, una fruta típica de la subregión del Piedemonte Costero de Nariño. Pero ninguno de los tres regresó a casa. Sus familias, pertenecientes al pueblo indígena Awá, salieron a buscar información, pero fue apenas a finales de 2022 cuando lograron establecer su paradero.
En aquel 2012, cuando los familiares salieron a buscar información sobre sus niños en medio de aquella zona que por años ha estado marcada por la violencia y el conflicto, alguien les informó que María y sus dos primos fueron vistos atravesando un camino rural junto con unos hombres armados. En su angustia, cuenta la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la madre de María fue hasta el punto en donde se presumía que estaba su hija con el fin de hablar con integrantes del grupo armado. Allí se enteró que los tres jóvenes habían sido reclutados.
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En 2022, la familia se acercó a la UBPD. “En este proceso se pudo esclarecer que tres meses después de la desaparición en zona rural del piedemonte costero nariñense, las Fuerzas Militares colombianas llevaron a cabo un operativo en el cual se supo pudo haber fallecido María”, escribe la entidad.
Por su parte, los testimonios de excombatientes con el apoyo de la Corporación Reencuentros permitieron establecer que luego del enfrentamiento, los cuerpos de los fallecidos fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicinal Legal e inhumados en el cementerio de Tumaco sin poder establecer su identidad. Asimismo, se supo que uno de los dos primos de la joven falleció en hechos distintos y se continúa con su búsqueda, mientras que el otro está con vida y se convirtió en testigo para la búsqueda de María.
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Al cruzar toda la información disponible y el acompañamiento incansable de la familia, la Unidad pudo establecer el sitio exacto en el cual se podría encontrar el cuerpo de María. Además, tuvieron conocimiento que la Fiscalía 227 del Grupo Interno de Trabajo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (GRUBE) había adelantado la intervención en el cementerio de Tumaco, en la que habría recuperado un cuerpo que podría ser el de María. De este modo, la UBPD adelantó acciones para impulsar la identificación de dicho cuerpo y junto con la Fiscalía realizar la entrega digna a sus familiares.
En un trabajo colaborativo entre el GRUBE y la UBPD, se logró adelantar la entrega digna de María a sus familiares en su territorio Awá. Tambien, contaron con el apoyo de la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas y del Colectivo Orlando Fals Borda, y la articulación con la Organización Indígena Camawari como autoridad territorial.
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La entrega se dio con un digno homenaje, donde el cuerpo de María fue entregado a su familia y al territorio. María fue sembrada de acuerdo con las costumbres de su comunidad con un ritual que la llevó en a retornar a la Madre Tierra. “Pensamos que esto es bueno para que descanse el familiar, ya que no se le ha podido dar una cristiana sepultura”, relató una prima de María para la UBPD.
Una lideresa de la comunidad mencionó que “desde la sabiduría empírica que tenemos, contribuimos a la búsqueda de nuestro ser querido y de otros desaparecidos. Para nosotros es importante vivir en armonía con el territorio, caminar sin miedo, defendiendo los derechos de las personas, defendiendo su dignidad”. La misión de la UBPD no para aquí. “Seguimos con la búsqueda incansable de aquellas personas a las que el conflicto armado les arrebató su libertad y sus vidas. Nuestro compromiso es con ellos, con ellas y con las familias que se suman a las labores para encontrar a sus seres queridos”, detalla la entidad.
*El nombre fue modificado por seguridad de la familia.
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